La Selección Argentina, liderada por Lionel Messi, atraviesa y goza uno de los mejores ciclos de su extensa y ya gloriosa historia. La Copa América 2021 en Brasil, la Finalíssima en Wembley, el Mundial de Qatar 2022 y un halo de imbatibilidad en Eliminatorias y amistosos, la hacen gran favorita a la Copa América 2024 que se disputa en los Estados Unidos, por encima de brasileños, Uruguay y Colombia.
Sin embargo, el ambiente futbolero no sólo le dedica elogios y respeto al equipo que dirige Lionel Scaloni. También hay críticas que señalan cierto favoritismo hacia Messi y compañía, que hacen foco en jugadas puntuales, con el VAR como protagonista, pero también en todo lo que genera el 10 del Inter Miami vestido de albiceleste.
Parece difícil encontrar algún paralelo entre Louis van Gaal y el argentino Fernando Ortiz, el viejo estratega neerlandés y el joven ex Boca exiliado en el fútbol mexicano, más allá de que ambos son entrenadores. Sin embargo, en distintos contextos, ambos hicieron referencia a lo que genera Messi dentro y fuera de la cancha, la influencia que pesa sobre los árbitros y el «negocio» del fútbol.
El ex DT de Países Bajos, con la sangre en el ojo por quedar eliminado dos veces por la Argentina en cuartos de final de un Mundial (la anterior había sido en 2014, también por penales), habló tras la derrota en Qatar y planteó que el triunfo de la Scaloneta había estado «premeditado» por los pitos.
«¿Messi debía ser campeón del mundo?», le preguntó un periodista aquella jornada caliente en que el 10 argentino le dedicó un Topo Gigio. «Creo que sí», respondió Van Gaal, que pasó por alto que aquel partido fue un baile de Argentina sobre su equipo, y que pudo empatar gracias a que el árbitro español Antonio Mateu Lahoz adicionó más de 10 minutos a los 90 reglamentarios.
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El director técnico neerlandés recordó el partido entre Países Bajos y la Scaloneta, por los cuartos de final del Mundial de Qatar 2022.
La mejor respuesta a los dichos del ex entrenador no salió desde las entrañas de la Selección Argentina sino de uno de los símbolos del equipo neerlandés en aquel partido, Virgil van Dijk: «¿Las palabras de Van Gaal sobre Messi? Él puede decir lo que quiera, es su opinión, pero no estoy de acuerdo con él y no comparto la misma opinión».
El Tano Ortiz sí opinó a lo Van Gaal cuando su Pachuca debía cruzarse con las luminarias del Inter Miami de Messi por Concachampions. «Espero que los chicos entiendan que es un rival más, un jugador más. Porque después viene todo lo otro. El árbitro, el marco, la gente. Todo lo que rodea a Messi puede generar decisiones deportivas y extradeportivas. ¿Fui claro?”, sugirió en una nota.
Con mucho de picardía y cero de diplomacia, al argentino no le importó cargar contra Messi en beneficio de su equipo y sembró una duda que condicionó a los árbitros tanto en la ida como en la vuelta, en una serie que terminó quedando para los aztecas.
¿De qué se quejan en México y Chile? La sensación es que todo el mundo quería que Messi fuera campeón del mundo, aunque en algunos lugares donde sufrieron el andar victorioso de la Selección se buscaron excusas en los arbitrajes. Pasó en Qatar y pareciera que se quiere instalar en la Copa América, con Chile a la cabeza de las protestas pero con otros países atentos a los que pueda pasar cuando toque enfrentarla.
Lo que se menciona de la aventura por Medio Oriente es que Argentina tuvo cinco penales a favor durante todo el Mundial. Lo que se omite es que de ellos hay sólo dos discutibles, pero que no influyeron en la consagración: el primero, convertido por Messi que terminó en derrota ante Arabia Saudita, y el segundo, que fue atajado por el arquero Wojciech Szczesny en el triunfo frente a Polonia. Si de penales se habla vale recordar que Francia tuvo dos en la final.
El DT de Canadá también protestó contra los árbitros
Ya en el arranque de la Copa América el entrenador de Canadá, Jesse Marsch, pidió multas en contra de la Selección Argentina por demorar su salida al segundo tiempo en el partido inaugural del jueves 20, que estaba 0-0 en el entretiempo.
