A lo largo de los años, la figura de Isabel de Baviera, más conocida como la Emperatriz Sissi, cautivó la imaginación de millones gracias a su historia de vida, que combina romance, tragedia y un espíritu indomable. Sin embargo, antes de convertirse en emperatriz de Austria y reina consorte de Hungría, Sissi vivió una infancia llena de felicidad en el idílico Castillo de Possenhofen, un lugar que marcó su vida y que hoy guarda una historia fascinante.
El Castillo de Possenhofen fue construido en 1536 por Guillermo IV de Baviera. Originalmente concebido como una fortaleza, el espacio evolucionó con el tiempo hasta convertirse en un elegante palacio, compuesto por dos edificios principales, cuatro torres y una capilla. En 1834, este icónico lugar fue adquirido por el duque Maximiliano de Baviera y su esposa Ludovica, los padres de Sissi, quienes buscaban un refugio ideal para pasar los veranos junto a sus diez hijos.
Apasionada por la naturaleza y los animales, Sissi encontró en Possenhofen un paraíso donde podía disfrutar de su libertad. Alejada de las rígidas normas de la realeza, la joven Isabel creció explorando los bosques, montando a caballo y compartiendo momentos de diversión con sus hermanos. Este ambiente relajado y feliz marcó profundamente su carácter y se convirtió en un contraste con la vida protocolar que le esperaba tras su matrimonio con el emperador Francisco José I.
El abandono y la transformación del Castillo de Possenhofen
Después de su boda en 1854, Sissi regresó al castillo en varias ocasiones, usándolo como un refugio personal donde podía escapar de las presiones de la corte vienesa. Sin embargo, tras su trágico asesinato en 1898, el interés por Possenhofen comenzó a desvanecerse. Durante las décadas siguientes, el castillo cayó en el abandono y sus instalaciones se deterioraron gravemente.
FUENTE: Viaja con Mara
Durante la Segunda Guerra Mundial, el lugar fue utilizado como hospital militar por la Luftwaffe, un hecho que acentuó aún más su desgaste. Fue recién en 1981 cuando el castillo encontró una nueva vida: pasó a manos privadas que lo sometieron a una ambiciosa renovación y lo transformaron en condominios de lujo.
Hoy en día, el Castillo de Possenhofen es un espacio privado que combina historia y modernidad. Entre los apartamentos que alberga, destaca “El Beletage”, ubicado en la segunda planta del edificio. Este espacio de 270 metros cuadrados, actualmente en venta por 5,2 millones de euros, cuenta con tres dormitorios, tres baños, un salón con chimenea y una cocina moderna, todo decorado con detalles que evocan la opulencia del pasado, como techos de estuco y puertas artesonadas.
Además, los propietarios disfrutan de vistas privilegiadas al lago de Starnberg y los Alpes, así como acceso a un parque privado y un club náutico. Estas comodidades han convertido al castillo en un lugar exclusivo para aquellos que buscan vivir rodeados de historia y belleza natural.
VO