Treinta y ocho días le duró a Oleksandr Usyk el reconocimiento de campeón indiscutido de los pesados. Cercado por una imposición administrativa, el ucraniano dejó vacante el título de la Federación Internacional de Boxeo, por lo que afrontará la revancha ante el británico Tyson Fury, el 21 de diciembre en Riad, con tres fajas en su poder: las de la Asociación Mundial de Boxeo, el Consejo Mundial de Boxeo y la Organización Mundial de Boxeo.
Usyk, que había unificado todas las coronas el 18 de mayo al batir por puntos y en decisión dividida a Fury en la capital saudí, debió dar este paso ante la imposibilidad (o la falta de voluntad) de cumplir con el compromiso de enfrentar al campeón interino de la FIB, el británico Daniel Dubois.
Antes de la primera contienda entre Usyk y Fury, la FIB había aceptado sancionar el combate, aunque había fijado como condición que el vencedor debería medirse luego con su retador obligatorio, el invicto croata Filip Hrgovic, quien ocupaba el primer puesto del ranking del organismo desde agosto de 2022 y había acordado prolongar su espera por una chance (a cambio de un suculento resarcimiento económico) para permitir que el ganador del combate entre el ucraniano y el inglés se quedara con los cuatro cinturones.
El contrato que se firmó antes del duelo entre Usyk y Fury incluía una cláusula de revancha obligatoria, cualquiera fuese el resultado, por lo que ese enfrentamiento obligatorio con Hrgovic tenía poquísimas chances de concretarse en el corto plazo. Debido a ello, se esperaba que el ganador dejara vacante el cetro de la FIB.
Usyk ganó, pero no dio ese paso, sino que solicitó al organismo una excepción para conservar la corona hasta la revancha con Fury. Mientras ese trámite se resolvía, Hrgovic fue noqueado en el octavo asalto por Daniel Dubois el 1 de junio en Riad en un pleito en el que la FIB puso en juego un título interino, a la espera de la decisión definitiva sobre el pedido de excepción de su campeón.
El triunfo de Dubois tendió la mesa para una contienda supertaquillera frente al excampeón Anthony Joshua en Wembley el próximo 21 de septiembre. Mientras ese enfrentamiento iba adquiriendo forma, Eddie Hearn, el poderoso promotor de Joshua, presionaba para que en ese cita estuviera en juego la corona plena de la FIB. Para ello era necesario que Usyk la dejara vacante o que el organismo se la quitara.
Finalmente el martes el ucraniano comunicó que renunciaba al campeonato del ente con sede en Nueva Jersey. Lo hizo sin dramas y con una cuota de ironía en un video que publicó en sus cuentas de las redes sociales. “Anthony (Joshua) y Daniel (Dubois), escuchen: lo sé, el título de la FIB es importante para ustedes. Es mi regalo para ustedes el 21 de septiembre”, anunció el hasta entonces monarca indiscutido.
La renuncia de Usyk convertirá a Dubois en el campeón regular de la FIB, condición que expondrá ante Joshua en septiembre en una velada respaldada por la Autoridad General de Entretenimiento de Arabia Saudita, el organismo estatal que preside Turki Alalshikh, el nuevo hombre fuerte del pugilismo.
Ya liberado de los condicionamientos que le imponía la FIB, Usyk volverá a medirse con Fury el 21 de diciembre en Riad. El ganador de esa contienda probablemente enfrente luego al vencedor del choque del 21 de septiembre. El ucraniano ya derrotó a ambos contendientes: a Joshua lo venció por puntos dos veces, en septiembre de 2021 en Londres y en agosto de 2022 en Riad, y a Dubois lo noqueó en agosto de 2023 en Breslavia (Polonia).