El silencio en el Maracaná es enorme. Apenas festejan unos pocos en un pequeño sector de plateas. Se escuchan los gritos desaforados, los cantos de felicidad de los jugadores de fútbol que se acaban de consagrar campeones. La escena puede ser similar al Maracanazo uruguayo de 1950. Pero no, es el Maracanazo argentino de 2021. La Copa América que ganó después de 28 años, el primer título de Lionel Messi con la mayor y el inolvidable triunfo por 1 a 0 ante Brasil con un golazo de Angel Di María.
A esta altura, es contrafáctico. ¿Qué hubiese pasado sin la pandemia del Covid? ¿Cómo habría sido el desenlace del torneo si se jugaba como estaba previsto en Argentina y Colombia? ¿Argentina hubiese completado igual la trilogía de Copa América, Finalissima y Copa del Mundo?
Porque lo que estaba previsto en julio de 2019, tras la consagración de Brasil en su país, cambió drásticamente. La Copa América 2020 se iba a jugar del 12 de junio al 9 de julio, en dos sedes, Argentina y Colombia. Las 10 selecciones iban a ser divididas en dos grupos de cinco, por cercanía geográfica. El partido inaugural se jugaría en Argentina y la final en Colombia.
Pero en marzo de 2020 se paró todo por la pandemia de Covid. Las competencias se suspendieron, se aplazaron. Colombia renunció primero, luego Argentina. Ninguno de los dos países estaban en condiciones de organizar el torneo con las restricciones del caso. Recién el 31 de mayo de 2021, la Conmebol confirmó la nueva sede: “Brasil será la sede de la CONMEBOL Copa América. La decisión fue adoptada este lunes, luego de la aprobación del gobierno brasileño al pedido formulado por la Confederación Brasileña de Fútbol”, comenzaba el comunicado de la entidad sudamericana.
Tras aquel anuncio, aún no estaban definidas las sedes. Finalmente, se jugó en Cuiabá, Goiania, Brasilia y Río de Janeiro, con el Maracaná escenario de la final. Se respetaron los dos grupos del sorteo realizado el 3 de diciembre de 2019 en Cartagena. Zona Norte, Brasil, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela; Zona Sur, Argentina, Bolivia, Chile, Paraguay y Uruguay.
Una particularidad que tuvo la Copa es que el plantel argentino estuvo concentrado en el predio de AFA y viajaba especialmente para los partidos. En esa burbuja, para evitar contagios, había 28 jugadores, los que fueron campeones. En el camino, quedaron cinco. Uno fue un cambio de último momento, estratégico: Julián Alvarez por Lucas Alario. El juvenil de River no estaba en la lista preliminar de 50 y los 28 nombres tenían que salir de allí. Entonces, se mandó la lista con Alario a la Conmebol y el último día se informó la lesión del delantero del Bayer Leverkusen y entró el Araña. Acá vale otro interrogante sin respuesta: ¿qué hubiese pasado si a la Copa iba Alario en lugar del Araña?
En el último corte, los otros cuatro que se quedaron al margen fueron Juan Foyth, José Luis Palomino, Emiliano Buendía y Lucas Ocampo. Los 28 campeones, finalmente fueron: Franco Armani. Emiliano Martínez, Agustín Marchesín y Juan Musso (arqueros); Gonzalo Montiel, Nahuel Molina Lucero, Cristian Romero, Nicolás Otamendi, Lucas Martínez Quarta, Germán Pezzella, Lisandro Martínez y Nicolás Tagliafico (defensores), Marcos Acuña, Rodrigo De Paul, Leandro Paredes, Giovani Lo Celso, Exequiel Palacios, Guido Rodríguez, Nicolás Domínguez y Alejandro Gómez (volantes), Lionel Messi, Lautaro Martínez, Nicolás González, Sergio Agüero, Ángel Correa, Ángel Di María, Joaquín Correa y Julián Álvarez (delanteros).
El camino de la Scaloneta comenzó el 14 de junio ante Chile en el estadio Nilton Santos de Río de Janeiro. Fue 1-1 con un golazo de Messi de tiro libre. Después, todos triunfos: 1-0 a Uruguay en Brasilia (Guido Rodríguez de cabeza), 1-0 a Paraguay en Brasilia ( Papu Gómez) y 4-1 a Bolivia en Cuiabá (2 de Messi, Papu y Lautaro Martínez).
En cuartos de final, jugó un gran partido ante Ecuador, al que derrotó con un contundente 3-0 (De Paul, Lautaro y otro tiro libre de La Pulga). En semifinales, fue un duelo durísimo con Colombia, 1-1 (Lautaro) y 3-2 en la definición por penales, donde Dibu Martínez empezó a “comerse” a los rivales. El Maracaná fue escenario de la consagración, tras el 1-0 de Fideo.
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La Conmebol dio a conocer el material inédito con la gran noche de Lionel Messi y la consagración de la Selección ante Brasil tras 28 años sin título
Hay varias imágenes inolvidables de aquel 9 de julio de 2021 en el mítico estadio de Río de Janeiro. En los festejos, Messi se apartó del resto, se sentó en césped y teléfono en mano, llamó a su familia: “¡Thiagui! ¿Dónde están? ¡Ciro! ¡Mirá, mirá!”, gritaba a pura emoción. Antonela contestó con un “te amo”, a lo que el ’10′ respondió “Yo también mi vida, te amo”.
Después, el mundo se enteró de la arenga del capitán en el vestuario antes de la final con Brasil, cuando se estrenó el documental Sean Eternos.
“Ya sabemos lo que es Argentina, ya sabemos lo que es Brasil, hoy no quiero decir nada de esto. Hoy quiero darle las gracias muchachos por estos 45 días, se armó un grupo espectacular. Un grupo hermoso y lo disfruté muchísimo. Cuarenta y cinco días donde no nos quejamos del viaje, de la comida, de los hoteles de la canchas, de nada«, comenzó diciendo Lionel ante la mirada atenta de sus compañeros.
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El árbitro pitó el final y el crack argentino se desplomó entre lágrimas.
«Cuarenta y cinco días sin ver a nuestra familia. Dibu fue papá y no pudo ver a su hija, no pudo hacerle upa, el Chino igual. Estamos a un pasito nomás y depende de nosotros ganar esta Copa. Vamos a salir y vamos a ganar para llevarla con nuestras familias, amigos, la gente que siempre nos bancó, 45 días sin nuestra familia muchachos. Teníamos un objetivo y estamos a un pasito de conseguirlo. ¿Saben qué? Esta Copa tenía que jugarse en Argentina«, continuó.
«Esta copa se tenía que jugar en la Argentina y Dios la trajo acá, para que la levantemos en el Maracaná. Para que sea más lindo para todos, así que salgamos confiados y tranquilos que esta nos la llevamos a casa«, concluyó.
Fue la estrella 15 de Argentina en la Copa América. Tan cercana, tan querida.