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jueves, 31 octubre, 2024
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Guerra por el millonario botín de los sojeros

Detrás de la pirotecnica de afecto a sus funcionarios económicos, una pintura estratégica y de época del Gobierno de Javier Milei, hay problemas de gestión serios. El principal, la inquietud por la caída en los niveles de reservas del Banco Central (BCRA) -aún en la recesión más grande de la historia- y la inexistencia de dólares, sobre todo del campo, que aún ante una caída récord de los precios internacionales, no liquida. Dos cuestiones que refieren a la misión casi exclusiva que tenía el ministro de Economía, Luis Caputo, en los papeles un Secretario de Finanzas con un up grade salarial que no arrimó hasta ahora billetes verdes. 

Hoy, a fuerza de intentonas infructuosas por conseguir divisas, el ex JP Morgan y Goldman Sachs logró convencer al Presidente de su idea inicial. Tal como viene adelantando hace meses Página/12, Caputo le dijo a Milei que sin dólares no se puede salir del cepo, cuestión que el presidente negaba hasta esta semana, donde en una charla privada con “Toto” acordaron no salir de los controles “al menos hasta 2026″. El cepo va a convivir con nosotros todo el 2025”, le aclaró el funcionario a su superior. Luego, ambos salieron en público a echar por la borda el trabajo discursivo de estos meses y blanquearon que Argentina puede crecer con cepo. Todo en tres tribunas diferentes de inversores empresarios. 

En el fondo de esta historia, y es lo que enerva al Gobierno, está la pelea por un botín de casi 13 mil millones de dólares que guarda el campo y no liquida, dinero que podría haber apalancado un mayor orden en las cuentas del BCRA y hasta una salida del cepo. Caputo es un habitué de las llamadas telefónicas amenazantes donde les dice a dirigentes de la Mesa de Enlace y otros cuadros del campo que apuren a los productores “porque, si no venden, van a seguir perdiendo plata”, dado que el precio internacional de los granos en Chicago se está viniendo a pique. 

A los ruralistas parecen interesarles poco las presiones del oficialismo y reina en ellos el enojo y la indiferencia. En los chats de Whatsapp Gurú Agro y Gurú Ganadero a los que accedió este diario, donde conviven la representación de productores de la zona núcleo, dirigentes agrarios del PRO y consultores de todo el país, el tema central mientras Caputo mendiga divisas es el caso de los videos y denuncias de género de Alberto Fernández. Otro de los asuntos, la preocupación por los costos altos y pedidos de que el Gobierno baje las retenciones. Hay allí una disociación de pensamientos y necesidades muy clara.

Nicolás Pino, el presidente de la Sociedad Rural (SRA), es la herramienta con la que Caputo y Milei intentan tranquilizar a una tropa rebelde, que mostró que no soltará granos a menos que el gobierno devalúe. El matarife, a quien Milei quiere al frente de la representación empresaria en la demorada Mesa de Mayo (que debería reunir a empresarios y gremios), les pide a las bases que no molesten a Caputo con pedidos de baja de retenciones. “No se puede ahora”, detalló en una conversación que tuvo hace unas semanas con dirigentes rurales. Pero el campo es cruel, o más bien entiende las relaciones de poder: el que maneja es el que tiene lo dólares, el resto espera o cumple promesas. Para el agro, hoy, el Gobierno de Milei no dio señales de estímulo para salir a vender. Y hay un malestar creciente con la situación, que intentan ocultar sobre todo los dirigentes más cercanos al Gobierno. La referencia es para Pino y su vice, Marcos Jorge Celedonio Pereda Born, amigo personal del ministro Caputo. 

Este enojo de productores e industriales se ve en los números: entre soja y maíz, hay hoy en poder del campo algo más de 12.500 millones de dólares, sobre un total anual de 29 mil millones. Y ese margen sin vender no aparecerá disponible al menos hasta diciembre. Lo interesante es que ese escenario se da con el precio de la soja en chicago oscilando en los 360 dólares por tonelada, el valor más bajo desde el año 2006. Hasta el momento, los productores resisten vendiendo maíz “negro” en algunas zonas del centro y compensando con carne vacuna, o soltando soja a cuentagotas cada vez que precisan cubrir costos. Los libertarios, en tanto, padecen la situación. “Así como estamos, Presidente, no podemos abrir el cepo”, le dijo un Caputo nervioso a Milei. El mandatario venía atado al mástil de que no hay crecimiento con cepo, y debió ceder. Esa historia, en breve, se transformará en otro problema.

Cepo y sex gate

Más allá del intento poético de una épica encepada de parte Milei, esa aseveración ya genera ruidos en el establishment. Y es lógico. Este viernes, en la mayoría de los grupos de Whatsapp de inversores aseguraban que, a este ritmo, sólo van a zafar del cepo los beneficiados por el régimen de inversiones RIGI. Es que el resto, los que decidan invertir, no van a poder girar dividendos ni mover capitales. “¿Por qué alguien invertiría si puede entrar, pero no salir?” No son pocos los que ven en el tema cepo otra de las tantas acciones descoordinadas de Milei y el equipo económico, o bien impericia para planificar. Los más extremos, dicen que no hay plan más que ajustar la economía. Por encima de eso, está la depresión económica que ya traba desembolsos privados, lo que hizo que esta semana Caputo, en el territorio afín de la Bolsa de Cereales de Córdoba, reclame paciencia, apoyo al Gobierno e inversiones. 

Exceptuando a Pino, el Gobierno no tiene hoy un cuadro que maneje de manera estratégica el vínculo político con el campo, el sector del establishment menos maleable de todos. Por eso Caputo suplica que vendan mientras los chats arden con críticas. En esos grupos de Whatsapp, donde la sintonía es claramente otra, circularon por estas horas flyers con fotos de Alberto Fernández y el término “golpeador”, e infinidad de chimentos y especulaciones sobre el tema en cuestión. Además, una consultora importante del rubro posteó un gráfico que muestra que la rentabilidad del agro es negativa en más de 10 puntos en la región sojera de Córdoba. Allí todos pidieron por la baja «urgente» de las retenciones.

En el problema de los costos también quedó cruzado el propio Pino. Es que los márgenes, según se cuenta en los chats del agro, son negativos por muchas razones, una de ellas la pérdida que tienen aquellos que alquilan los campos, que son el 70 por ciento de los productores del país. ¿Por qué aparece allí Pino? Porque casi todos los arrendadores son los socios de la Sociedad Rural, la casa sectorial que se quedó en el inicio de la patria con el grueso de los terrenos que no les eran propios. Uno de los que más productores tiene y, en consecuencia, el que más alquila, es Coninagro, una de las cuatro patas de la Mesa de Enlace y que representa a las cooperativas. “No les podemos bajar los alquileres”, advirtieron los de la Rural. Otro costo extra que aumenta tensiones.

Mientras tanto, en las oficinas del Quinto Piso de Hacienda, hacen cuentas a ver de dónde pueden salir divisas. Todos los que les reportan el escenario de los comicios de los Estados Unidos, que Milei esperaba fueran un claro triunfo de Donald Trump para liberar desembolsos del Fondo Monetario (FMI), traen malas noticias con un paso al frente de la demócrata Kamala Harris. Hace unos días, uno de los integrantes del equipo de Caputo sugirió ahondar la línea que alguna vez mencionó Milei de buscar «dólares en un país exótico» en cuanto perfil crediticio. Algunos hablan de Israel, otros de alguna nación árabe. Por ahora, especulaciones en un desierto sin divisas. 

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