Un fin de semana de locura y caos se vivió en el Gran Premio de San Pablo de Fórmula 1. Es que la lluvia alteró los planes de todos y provocó inconvenientes en todos los actores. Desde las escuderías y los pilotos hasta el público que se acercó en forma masiva al tradicional autódromo de Interlagos, en las afueras de la ciudad más populosa de Brasil.
Todo fue difícil. En el circuito, después de la clasificación que tuvo cinco palazos, incluido el despiste de Franco Colapinto, la largada prometía un poco más de tranquilidad. Sobre todo porque las precipitaciones se habían tomado un rato de descanso. Sin embargo, todo se empantanó en la vuelta de formación cuando Lance Stroll, que ya se había pegado en la Q2 con su Aston Martin, se fue de pista. Su compañero, el dos veces campeón Fernando Alonso, sufrió en carne propia los problemas de acceso al llegar tarde para la clasificación de la carrera Sprint, el viernes pasado.
Esa situación provocó que el inicio de la competencia se retrasara, con algunas confusiones entre los pilotos que no sabían si la competencia iba a iniciar o no. Finalmente, con 20 minutos de demora, la carrera comenzó, pero el problema fue que la tormenta que deseaban esquivar ya había llegado. Y así fue cómo empezó otra película de suspenso a máxima velocidad.
Sin embargo, los pilotos no fueron los únicos que sufrieron en San Pablo. También lo pasaron mal los fanáticos, sobre todo aquellos que tuvieron su primera vez en un Gran Premio. Es que desde el momento en que se ingresa al predio hasta llegar al lugar asignado en las tribunas hay que sortear al menos cuatro controles, con molinetes incluidos. Y todo se hizo aún más tedioso por culpa de la lluvia, que ralentizó todos los procedimientos.
No en vano los organizadores aconsejaban llegar con tiempo al circuito porque lleva mucho tiempo. De hecho, en la clasificación de este domingo bien temprano, las gradas lucieron al 15 por ciento porque se había hecho un embudo desde la zona de estacionamientos hasta las diferentes puertas de ingreso a las tribunas.
En la carrera principal, los casi 7.000 fanáticos argentinos que estaban en las tribunas pasaron del éxtasis a la decepción. Porque Colapinto levantó al autódromo con un sobrepaso al heptacampeón Lewis Hamilton, pero en la vuelta 32 aceleró en la recta principal y la acumulación de agua en la pista le jugó una mala pasada. El Williams número 43 terminó contra el muro de contención en un fuerte impacto, por suerte sin consecuencias físicas.