El Partido Obrero publicó una nota firmada por el compañero Juan Pablo Rodríguez cuyo velado objetivo es justificar y defender una parte sustancial de la reaccionaria reforma política que Milei está tratando de pactar con el kirchnerismo, acusando al PTS de “apoyar las PASO”. Como el tero, gritan a la izquierda para apoyar aspectos centrales de una política comandada por lo más rancio de la gran burguesía.
El autor realiza un (vano) intento de querer tratar la discusión sobre las PASO como si fuera un ejercicio teórico, por fuera de la cuestión y lucha política concreta. La eliminación (o “suspensión”) de las PASO son parte indivisible de una reforma política reaccionaria y antidemocrática por donde se la mire. Si pasa parte de ella, el gobierno se fortalecerá e intentará ir por todo: un régimen político de dos o tres partidos y coaliciones, financiadas integralmente por la gran burguesía, quien buscará ser el único árbitro en los comicios como denunciamos en esta nota. Para aprobarla en un todo o en partes, los Milei negocian con el kirchnerismo un paquete que incluye la Corte Suprema, los pliegos de casi 150 jueces, el nombramiento del procurador fiscal (el jefe de los fiscales) y la eliminación de la ley de “ficha limpia”.
Por lo tanto, dejar entrever, como hace el PO en esta nota, de que este engendro tiene algunos puntos supuestamente más democráticos que el régimen actual, es más que un dislate. La izquierda tiene que rechazar de plano y en su totalidad la reforma política y el reaccionario pacto Milei-Cristina para imponerla.
Es la burguesía la que no quiere que las masas hagan política
En su nota, el PO afirma que Myriam Bregman y el PTS embellecen a la democracia burguesa por denunciar el pacto Milei-CFK que implicaría que las masas tengan aún menos participación política que la que tienen ahora. Insólitamente para el PO es peor que las masas participen en dos procesos electorales cada dos años, en los que la izquierda puede, aún en condiciones totalmente desventajosas, llegar a una gran parte de la población con su programa de lucha a través de los espacios gratuitos de radio y televisión que, de otra manera, serían absolutamente imposibles de obtener para organizaciones obreras. Por acción u omisión, en esto el PO coincide con la gran burguesía.
Milei hoy representa a la burguesía que quiere un Estado cada vez más autoritario, cercenando en forma creciente las libertades democráticas del pueblo y tratando de evitar una mayor politización de masas, como sucede cuando hay elecciones. El método de gobernar mediante DNUs y vetos es la expresión de una tendencia hacia un mayor “bonapartismo”, una tendencia que buscan profundizar para que las masas explotadas y oprimidas se alejen cada vez más de los asuntos públicos, que deben quedar en manos integral y directamente de las distintas alas del gran capital para terminar de convertir a la Argentina en una factoría de productos primarios con una mayoría de trabajadores pobres precarizados.
Es sabido que la gran burguesía opina que las elecciones de medio término (legislativas) se deberían abolir para fortalecer aún más el Ejecutivo, votando todo junto solo cada cuatro años. Es lo que quiso imponer el represor Gerardo Morales con su pantomima de constituyente en Jujuy, algo que fue derrotado por la denuncia de los convencionales del PTS/FITU y una gran movilización popular. CFK se sumó a este clamor, que ya había postulado su “ahijado” Wado de Pedro cuando era Ministro del Interior de Alberto Fernández “con el fin de que los presidentes puedan ‘desarrollar’ mejor sus gestiones” (SIC). Música para Milei.
Esta reforma política tiene ese contenido. Es una reverenda falacia afirmar que quien la rechaza está no sólo apoyando sino embelleciendo al actual sistema electoral, PASO incluidas, sistema que desde la hora cero hemos criticado por el piso proscriptivo.
Además, no hay eliminación de las PASO sin que simultáneamente, o más temprano que tarde, se impongan condiciones leoninas para poder crear partidos y postular candidatos profundizando aún mucho más el carácter proscriptivo de las elecciones. La izquierda totalmente “afuera”, sin PASO ni generales, sin espacios gratuitos ni nada. Ese es el plan.
