La doble gala de eliminación de Gran Hermano terminó con un escándalo que explotó y se desarrolló en las profundidades de la madrugada del lunes. Tras las salidas de Saif y de Delfina, la Casa quedó revolucionada y una de las participantes salvadas entró en una crisis tan fuerte que se produjo un diálogo que fue cortado «de manera urgente» por la producción del programa, lo que generó una oleada de críticas y de indignación por parte de los fanáticos del ciclo.
Con nueve participantes nominados, dos debían dejar la Casa. Santiago del Moro fue dando a conocer los salvados de a uno y con un intervalo de unos 10 a 15 minutos entre uno y otro. La diferencia, esta vez, es que el voto de la gente fue positivo. Es decir que los fanáticos debían elegir «quién querés que se quede» y no «quién querés que se vaya» como sucede habitualmente. Eso cambió las cosas tanto afuera como adentro.
A la gente le modificó su manera de elegir, y a los jugadores les dio una percepción de la idea que tiene el público sobre ellos en medio del aislamiento absoluto al que se someten desde que cruzan la puerta de la vivienda más famosa del país. Desde ese momento no saben nada de nada y van «tanteando» lo que generan a través de algún grito aislado que escuchan, de algo que les dice alguien o, cada fin de semana, con los votos de la gente.
Una de las últimas salvadas por el voto positivo fue Lucía Patrone, la novia de Lauty Gram, la joven modelo que prometió revolucionar el juego con su simpatía pero hasta ahora no lo pudo lograr.
Pero eso que para muchos podría haber sido algo alentador -sino, que les pregunten a las eliminados Delfina y Saif- para la rubia terminó siendo una mala noticia, ya que ella suponía que la gente la amaba y la iba a votar en masa para ser una de las primeras «salvadas«, lo que evidentemente no sucedió
LA PARTICIPANTE DE GRAN HERMANO QUE ENTRO EN CRISIS Y PROVOCO UN ESCANDALO E MADRUGADA
En un momento Lucía no podía parar de llorar. No había forma de calmarla. ¡Y eso que no fue eliminada! Todos los compañeros (bueno, todos no, algunos nomás) fueron a consolarla pero ninguno logró el cometido. Ella seguía con su ataque de llanto y su crisis de nervios porque se le metió en la cabeza que una buena parte del publico la rechaza en vez de quererla.
Lucía, que además de todo carga sobre sus espaldas con los rumores de que está «coqueteando» mucho con Luca mientras su novio Lauty Gram sigue todo desde afuera, estaba incontenible. No había manera de calmarla y gritaba con insistencia, entre otras cosas, que extraña mucho a sus padres y que no aguanta mucho más sin verlos.
En un momento se le acercó Sandra y le sugirió que fuera al confesionario. «Andá, dale desahogate«, le dijo. «Bati» Larrivey, otro de los salvados, no estuvo tan de acuerdo: «No, ahora no porque te agarra el GH mala onda». Y cortaron todo, por las dudas. ¡Escándalo absoluto!