Si el escándalo por los audios sobre presuntas coimas dejó en shock al gobierno de Javier Milei, la filtración de la grabación sobre su hermana y secretaria, Karina Milei, provocó desesperación, pero a su vez los obligó a armar en estos días una nueva mesa de decisión para buscar una salida a esta crisis, convencidos ahora de que su origen es externo y no interno, como se llegó a especular.
En esa mesa se sientan Karina Milei, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, el asesor presidencial Santiago Caputo y el vocero Manuel Adorni, según confirmaron a iProfesional fuentes de Casa Rosada. Hay coincidencias y diferencias en ese grupo. Por ejemplo, están de acuerdo en mantener por ahora en su cargo a Eduardo «Lule» Menem, mano derecha de la secretaria General señalado en los audios de la polémica, pero no tanto en la reacción oficial ante las filtraciones.
En cualquier caso, el grupo de funcionarios constituye una especie de comité de crisis para lidiar con la situación más difícil que tuvo que enfrentar el Gobierno hasta ahora y a días de las elecciones bonaerenses. Para eso, primero fue necesario despejar la sospecha de que las filtraciones tuvieran que ver con la fuerte pelea entre Caputo y los primos Martín y «Lule» Menem, brazo ejecutor de la hermana presidencial.
Ocurre que cuando estalló el escándalo muchos miraron a Caputo, precisamente porque los más afectados por los audios del extitular de la ANDIS, Diego Spagnuolo, fueron los Menem, y también por su influencia en la SIDE. Sin embargo, «hoy el Gobierno tiene claro que esto no es interno», aseguraron fuentes oficiales a este medio.
«Santiago sabe de estas cosas, sabe el daño que hace algo como esto, claramente no fue él«, aseguran, al tiempo que reconocen que el Gobierno sintió el golpe. Una de las cosas que los terminó de convencer de que las filtraciones serían obra de actores externos fue la noticia de que Karina Milei fue grabada. La sospecha de que hubo un «topo» en Casa Rosada no se descartó, pero sí que se trate de alguien con acceso a la mesa chica del poder.
El Gobierno y la crisis de los audios: ruido por la denuncia de Karina Milei y la vuelta de Santiago Caputo
Por eso, la nueva línea argumental de Milei y de la primera plana del Gobierno es que todo es obra de una «red de espionaje ilegal» que incluye a los periodistas Jorge Rial y Mauro Federico, del canal de streaming Carnaval que difundió los audios. Esa hipótesis fue la que llevó Karina Milei a la Justicia para conseguir la polémica medida cautelar que prohibió a medios y periodistas difundir las grabaciones donde se escucha su voz.
Sin embargo, pese a la tregua entre Karina Milei y Caputo en la mesa que se armó, hay miradas distintas sobre cuál es la mejor estrategia para lidiar con el escándalo y sobre todo con las filtraciones. Por caso, algunos ya reconocen por lo bajo que el amparo que presentó la hermana y secretaria presidencial fue un error. Ya hay varios juristas que afirman que se trata de un caso de censura previa, inconstitucional.
La decisión se tomó en la reunión que tuvieron de urgencia el viernes por la noche Karina Milei, Adorni y Caputo. El único ausente fue Francos. Este martes Rial aseguró al aire que el plan original que plantearon la secretaria General y el vocero era meterlos «presos» a él y a Federico y que fue el asesor presidencial quien les advirtió que una medida así perjudicaría mucho más al Gobierno. La cautelar fue la alternativa.
En un despacho de la Casa Rosada no dieron crédito a la versión, pero confirmaron a iProfesional que «Santiago es el más racional y el más estratégico» en esa mesa, sin contar a Francos que se ocupa más de atender a los medios para transmitir lo que el Gobierno quiere y hacer el seguimiento de los temas puntuales de gestión.
Igualmente, la versión adquirió cierta verosimilitud cuando este martes la diputada libertaria Lilia Lemoine, muy cercana a los Milei, expresó en declaraciones radiales que «ojalá» filtren más audios «así Rial y Federico van presos por traición a la Patria». Es decir que efectivamente esa idea ronda a un sector del oficialismo, aunque no se concretó, aparentemente por consejo de Caputo.
