Además de pensar en las renovaciones de fin de año, la dirigencia de River también se enfoca en el futuro del club, en los jóvenes. Tal como lo vienen haciendo con los chicos de mayor proyección de la cantera, durante la semana pasada, los dirigentes del CARP blindaron a otra joyita: Santino Giletti, delantero de 17 años que juega en Sexta categoría, firmó su primer contrato profesional con River y con una cláusula de 30.000.000 de euros. Este sábado, en su primer partido con la Sexta luego de firmar contrario, Giletti se destacó con un golazo ante Racing.
River Plate –
El golazo de Santino Giletti, el pibe de 17 años que ya blindó River
Video: YouTube Racing Oficial
Como buen goleador, apareció en el momento justo. Su equipo había comenzado el partido en desventaja, pero antes de los 20 minutos del primer tiempo, Giletti protagonizó una jugada que dejó sin palabras a todo el Tita Matiussi. Recibió un pase filtrado, controló la pelota en el vértice izquierdo del área, eludió a dos defensores con un enganche elegante y definió con una comba perfecta al palo izquierdo del arquero de Racing, que voló en vano: no había forma de detener ese golazo.
La historia de Giletti y su presente en River
Santino nació en 2008 y realizó sus primeros años de formación como futbolista en Tigre. Tras un destacado 2024 en la Séptima del Matador, donde marcó 10 goles en 22 partidos y se consagró como el goleador de su categoría, dio el salto a River para incorporarse a la Sexta. Y desde que se puso la Banda la rompió: convirtió cuatro goles en los primeros 11 partidos (606´ jugados).
Santino Giletti, el pibe de River que firmó contrato.
«Considero que una de mis virtudes es la gambeta, ser rápido», fue la autodefinición de Gileti cuando jugaba en la Octava de Tigre. Claro que desde que se sumó a River potenció sus cualidades naturales, físicas y mentales. Es un delantero capaz de desempeñarse tanto como referencia en el área como en funciones de segunda punta, que se destaca por su potencia, velocidad y habilidad en el uno contra uno, además de contar con una notable pegada en pelota parada, que le permitió anotar cinco goles de tiro libre. Su talento lo llevó a ser convocado por la Selección Argentina Sub-17 en varias ocasiones entre abril y julio de 2023, sumando entrenamientos en el predio de Ezeiza.
Santino Giletti con la Sub 17 de la Selección Argentina (Instagram).
Los dos juveniles que River blindó la semana pasada
Hace exactamente siete días, River blindó a dos prometedores juveniles que son titulares en la Reserva que viene de ganar el superclásico con cláusulas de rescisión de 30 millones de euros: son Giorgio Costantini, volante creativo brasileño de 19 años ya debutó en Primera con Gallardo (cuatro minutos ante Atlético Tucumán, el 19 de marzo), y Lisandro Bajú, lateral izquierdo de la misma edad que aún no se estrenó, quienes firmaron su primer contrato profesional hasta diciembre del 2027.
Zurdo habilidoso para el drible pero también para conducir con pases seguros, Costantini, nacido en Curitiba, se sumó a River hace casi tres años: desvinculado del Athlético Paranaense, donde transitó cinco años de Inferiores -inició su trabajo formativo ahí- tuvo la oportunidad de someterse a un test, que superó. Una de sus particularidades es que Gallardo lo conocía incluso antes de volver al club, dado que fue compañero de Santino, su hijo, en un plantel en el que también brillaban el Diablito Echeverri y Agustín Ruberto, además del también promovido a Primera Agustín de la Cuesta.
Giorgio Costantini, juvenil de River.
Lisandro Bajú, por su parte, es de Las Toscas (Santa Fe) y arrancó jugando como volante central en el Club Tiro Federal, hasta que en el 2017 lo vieron de River y se hizo una prueba. «Estuve una semana y después volví. Fuimos a jugar un torneo a Mar del Plata y por suerte quedé. Empecé en Prenovena y ahí me pusieron de 3», explicó en una entrevista al sitio oficial hace un año.
Giorgio Costantini y Lisandro Bajú firmaron sus primeros contratos en River (Prensa River).
«Mis papás decidieron dejar todo y venirse a Buenos Aires a acompañar mi sueño de jugar en River. Primero vino mi papá, Diego, que acá no tenía trabajo y por suerte consiguió enseguida. Alquilamos una vivienda, vivíamos con mi compañero Santiago Lencina y su mamá. Y al poco tiempo, por suerte, pudieron venir mi mamá y mi hermana. Eso lo tengo que valorar de por vida, porque se la jugaron por mí. Les debo todo», agregó.
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