El camino de los Eskenazi: cómo habrían pasado de socios cercanos al poder a un litigio millonario contra el Estado
Entre 2007 y 2009, los Eskenazi visitaron frecuentemente la Quinta de Olivos y otorgaron créditos millonarios a los Kirchner, según la fiscalía
29/07/2025 – 13:07hs
Entre 2007 y 2009, se registraron más de 50 ingresos de miembros de la familia Eskenazi a la Quinta de Olivos. En aquel entonces, Néstor Kirchner y Cristina Fernández —quien asumió la presidencia en 2007— residían en la casa oficial. Para la fiscalía, esta asiduidad y los créditos millonarios otorgados a los Kirchner por un banco del Grupo Eskenazi podrían haber sido indicios de la cercanía entre ambas familias.
Esa conclusión fue esbozada años más tarde por el fiscal Diego Luciani, en el marco del juicio por corrupción que terminó con una condena a seis años de prisión e inhabilitación perpetua para Cristina Fernández de Kirchner, ratificada por la Corte Suprema en junio pasado.
Aunque los negocios de los Eskenazi no fueron eje del juicio, su apellido quedó vinculado a una trama mayor de poder y negocios con proyección judicial e internacional.
De la construcción al petróleo
La expansión del Grupo Petersen —con intereses en construcción, agro, finanzas y servicios— fue liderada por Enrique Eskenazi, fallecido en enero a los 99 años. De origen santafesino, ingeniero químico de formación y con posgrados en EE.UU., transformó una empresa constructora en uno de los conglomerados privados más grandes del país.
La relación con los Kirchner podría haber comenzado cuando Néstor era gobernador de Santa Cruz y privatizó el banco provincial. La entidad quedó en manos del Grupo Petersen, en una operación que aún genera cuestionamientos por las condiciones favorables al comprador.
Según Luciani, esa misma entidad habría otorgado créditos por más de u$s10 millones a la familia presidencial, y fue el banco donde hizo carrera Lázaro Báez, el empresario acusado de ser testaferro de los Kirchner.
Además, señaló que la constructora Petersen podría haber simulado competencia en licitaciones donde se direccionaban contratos a favor de Báez. Cristina Fernández negó estas acusaciones en el juicio y las atribuyó a una persecución política.
Un desembarco millonario en YPF
En 2008, el Grupo Petersen sorprendió al ingresar como socio de Repsol en YPF, comprando un 25% de la petrolera más importante del país por más de u$s3.500 millones. El modo de financiamiento llamó la atención: no hubo desembolso inicial, ya que se habría pactado pagar con dividendos futuros.
Este mecanismo fue considerado «escandaloso» por especialistas como el abogado Juan Javier Negri. Según explicó, «prácticamente compraron sin un centavo«. Aunque diputados denunciaron la operación en su momento, la causa no avanzó en la justicia.
De socios a demandantes
En 2012, el gobierno de Cristina Fernández impulsó la reestatización de YPF. Al comprar el 51% de la empresa a Repsol por u$s5.000 millones, el Estado argentino no lanzó una oferta pública a los demás accionistas, como exigía el estatuto.
Esto dio origen a una demanda internacional en Nueva York, iniciada por el fondo Burford Capital, que compró el 70% de los derechos de litigio a dos compañías del Grupo Petersen declaradas en quiebra. La jueza Loretta Preska falló a favor de los demandantes y ordenó a la Argentina pagar unos u$s16.000 millones. El país apeló el fallo.
El enigma del 30%
Un aspecto no resuelto es quién conserva el 30% restante del litigio contra el Estado. Esa participación tendría un valor cercano a los u$s5.000 millones. Existen versiones que apuntan a que la familia Eskenazi podría haber retenido esa parte, aunque no hay confirmación oficial.
«Hay fundadas sospechas de que la familia Eskenazi retuvo una parte del pleito», plantea Negri. «Si alguna vez recuperan fondos por parte del Estado argentino, es probable que parte de esos fondos terminen de vuelta en la familia».