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viernes, 12 septiembre, 2025
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La NASA explica los cambios físicos que sufren los astronautas al volver del espacio

La NASA explica qué sufren los astronautas al volver del espacio.

Viajar al espacio cambia profundamente a las personas. Ciertos músculos se fortalecen, otros se debilitan, los fluidos corporales se desplazan y el sentido del equilibrio se desajusta.

Para afrontar esos efectos, los astronautas de la Estación Espacial Internacional (EEI) entrenan dos horas diarias con el fin de preservar densidad ósea, fuerza muscular y salud cardiovascular. Sin embargo, tras meses en órbita, la readaptación puede resultar complicada. Muchos describen a la Tierra como un lugar “pesado, ruidoso y extrañamente quieto”.

Experiencias recientes de regreso

En marzo de 2024, la misión SpaceX Crew-7 regresó tras casi 200 días en el espacio. Entre sus integrantes, Jasmin Moghbeli (NASA) relató sentirse inestable y con el cuello fatigado al sostener la cabeza en la gravedad terrestre. Andreas Mogensen (ESA) reconoció que era casi imposible caminar en línea recta con los ojos cerrados, mientras que Satoshi Furukawa (JAXA) sufría náuseas al mirar hacia abajo. Cada uno atravesó un proceso distinto de recuperación.

Otros testimonios coinciden en que la readaptación varía enormemente. Frank Rubio, quien completó en 2023 un récord de 371 días en el espacio, experimentó dolor en la espalda baja y los pies, aunque se recuperó en pocas semanas gracias al ejercicio constante. Mentalmente, reconoció que la extensión inesperada de su misión fue un desafío emocional que afrontó con el apoyo de videollamadas familiares.

La tripulación de Crew-8, que regresó en octubre de 2024 tras 235 días, también relató experiencias diversas: desde incomodidad al sentarse hasta la sensación inmediata del “peso” terrestre.

En abril de 2025, Don Pettit, de 70 años y el astronauta activo de mayor edad en la NASA, regresó después de 220 días en órbita. Su experiencia demuestra que ni la veteranía ni la edad protegen del choque con la gravedad. Durante el aterrizaje, bromeó, estuvo ocupado “vaciando el estómago en las estepas de Kazajistán”.

Aunque microgravedad había aliviado sus dolores articulares, estos reaparecieron de golpe en la Tierra. Según explicó, la dificultad no está tanto en recuperar la fuerza de los grandes músculos, sino en reentrenar los pequeños, aquellos que casi no se usan en el espacio.

Ciencia para el futuro de la exploración espacial

La NASA impulsa el Human Research Program, que estudia la salud de los astronautas antes, durante y después de sus vuelos. Además, desarrolla simulaciones en la Tierra que imitan las condiciones del espacio.

En un centro alemán voluntarios pasan 60 días en cama con la cabeza inclinada para reproducir los efectos de la microgravedad. En Houston, instalaciones como CHAPEA y HERA recrean misiones de larga duración en entornos aislados, con demoras en las comunicaciones similares a las que enfrentarán quienes viajen a Marte.

Los resultados de estas investigaciones permitirán diseñar mejores protocolos médicos, rutinas de entrenamiento y estrategias psicológicas para que los astronautas no solo sobrevivan, sino prosperen en misiones cada vez más ambiciosas.

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