Haz lo que yo digo… o PO vs PO
“No se trata solo de un ‘mayor período electoral’ en términos generales, se trata de exponer al conjunto de las organizaciones de izquierda a la manipulación por parte de la burguesía de sus propias decisiones” dice la nota del PO sobre las PASO. “Somos partidarios de que los candidatos de la izquierda se definan con los métodos de la clase obrera, no con los métodos de las elecciones de la burguesía y su injerencia”, agregan. Ajá…
En mayo de 2015, a más de un mes y medio del cierre de listas, la dirección del PO clausuró toda conversación e intercambio en la Mesa Nacional del FIT y declaró unilateralmente la utilización de las PASO para dirimir las candidaturas de nuestro Frente bajo la firma de Gabriel Solano, aún cuando el PTS propuso que Nicolás del Caño fuera como candidato a vice de Jorge Altamira. El resultado ya es conocido por todos. Unos años después, en 2021, habiendo ingresado el MST al FITU decidió ir con listas propias a las PASO de las legislativas. El PTS formó una lista unitaria con el PO e IS en todas las provincias… salvo en Córdoba donde el PO decidió unilateralmente hacer una lista propia. Y ya en 2023 la historia es más conocida. La dirección del PO hace una campaña para que las candidaturas ¡y el programa! se elijan y se apruebe en un “plenario” o “asamblea” integrada mayoritariamente por organizaciones sociales como Polo Obrero de la que algunos de sus miembros ya habían adelantado que iban a votar a Milei, como admitió el propio Solano, amén de que no necesariamente el resto comulgaba con el programa del FITU. Naturalmente el PTS, que postulaba a Myriam Bregman como candidata, rechazó ese método. Y, nuevamente, la dirección del PO decide hacer una lista propia contra Myriam Bregman y Nicolás del Caño, con abiertos ataques en las redes y medios, con los abrumadores resultados también conocidos por todas y todos. Nótese que en 12 años, a diferencia del PO, el PTS nunca utilizó las PASO para denostar a compañeros que integraban otras listas de izquierda.
¿Quién cambió su posición histórica sobre las PASO?
Elecciones (burguesas) y PASO
Los socialistas revolucionarios utilizan tanto las elecciones como la intervención parlamentaria como una tribuna de agitación para “fortalecer la lucha, al servicio de las huelgas y la movilización extraparlamentaria en las calles de los trabajadores y la juventud, y como un medio más para el objetivo estratégico de derrotar a los capitalistas y su Estado mediante la revolución social”, como dice esta cita del Manifiesto del FIT del 2013 (párrafo casualmente redactado por quien esto escribe) que Rodríguez recuerda en su nota. Las elecciones burguesas son proscriptivas y antidemocráticas por su carácter de clase: la burguesía al detentar el poder del Estado y ser dueña de los medios de comunicación inciden en el proceso electoral y en sus resultados decisivamente. Cualquier partido o coalición burguesa que quiera ganar las presidenciales en la Argentina, gasta un mínimo de 100 millones dólares, algo absolutamente inalcanzable para un partido de trabajadores. Los candidatos de los partidos patronales están diariamente en sus canales de televisión y emisoras radiales y el partido que gestiona el gobierno tiene todos los recursos del Estado para hacer campaña.
“Si un sector de los medios masivos de comunicación eligiera darle un espacio sobredimensionado a un candidato de la izquierda por sobre otro, se impone una masa indiferenciada de ‘electores’ a la vanguardia socialista organizada”, afirma Juan Pablo sobre las PASO. Tiene razón. Pero resulta que eso podría suceder en cualquier elección, ya sean primarias o generales (antes de la formación del FIT en 2011 se presentaban cuatro o cinco formaciones de izquierda separadas en las elecciones). ¿”Abajo las elecciones generales”, deberíamos decir también?
Las PASO fueron inventadas por el kirchnerismo como (supuesto) salvavidas para evitar la división del peronismo (en 2003 hubo tres candidatos presidenciales peronistas) y para proscribir a las formaciones minoritarias, particularmente a la izquierda. Las siete PASO que hubo desde 2011 mostraron que se convirtieron en una suerte de “primera vuelta”, donde mayoritariamente “la gente” vota a la formación política que más simpatiza, y los aparatos burgueses se ocupan de que se los vote para quedar lo mejor posicionados posible para las generales. Hoy Milei, Cristina y Massa quieren abolirlas no para hacer un régimen más democrático sino para fortalecerse ellos en sus espacios y polarizar, dejando afuera a terceras opciones. La diferencia de la cantidad votos entre las PASO y las generales fueron totalmente menores en el FIT y el FITU desde aquella campaña que hicimos en el 2011 contra el piso proscriptivo convocando a superar los 400.000 votos que necesitábamos para pasar el 1,5% y poder participar de las generales.
