El 16 de diciembre de 2023 quedará grabado para siempre en el corazón de los hinchas de Rosario Central. Fue el día en que el Canalla volvió a gritar campeón del fútbol argentino, rompiendo una sequía de dos décadas. Una jornada inolvidable, épica, que quedará marcada como una página dorada en la historia del club. Santiago del Estero se llenó de azul y amarillo y el Madre de Ciudades vibró al ritmo de una multitud que viajó con una sola ilusión: traer la Copa de la Liga a casa. Y lo lograron. La séptima estrella es canalla y ese día mágico nadie la olvidará jamás.
Con Miguel Ángel Russo liderando desde el banco, el equipo escribió una historia de lucha, sacrificio y gloria. Fue el campeonato de los héroes: el Malcorrazo, que todavía resuena en la memoria de todos y un Fatura Broun que se transformó en una leyenda bajo los tres palos.
No fue un camino fácil. Al principio, el equipo no encontraba su rumbo, pero todo cambió en el clásico ante Newell’s. Esa victoria con el inolvidable gol de Malcorra fue el punto de inflexión. Desde entonces, el equipo no volvió a mirar hacia atrás. Era Central contra el mundo y lo superaron todo.
El capitán del barco. (Foto: Marcelo Carroll)
El camino hacia la gloria
Desde el fondo de la tabla en la sexta fecha, el Canalla comenzó una remontada histórica: victorias frente a Huracán, Argentinos, River y Arsenal, y empates valiosos contra Vélez, Instituto y Barracas. Cada partido era una batalla y el equipo lo sabía. Había algo especial en el aire, una energía que solo los campeones conocen.
El equipo que se consagró en Santiago del Estero. (Foto: Marcelo Carroll)
Cuando llegó la eliminación directa, Fatura Broun se puso la capa de Superman y se convirtió en una muralla. Contra Racing, un 2-2 emocionante con goles de Jaminton Campaz y Agustín Sández. En Córdoba, un 0-0 sufrido contra River, donde Fatura atajó tres penales y desató el delirio. Y en la final contra Platense, el golazo de Maximiliano Lovera fue la joya que selló el campeonato.
El recuerdo de Russo
«La gloria no tiene precio. Dar una vuelta olímpica, no hay forma de no recordarla toda tu vida. A veces cuando jugás finales no ves la dimensión del después. El después es para siempre, vos quedás en la historia. Eso es lo que hablaba permanentemente», dijo Miguel Ángel Russo, con la emoción a flor de piel. Y tiene razón. Levantar una copa no es solo un momento, es una marca que queda para siempre. Ese 16 de diciembre, Rosario Central volvió a ser campeón. La historia lo recordará, pero en el corazón canalla, esa alegría es eterna.
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