Con el cronograma electoral aún indefinido -especialmente sobre si habrá desdoblamiento en provincia de Buenos Aires-, la Legislatura bonaerense se prepara para una elección clave en 2025. Se renovará la mitad de las bancas en ambas cámaras, en un contexto atravesado por internas, reposicionamientos y un nuevo actor competitivo: La Libertad Avanza.
También persiste el debate sobre la ley que limita las reelecciones indefinidas, lo que afecta a intendentes y legisladores por igual, y podría dejar a varios referentes fuera de juego si no se modifica.
Cámara de Diputados: el oficialismo bonaerense, fragmentado y en tensión
La Cámara baja renovará 46 de sus 92 escaños. Unión por la Patria cuenta con 37, un número insuficiente para sancionar leyes sin aliados. Dentro del bloque, el sector de Movimiento Derecho al Futuro (MDF), referenciado en Axel Kicillof, posee 11 bancas, aunque solo tres tienen mandato hasta 2027.
Una movida interna podría alterar el equilibrio: si Mercedes Landívar (La Cámpora) regresa a la Legislatura, el MDF perdería un escaño. En ese escenario, el reparto de fuerzas se haría «tribu por tribu».
El Frente Renovador tiene 10 bancas (renueva 4) y controla la presidencia de la Cámara, a cargo de Alexis Guerrera. La Cámpora y sus aliados suman 15, de las cuales pondrán en juego 6.
Este año se renovarán diputados por las secciones Segunda (11), Tercera (18), Sexta (11) y Octava (6) -esta última, correspondiente a La Plata-. En 2021, esos lugares se repartieron entre el peronismo, la UCR y el PRO, con dos bancas obtenidas por la izquierda en la Tercera.
Una eventual candidatura de Cristina Kirchner por esa sección sacudiría el escenario, donde su imagen sigue siendo fuerte en el conurbano.
Libertarios al alza y fracturas opositoras
Mientras tanto, La Libertad Avanza acelera su armado territorial de la mano de Sebastián Pareja y ya cuenta con 13 bancas, tras sumar dirigentes del PRO cercanos a Patricia Bullrich.
En paralelo, el bloque Unión Renovación y Fe -identificado como los “libertarios dialoguistas”- apuesta a crecer. Tiene 9 escaños y solo uno se renueva. Su peso está concentrado en la Primera y Tercera sección, donde exploran una posible “tercera vía”.
En la UCR, las divisiones persisten. El radicalismo funciona en dos bloques: uno responde a Maximiliano Abad, el otro al eje Lousteau–Manes, bajo el sello Acuerdo Cívico UCR+GEN, que renueva 6 bancas.
El PRO, golpeado por la fuga de los «halcones», intentará conservar 8 escaños, entre ellos el del jefe de bloque Matías Ranzini. En paralelo, la dirigencia nacional sigue de cerca los movimientos de Mauricio Macri en su vínculo con Milei.
Si no se modifica la ley que limita las reelecciones, varios pesos pesados quedarán fuera de carrera: Tignanelli, Fernanda Díaz, “Cuto” Moreno, Nicolás Russo, Urreli, Ranzini y Emiliano Balbín, entre otros.
Senado bonaerense: sin quórum propio y con internas cruzadas
La Cámara alta renovará 23 de sus 46 bancas. Unión por la Patria tiene hoy 21 senadores, y no alcanza el quórum por sí solo. El MDF solo cuenta con dos: Pedro Borgini y Ayelén Durán.
Las tensiones internas quedaron expuestas con un proyecto impulsado por 16 senadores para suspender las PASO, en contra de la postura de Kicillof. Además, crecen las versiones sobre una posible candidatura de Sergio Massa por la Primera sección.
Los libertarios, que ingresaron cinco senadores en 2023, hoy están divididos en tres bloques. Joaquín de la Torre armó un monobloque propio, mientras que Carlos Kikuchi, Florencia Arietto y Daniela Reich orbitan en espacios separados bajo el paraguas libertario.
El oficialismo renovará 10 bancas, entre ellas la de María Teresa García, jefa de bancada, sin posibilidad de reelección.
Por su parte, la UCR pondrá en juego 7 de sus 8 bancas, y el PRO, 4 de 9. La ley que impide reelecciones también impactará en nombres clave como Gustavo Soos, Gabriela Demaría, Luis Vivona, Aldana Ahumada y Daniela Reich.
Una elección de alto voltaje
Las legislativas de 2025 en la provincia de Buenos Aires prometen ser un termómetro del poder real de cada fuerza. Con cambios de bloques, figuras fuertes que no podrán repetir mandato y nuevos actores en ascenso, la disputa por cada banca será voto a voto. Y marcará el rumbo del distrito más grande del país.