«Cuando estaban tardando, sabía que estaban mirando el video y analizando cómo querían jugar contra nosotros. Ojalá los árbitros pudieran gestionar eso. Si nosotros llegáramos cinco minutos tarde, tendríamos una multa. Habría un gran problema», aseguró Marsch, visiblemente enojado, y agregó: «¿Cuánto tiempo tardaron ellos? ¿20 minutos? ¿30? Tuvieron tiempo para preparar cómo jugarían contra nosotros en la segunda mitad. Si hubiésemos sabido que teníamos 10 minutos más, nos hubiésemos preparado más».
Como si fuera poco, luego se quejó porque el árbitro Jesús Valenzuela evitó cobrar una infracción en el borde del área a favor de los canadienses por temor a que sea penal.
La Copa América 2024, ¿con un VAR low cost?
La Copa América en los Estados Unidos es atípica desde su origen, celebrada en un país ajeno a la Conmebol donde el factor económico pesó y pesa mucho a la hora de la toma de decisiones. Parece buena la idea de sumar combinados de la Concacaf, aunque hace ruido que el equipo anfitrión y México sean cabezas de serie por encima de un ganador histórico como Uruguay y una Colombia que arrastra 24 partidos invicta.
El cuadro, sorteado en diciembre pasado, permitirá además que Argentina no se cruzará con Brasil, Uruguay, Colombia y los dueños de casa en caso de llegar hasta la final, una rareza en términos de diagramación de llaves eliminatorias, por lo que los rivales más fuertes para los de Messi a futuro podrían ser Venezuela, Ecuador, México, Chile y Canadá.
Pero el reclamo en esta Copa América está dirigido hacia el VAR, o esta versión «low cost» del VAR, una tecnología algo rudimentaria si se la compara con la de alta gama que se ve por estos días en la Eurocopa, dándole la razón a Kylian Mbappé por ponerla a la altura de un Mundial. Si en Alemania las repeticiones son instantáneas, con mil cámaras y offsides semiautomáticos, en Estados Unidos se da todo lo contrario, con planos alejados y líneas trazadas con dudoso rigor.
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Conmebol compartió el análisis de la jugada donde los chilenos reclamaron offside de Givoani Lo Celso.
Brasil lo sufrió en el 0-0 contra Costa Rica, en un gol anulado a Marquinhos que pudo haber sido triunfo y moderado las críticas hacia el entrenador Dorival Junior. Y lo mismo le pasó a Jamaica ante Ecuador, que padeció un penal y reclamó otro, en un 1-2 que decretó su despedida del torneo.
De todos, el que más se quejó fue Chile, y justamente por su partido ante Argentina. Los trasandinos hablan de tres jugadas puntuales, que terminaron siendo consideradas en beneficio de los de Scaloni. Se recopila un contacto del Cuti Romero a Dávila que pudo ser penal, un pisotón de Rodrigo De Paul sobre Suazo en el que se pidió expulsión y un supuesto offside de Gio Lo Celso en el gol de Lautaro Martínez, que la métrica dio como habilitado.
Los bicampeones en 2015 y 2016 se sacaron la bronca tras el gol postrero del Toro señalando que el VAR se volcó por Argentina cada vez que le tocó intervenir, sin detenerse en que el árbitro uruguayo Andrés Matonte dejó pegar más de la cuenta, o que el ping pong de acciones de peligro dio ganador 12 a 3 a los de Scaloni, dejando como figura al arquero Claudio Bravo.
El DT de Chile, el argentino Ricardo Gareca, todo un caballero, evitó opinar sobre las polémicas y reconoció como justa la victoria de la Selección, más allá del buen trabajo y la mejoría que evidenció su equipo, ausente en los últimos dos mundiales.
Ya sea por la escuela de Van Gaal o la experiencia de Ortiz, lo que inquieta de este ruido en contra de la Selección es lo que pueda pasar con el correr de los partidos. Argentina ya clasificó y juega contra Perú para cumplir su actividad en el Grupo A pero después vendrán los mano a mano, y allí sí una decisión puede torcer la historia para un lado o para el otro.