Desde su creación hasta hoy hemos denunciado el piso proscriptivo que impusieron las PASO para poder participar de las generales, pero pese a esa importante crítica que seguiremos haciendo, no vamos a caer en negociar con el ultraderechista Milei darle algo fundamental de lo que necesita de su reforma electoral.
150 años…
PASO o elecciones generales, estamos hablando de elecciones que organizan y dirigen de cabo a rabo nuestros enemigos de clase, quienes imponen sus leyes de partidos políticos y códigos electorales que profundizan la desigualdad real que hay entre los partidos patronales y los partidos de trabajadores, que incluyen el nefasto balotaje o segunda vuelta presidencial donde convocan al pueblo a votar al mal menor. Elecciones que los socialistas revolucionarios utilizan desde hace 150 años como herramienta para poder llegar a la mayoría del pueblo trabajador, aún en condiciones brutales de cuasi ilegalidad, como las elecciones a la Duma rusa (parlamento). Lo mismo sucede en los parlamentos, donde participamos con el fin último de desacreditarlos y mostrarlos como parte de la maquinaria del régimen burgués, y a la par como una manera de elevar el nivel de comprensión de las masas y la confianza en sus propias fuerzas, mientras que se impulsamos la autoorganización obrera y popular en el camino de crear consejos obreros que reemplacen al régimen parlamentario, como parte de un gobierno obrero y popular.
Claro que si hubiera un ataque bonapartista o directamente golpista para cerrar el parlamento (cosa que no sucede hoy en la Argentina), vamos a enfrentarlo en forma abierta y denodada, como sucede cuando la burguesía necesita concentrar todo su poder para golpear a las masas y arbitrar entre los distintos grupos capitalistas, como sucedió hace más de tres décadas en Perú y acaba de pasar en Corea del Sur. ¿Eso significa una “defensa” del parlamento burgués?
Y ahí está el quid de la cuestión. La dirección del PO “confunde” el enfrentamiento y lucha política del PTS y sus referentes contra esta reforma política reaccionaria con una defensa del régimen actual, que no existe. No saber discernir un ataque por derecha de una crítica por izquierda puede llevar a la dirección del PO a terminar apoyando el proyecto más preciado por Milei en la actualidad.
Por el contrario el PTS lucha abiertamente contra cualquier cercenamiento de las libertades democráticas como pretenden Milei y su camarilla, sin dejar de criticar lo antidemocrático de todo el andamiaje institucional burgués.
Y agrego: nos confundiríamos fiero si opinaramos que la injerencia del Estado sobre las organizaciones populares se concreta solo a través de las leyes de los partidos políticos y los códigos electorales, esta también se hace carne en los sindicatos y organizaciones obreras a través de la Ley de Asociaciones sindicales, en las organizaciones sociales que administran planes bajo la tutela del Ministerio de Acción Social y hasta en los centros de estudiantes y federaciones vinculados directamente con las gestiones universitarias. En todos esos terrenos siempre el PTS fue quien planteó mecanismos de todo tipo para contrarrestar esa injerencia. Como es de público conocimiento, el PO no se caracteriza justamente por ello.
El FITU tiene que encabezar una gran campaña contra el pacto Milei-CFK y la reforma reaccionaria
La Mesa Nacional del FITU se reunió la semana pasada y resolvimos impulsar una declaración política como inicio de una gran campaña contra la reaccionaria reforma política de Milei. Cuando estábamos por finalizar las últimas correcciones, la dirección del PO la frenó. El PTS va a insistir la semana entrante, a sabiendas de que más allá de que no pudieron meterlo en diciembre, van a intentar insistir en febrero o en marzo. Por eso proponemos sacar la declaración y un petitorio y llamar a una gran unidad de acción para derrotar este intento proscriptivo.