Cuando la corrupción mete la pata, no hay nada que se pueda hacer. La tercera industria láctea del país comenzó a decaer cuando fue adquirida por Parmalat y cerró en 2002, años después de pasar a manos del multiempresario K Sergio Taselli.
La fábrica Gándara llegó a producir 136 mil litros de yogur por día. (Video: eltrece)
A mitad de camino entre Buenos Aires y Mar del Plata, está Lezama. Para muchos argentinos, es un lugar que evoca recuerdos de viajes familiares, de paradas en la ruta para estirar las piernas y de un regalo inesperado: un yogur Gándara. Se trataba de una efectiva campaña de publicidad de la Gándara, la fábrica de productos lácteos. De la mano de enfrente de la ruta, estaba Villa del Sur, que en el viaje de ida te regalaba agua mineral.
Hoy la fábrica de Gándara está en ruinas. La empresa, como muchos la conocimos, quebró en el año 2008. Persiste la marca en algunos productos y con un volumen de venta muy limitado, pero Gándara era otra cosa. La empresa, fundada en 1896, llegó a ser la tercera industria láctea del país después de los gigantes La Serenísima y Sancor. En su momento de mayor esplendor, contaba con más de 500 empleados y procesaba 600 millones de litros de leche por día.
Leé también: El misterio del hospital abandonado en Córdoba que guarda historias de fantasmas y muerte
Además, alcanzó altos volúmenes de venta apalancados también por pegadizas campañas publicitarias. La empresa era realmente innovadora. En 1984, creó el yogur descremado, se llamaba Yogurbelt. En 1986, sorprendió al poner en el mercado el primer yogur de litro. Un poco más tarde, lanzaron la mozzarella rallada, el yogur bebible y el helado dietético.
Pero en la Argentina, la fuerza de las ventas y la innovación no es suficiente para que una empresa se mantenga en pie. Cuando la corrupción mete la pata, no hay nada que se pueda hacer. En 1989, la Gándara fue comprada por Parmalat, una de las empresas lácteas más grandes del mundo. Muy poco tiempo después, se destapa en Italia un desfalco por 14 mil millones de euros. Calisto Tanzi, fundador de la empresa, fue encarcelado en Milán junto con la plana mayor de Parmalat. A partir de ese momento, las filiales internacionales de Brasil, Estados Unidos y Argentina se declararon insolventes.
Leé también: El tren de Argentina a Uruguay: el kirchnerismo lo inauguró en 2011, funcionó 5 meses y hoy está en ruinas
Las cosas estaban mal, pero (los argentinos lo sabemos) siempre se puede estar peor. En 1998, Gándara pasó a manos del multiempresario K Sergio Taselli, quien compró la empresa por un simbólico dólar al tiempo que asumió una deuda de 200 millones. Pero, los hechos lo probaron, Taselli no tenía intención de producir. El empresario que vivió del subsidio estatal y terminó preso en la causa de los “cuadernos de la corrupción” tenía cierta tendencia a ganar mucho dinero cerrando sociedades, mecanismo financiero non sancto conocido también como “vaciamiento de empresas”.
El tendal de empresas quebradas que dejó en su camino Taselli es prueba de ello. Aceros Zapla, Yacimientos Carboníferos de Río Turbio y de Transporte Metropolitano (la empresa concesionaria de las líneas Roca, San Martín y Belgrano Sur), son solo algunos ejemplos de las empresas que pasaron por las manos de este empresario y terminaron mal. Con el prontuario de su nuevo dueño en la mano, el final de Gándara estaba cantado. La empresa cerró en el 2002 y en 2008 fue declarada en quiebra.
Otras noticias que te pueden interesar
- La respuesta de Javier Milei al Kun Agüero en redes sobre las Sociedades Anónimas en el fútbol argentino
- Quién se va de Gran Hermano el lunes, según la encuesta de TN
- El gaucho que se atrincheró en una concesionaria recuperó su plata pero seguirá con el reclamo por “daños”