El G20 volvió a reunir este lunes a los presidentes de los países dominantes y algunas de las economías más grandes del mundo. Lula da Silva (que ocupa la presidencia del encuentro) instó a todos los Estados a sumarse a la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza que dice tener como objetivo movilizar recursos y conocimientos para erradicar el hambre y la pobreza a nivel mundial. Milei, luego de formular dudas, adhirió pero haciendo explícitas sus diferencias. Ambos mandatarios expresan dos políticas diferentes, pero ninguna de ellas viene teniendo éxito en mejorar las condiciones de vida de las grandes mayorías.
Un comunicado de la Oficina del Presidente sintetizó las declaraciones de Milei: «Cada vez que se intentó combatir el hambre y la pobreza con medidas que incrementaban la presencia del Estado en la economía, el resultado fue el éxodo tanto de la población como del capital, además de millones de muertes de vidas humanas.» Una frase tan general se vuelve incontrastable, la realidad es que con mayor o menor intervención del Estado en las últimas décadas el capitalismo ha aumentado la desigualdad y nunca estuvo cerca de terminar con la pobreza.
El mismo proyecto de la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza admite que: “733 millones de personas padecieron hambre en 2023, es decir, el 9% de la población mundial, según el último informe presentado en julio por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y otras agencias de la ONU.” El mismo informe, el de la FAO, agrega que son alrededor de 152 millones más que en 2019, por lo que la situación ha empeorado gravemente. Además, se puede leer que aproximadamente 2.330 millones de personas en todo el mundo padecían inseguridad alimentaria moderada o grave.
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La desigualdad también puede verse en el informe de la FAO: el 6,3% de la población de los países de ingresos altos no puede permitirse una dieta saludable, en comparación con el 71,5% de los países más pobres. Y no es sólo por países, aunque Milei niegue la existencia de la brecha de género, la inseguridad alimentaria es mayor entre las mujeres que entre los hombres.
Una de las causas centrales puede encontrarse en el último informe de Oxfam que revela que los hogares más ricos del mundo, aproximadamente 3.000, concentran el 13% del Producto Bruto Interno (PBI) mundial. Este dato contrasta con los niveles de 1987, cuando esa proporción era apenas del 3%. El mercado que defiende el Presidente está puesto en función de la concentración de las ganancias en manos de unos pocos empresarios y los Estados capitalistas no revierten esta tendencia.
Pero como está escrito en el comunicado de la oficina presidencial, el libertario fue más allá: «Javier Milei tiene una posición clara: si queremos luchar contra el hambre y erradicar la pobreza, la solución está en correr al Estado del medio» y agrega que “insta a todos los líderes del mundo a seguir este camino, que en Argentina ya está dando sus frutos”.
Según el Indec un 52,9% de población es pobre, un aumento de casi 13 puntos porcentuales en un año u 11 puntos porcentuales desde que asumió el gobierno de La Libertad Avanza. A su vez ,el nivel de indigencia llegó al 18,1%, creció 6,2 puntos porcentuales desde que asumió Milei. Esto implica que Milei creó 5,3 millones de nuevos pobres para elevar el total a 24,8 millones. También creó 3 millones de nuevos indigentes para que la cifra total llegue a 8,5 millones. Estos son los verdaderos “frutos” de las políticas del Gobierno.
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Las principales potencias, como Estados Unidos, se esfuerzan por mantener las reuniones del G20 para intentar mostrar unidad y cooperación, pero los discursos de Milei son sólo una de las expresiones visibles de los enfrentamientos a nivel internacional. A la cumbre no asistió Vladimir Putin (que fue reemplazado por su canciller) por la guerra en Ucrania que además de causar grandes sufrimientos a millones de personas, aumenta la división ya que los Estados de la OTAN apoyan a Ucrania y China se mantiene “neutral” favoreciendo en los hechos a Rusia. El genocidio en curso del Estado Israel sobre el pueblo palestino agrava aún más las contradicciones. La asunción de Trump lo más probable es que venga agravar este escenario.
Frente a los horrores provocados por el capitalismo, políticas como las de Milei profundizan la puesta de la producción mundial de bienes y servicios en función de las ganancias de unos pocos y la mercantilización de los derechos elementales como a la salud, a la vivienda y a no pasar hambre. Solo la lucha por la cooperación a nivel internacional de las clases trabajadoras y los sectores populares puede terminar con los genocidios y guerras, cambiar de raíz este sistema de explotación y opresión, y poner todos los recursos tecnológicos y científicos al servicio de satisfacer las necesidades básicas de la mayoría de la sociedad.
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