La reunión de líderes del G20 inaugurada este lunes 18 de noviembre en Río de Janeiro tuvo la particularidad de materializar el esperado y «frío» saludo entre el presidente Javier Milei y su par Luiz Inácio Lula da Silva. La adhesión argentina a la Alianza contra el Hambre impulsada por el mandatario brasileño fue una de las más visibles novedades de la jornada, pero el mandatario libertario aprovechó para insistir con su prédica antiestatal e incluso señaló a la comunidad internacional por mantener un regímen de «imposiciones» que a su entender vulnera los derechos básicos de la ciudadanía a nivel global.
La exposición de Milei en la cumbre del G20 se dividió en 2 tramos: el primer discurso fue pronunciado durante la conferencia «Inclusión social y lucha contra el hambre y la pobreza» y más tarde disertó en la segunda sesión, titulada “Reforma de las instituciones de gobernanza global”.
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Más de 80 países y una veintena de organizaciones internacionales suscribieron este lunes la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza promovida por Brasil con motivo de su presidencia en el G20. El Gobierno argentino se sumó a la iniciativa en la búsqueda de recomponer el áspero vínculo Milei-Lula.
La Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza, cuyo periodo de adhesión sigue técnicamente abierto, plantea una serie de compromisos para adoptar políticas y programas específicas, con vistas a ayudar a 500 millones de personas con transferencias de renta en países de renta baja y media y que 150 millones de niños tengan acceso a comedor en sus escuelas, de acuerdo con la nota oficial recogida por la Agencia Brasil.
A pesar del guiño libertario manifestado en el apoyo hacia dicha alianza, Milei cuestionó a la comunidad internacional por una serie de «exigencias» que a su modo de ver operan como un «corsé que nos asfixia». Frente a esto, el presidente argentino defendió cada una de las consignas que componen la «agenda de la libertad» que lleva adelante el oficialismo en la actualidad.
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Discurso de Javier Milei en G20
Durante la Sesión II, “Reforma de las instituciones de gobernanza global”, Javier Milei puso el foco sobre lo que consideró el «fracaso» de la gobernanza global.
«Los organismos y foros internacionales que hoy articulan la comunidad internacional, se crearon con el espíritu de que todas las naciones involucradas pudieran reunirse para cooperar de forma voluntaria, en calidad de iguales y autónomos, para, entre otras cosas, salvaguardar los derechos básicos de las personas», dijo el jefe de Estado al comienzo de su exposición.
Luego indicó que lo anterior «está grabado en piedra en el artículo primero de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que consigna que ‘todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos'».
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Milei continuó su conferencia afirmando que «a casi 70 años de haberse inaugurado este sistema de cooperación internacional (…) es hora de reconocer que este modelo está en crisis, porque desde hace tiempo está en falta con su propósito original«.
«Hemos fracasado en cumplir con el mandato de cooperación internacional voluntaria entre iguales», subrayó el presidente y sostuvo que a su entender «lo que rige en la comunidad internacional es un esquema de imposición. No uno de cooperación simétrica y autónoma».
A continuación, el mandatario consideró ante los líderes del G20 que «muchas de las políticas promovidas con insistencia por la comunidad internacional vulneran los derechos más básicos de los ciudadanos del mundo, que son el derecho a la vida, la libertad y la propiedad privada«.
Duras críticas de Milei a la “gobernanza global”
«Pensando en la consigna de esta exposición, creo que el concepto de ‘gobernanza global’ se ha convertido en la etiqueta de este fracaso«, propuso el presidente este lunes 18 de noviembre en la cumbre del G20.
Por otra parte, Milei hizo referencia a miembros de la comunidad internacional «para quienes “gobernanza global” es sinónimo de imposiciones de todo tipo a nuestras naciones y nuestros ciudadanos«.
«Desde barreras a la producción y el comercio, hasta mandatos de censura a la expresión libre, pasando por imposiciones culturales y condicionamientos en el acceso al mercado de crédito», explicó el mandatario.
«El problema es que estas definiciones no son acuerdos entre partes sino exigencias, porque se fustiga a quien osa tener una mirada propia», prosiguió Milei ante los líderes globales reunidos en Brasil.
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En virtud de lo expuesto, el jefe de Estado planteó que «los mecanismos de gobernanza global no ofrecen un canal de conversación entre semejantes. Ofrecen solo dos caminos: sumisión o rebeldía».
«Antes que ser esclavos, nosotros preferimos la rebeldía», manifestó el libertario y luego esclareció la postura del Gobierno frente a ciertas consignas de la mal llamada “gobernanza global”:
- «Si se trata de restringir la libertad de opinión, no cuenten con nosotros»;
- «Si se trata de transgredir el derecho a propiedad de los individuos a través de impuestos y regulaciones, no cuenten con nosotros»;
- «Si se trata de limitar el derecho de los países a explotar libremente sus recursos naturales, no cuenten con nosotros»;
- «Si se trata de inventar privilegios de sexo, de raza, de clase o cualquier minoría, y negar el principio de igualdad ante la ley, no cuenten con nosotros»;
- «Si se trata de imponer mayor intervención estatal en la economía, no cuenten con nosotros».
Tras reconocer los efectos positivos de la cooperación internacional, Milei aclaró que su prioridad consiste en «respetar la soberanía de las naciones y los derechos individuales de sus ciudadanos».
«En eso consiste, a fin de cuentas, nuestra agenda de la libertad», argumentó el presidente y luego dijo que dicha agenda representa «el norte que creemos debería tener cualquier esfuerzo de reforma para las instituciones de gobernanza global».
«Tal como en el siglo XX hubo una carrera espacial, sostenemos que en las próximas décadas veremos otra carrera. Una carrera fiscal y desregulatoria, donde prosperarán los países que salvaguarden la libertad de los individuos. Los que liberen las fuerzas productivas. Los que permiten la innovación en vez de castigarla. O sea, los que atiendan aquellas verdades que en las últimas décadas la comunidad internacional ha dejado de lado», expresó Milei.
Para finalizar, el mandatario puso de relieve su esperanza «de que la comunidad internacional se reencontrará con los principios que le dieron vida: la cooperación voluntaria de naciones soberanas en calidad de iguales, en defensa de la libertad de los individuos».
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