En el fútbol argentino no hay visitantes desde hace años, pero un “uuuuhhhh” prolongado hasta la angustia se escuchó en La Bombonera cuando Juan Cejas estrelló un zurdazo en el ángulo derecho de Sergio Romero. Corría el último minutos del duelo contra Godoy Cruz y ese supuesto gol hubiese dejado eliminado a Boca. Pero la fortuna y la justicia se hicieron presente. “Gallina esperanos un poquito más/ya nos vamos a encontrar/los de River tienen miedo”, cantaron con euforia los hinchas porque la victoria 1-0 ante el Tomba clasificó al local en el cuarto lugar del grupo y ahora se avecina un Superclásico en cuartos de final. ¿Será el domingo en el Mario Alberto Kempes de Córdoba?
No tenía nada que perder Godoy Cruz, el ya puntero de la zona que jugará con Vélez en los cuartos. Por eso se sabía que iba a ser un rival complicado en la fresca y lluviosa noche de la Bombonera. Incluso había mucho por ganar para el elenco que comanda Daniel Oldrá: demostrar por qué fueron el equipo que más puntos sumó en la Copa de la Liga. Entonces, los mendocinos, con la mayoría de los titulares, se plantaron a jugar de igual a igual y en el primer tiempo complicaron a Boca.
Arrancó con todo el local, empujado por su gente. Pero se quedó en eso: empuje. Poco a poco se fue apagando porque le faltó fútbol al equipo de Diego Martínez, más allá de alguna aparición de Cristian Medina, el volante más adelantado. Fue para adelante Boca en búsqueda del necesario gol y dejó espacios atrás, especialmente en el sector defendido por Marcelo Saracchi, a quien le costó reemplazar en la faceta ofensiva a Lautaro Blanco. Es verdad que no estuvo fino el Tomba en los metros finales. Tampoco fue bueno el primer tiempo de Hernán López Muñoz.
Boca no generaba, Godoy Cruz no hería y el tiempo se consumía. Eso era malo para Boca. Encima, a los 30 minutos, Medina, que segundos antes había regalado una rabona monumental, se fue expulsado por doble amonestación. Allá lejos ganaban Racing y Lanús y empataba Defensa y Justicia. Las noticias no eran buenas.
Pero la jerarquía es jerarquía porque se presenta en los momentos de quiebre. Sufría Boca más por pensar en el contexto que por lo que estaba haciendo Godoy Cruz, que manejaba la pelota de lado a lado sin profundidad. Hasta que Luis Advíncula metió un pase en diagonal de varios metros y Edinson Cavani de zurda y de sobrepique la cruzó para que nada pudiera hacer el ex River Franco Petroli, quien en la última de la etapa inicial le negó el segundo al uruguayo luego de un gran cabezazo en el primer palo.
En la segunda parte, Boca aguantó con corazón e inteligencia. A Godoy Cruz el escenario le quedó enorme y ahí hay un signo de alerta para Oldrá. Y es que al Tomba le costó asumir el protagonismo: no se le cayó una idea en 45 minutos. Apenas inquietó con algunos centros desde los costados y no mucho más. La producción de López Muñoz fue aún más pobre que en la etapa inicial.
Un párrafo especial merece Edinson Cavani, que se retiró ovacionado por la Bombonera. Es un jugador consagrado el uruguayo de 37 años. Bien podría jugar con los pergaminos acá en Argentina, pero se esfuerza como si fuese un juvenil de 20 años. Es un ejemplo, sin dudas. Todo el segundo tiempo jugó como volante por la derecha y dejó hasta la última gota de sudor. Abandonó el campo de juego acalambrado.
Boca estuvo más cerca de aumentar el marcador que Godoy Cruz de empatar. Es verdad que tuvo una clarísima y Sergio Romero le ahogó el festejo al ingresado Martín Pino. Pero antes Petroli se había revolcado en un par de oportunidades para impedir el segundo local.
En el final llegó el zurdazo de Cejas que se estrelló en el travesaño y provocó la exclamación de alivio y sorpresa de la Bombonera. La suerte estaba echada, entonces. Leandro Rey Hilfer marcó el final y todo el protagonismo lo ganó River, el impensado rival de cuartos de final de la Copa de la Liga.