Luego de que el asesor fuera caracterizado durante buena parte de este año como el operador más oscuro del Gobierno (en parte por algunas de sus actitudes públicas, como el cruce con Facundo Manes en el Congreso el 1 de marzo) ahora parecen haberse invertido los roles. «Volvió a ser escuchado, no sé si tanto como antes, pero se lo tiene en cuenta. La verdad que en esta (situación) están todos juntos», señaló otra de las fuentes consultadas.
¿Qué pasa con la situación de «Lule» Menem y cuál es la sospecha que más se instala en el Gobierno?
En esa nueva mesa de decisión sí hay consenso sobre otro aspecto delicado del escándalo: qué hacer con Eduardo «Lule» Menem, señalado por Spagnuolo en los audios como presunto partícipe del esquema de corrupción. Distintos sectores y dirigentes, incluso del oficialismo, creen que debería dar un paso al costado para descomprimir, pero Karina Milei lo sostiene.
Sin embargo, en el Gobierno reconocen que no pueden tomar una decisión así porque todavía no saben qué más hay en los audios de Spagnuolo ni qué hará el exfuncionario cuando deba presentarse a la Justicia. «Si lo sacan a Menem y después se difunde otro audio complejo no hay más fusibles», explicó a iProfesional una fuente que señaló que por eso consideran que lo mejor es «esperar».
Otro punto en el que están de acuerdo, tras haber descartado que la filtración haya sido obra de alguien «de adentro», es en señalar a la diputada Marcela Pagano y a su pareja, el abogado Franco Bindi, como responsables de la grabación y de las filtraciones o, de mínima, partícipes junto al kirchnerismo, sector del que tampoco dejan de sospechar.
La desconfianza hacia Pagano se habría fortalecido este martes luego de que Martín Menem señalara que el audio atribuido a Karina Milei, «en el hipotético caso de que fuera real» pareciera haber sido grabado «de manera ilegal» en la Presidencia de la Cámara de Diputados, porque en LLA aseguran que la diputada ya había tenido en el pasado un episodio confuso por grabar una reunión de bloque.
A eso se le suma que Bindi tiene un pasado vinculado a los servicios de inteligencia y mantiene un enfrentamiento con José Luis Vila, el secretario de Asuntos Estratégicos que reporta a Francos y que la semana pasada, durante el informe del jefe de Gabinete a la Cámara baja, fue acusado por Pagano como autor de la filtración.
«Tiene toda la pinta de que Pagano hizo eso para tratar de defenderse, porque el Gobierno ya la estaba señalando a ella y a su pareja por las grabaciones», opinó una fuente del oficialismo ante este medio.
La «red de espionaje ilegal», la nueva tesis que esquiva el escándalo más grave para Milei
En este marco, para el Gobierno la supuesta «red de espionaje ilegal» que generó el escándalo estaría integrada ya no solo por «periodistas», como afirmó el propio Milei, sino también por Bindi y agentes o exagentes de inteligencia vinculados al kirchhnerismo.
Y es que en La Libertad Avanza están también convencidos de que hay sectores de ese espacio político detrás de la filtración, que buscaron «afectar la campaña» del Gobierno para las elecciones bonaerenses del próximo domingo.
Es una tesis extraña porque la provincia de Buenos Aires sería tal vez el distrito más fácil de ganar para el kirchnerismo, pero en LLA evalúan que «ellos estaban preocupados por esta elección, tanto que juega la vicegobernadora (Verónica Magario), varios intendentes y hasta Cristina Kirchner dijo que iba a ser candidata, porque es importante para ellos la Provincia».
Hoy en el Gobierno nacional no descartan perder los comicios del 7 de septiembre -por pocos puntos, según aclaran- frente al poderoso aparato de los intendentes peronistas. Reconocen que el escándalo más el ruido económico los afectó para esa cita y afirman que el objetivo real de LLA es ganar las nacionales de octubre, cuando se renueva el Congreso.
No obstante, también saben que para eso necesitan contener el dólar y ahora además desactivar la crisis que se desató por la filtración de audios. Poco y nada dicen sobre lo que Spagnuolo parece revelar allí en torno al supuesto cobro de coimas. La mayor preocupación del gobierno de Javier Milei es frenar la difusión y encontrar a los autores del supuesto «espionaje ilegal». El fin es desactivar el escándalo antes de las elecciones de octubre.