La vuelta de Ángel Di María a Rosario Central no fue solo una decisión deportiva. Tampoco fue solo un sueño cumplido. Fue, sobre todo, una apuesta emocional profunda, marcada por el amor, el miedo, los prejuicios y la necesidad de cerrar un ciclo.
En el centro de esa historia está Jorgelina Cardoso, su compañera de vida desde hace más de una década, quien se animó a hablar sin filtros en una entrevista íntima con Mariana Fabbiani en el programa DDM, que se puede ver en las tardes de América.
Lejos de la figura fría de “la mujer de”, Jorgelina dejó en claro que fue parte activa —aunque silenciosa— de muchas decisiones importantes en la carrera de Ángel. Y que si esta vuelta se concreta en 2025 es porque antes hubo varios intentos fallidos. “Desde 2021 que queríamos volver. Primero fue la pandemia, y después otras cosas que no se alineaban”, explicó. Pero ahora, como ella misma dijo, “se alinearon los planetas”.
La vuelta no fue improvisada. Tampoco fue fácil. La pareja vivió episodios de violencia y amenazas que los obligaron a frenar en el pasado. Y Jorgelina fue muy clara en señalar algo que le duele: “Se instaló la idea de que yo soy la que le meto ideas en la cabeza. Me da bronca, porque a Ángel le dicen ‘pollera’. Si fuera al revés, lo tratarían de genio”.
UNA FRASE QUE LASTIMA A DI MARIA
Esa palabra, “pollera”, es la que más le molesta. No por lo que significa, sino por lo que representa: una mirada machista y reduccionista que la señala a ella como la responsable de todo. “Yo lo acompaño, no lo manejo. Lo que hacemos, lo decidimos juntos”, dijo con contundencia.
Y añadió: “Entiendo al hincha, pero hubo violencia exagerada. No se puede vivir así”. Lo cierto es que esta vuelta también representa una reconciliación con Rosario, una ciudad que aman pero que supo dolerles. “La gente de afuera piensa que Rosario es tierra de nadie, pero no es así. Es hermosa. Lo malo siempre hace más ruido”, reflexionó.
Lejos de dramatizar, Jorgelina también se permitió ironizar sobre el pasado. Recordó la famosa “libretita” con los nombres de periodistas que criticaban a Ángel durante sus años más cuestionados en la Selección. “Ya no existe. Pero ahora tengo una nueva, con nombres de periodistas rosarinos”, lanzó entre risas.
Más allá del fútbol, del escudo y de los millones, la historia de esta vuelta habla también de raíces y de identidad. “Tenemos la suerte de poder volver. Mucha gente no puede hacerlo por la situación económica. Nosotros vamos a agarrarnos de esta tierra como sea”, confesó.
Di María vuelve a Rosario Central para cerrar una etapa gloriosa. Pero también vuelve a su ciudad, con su gente, con su familia, y con esa compañera que no necesita camisetas ni títulos: solo amor, coraje y un lugar donde ser felices.