Antes del partido, los hinchas que entraban a la Platea Norte del Nuevo Gasómetro eran recibidos por una pregunta de un periodista de una emisora radial que estaba en vivo. La pregunta era simple: ¿Para qué está este equipo de Miguel Ángel Russo? Lo curioso fue la uniformidad en las respuestas: todas las personas coincidían en que este equipo no estaba, en principio, para salir campeón, que por momentos no convence ni gusta, pero que a partir de su orden puede aspirar, al menos, a llegar a zonas de clasificación a las copas internacionales o intentar quedar lo más arriba para jugar los playoff de local. Un rato después, esas respuestas fueron homologadas: San Lorenzo le ganó con lo justo a Atlético Tucumán. Ni siquiera mereció ganar, pero lo hizo. Y con esa sensación de felicidad moderada, por el triunfo y por la clasificación a los octavos de final, el pueblo azulgrana se retiró del estadio.
Las dudas que generó el equipo en el primer tiempo se disiparon a los 12 minutos del complemento, cuando Cerutti –otra vez, como contra San Martín de San Juan y varios otros partidos– recibió un pase filtrado de Iker Muniain, desbordó por la derecha y lanzó un centro preciso que Vombergar conectó de cabeza. Una gran combinación, un golazo colectivo que contrastó con lo que había exhibido el equipo hasta ese momento.
De hecho, Atlético Tucumán lo había superado, sobre todo a partir de los avances por los costados con Kevin López y Franco Nicola, y generando aproximaciones de poco riesgo con los delanteros Mateo Coronel y Lisandro Cabrera. La más clara, sin dudas, ocurrió a los 24 minutos, Mateo Coronel recibió una pelota debajo del arco del arquero paraguayo Orlando Gill, se estiró para empujarla, pero la tocó por arriba del travesaño. Blooper para el programa de fin de año de TyC Sports.
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Ese casi gol le costó caro a los tucumanos, que luego diluyeron su dominio y se fueron del Bajo Flores haciendo cuentas: no pudieron meterse entre los ocho que clasifican a la próxima fase y se complicarían con una victoria de Godoy Cruz de Mendoza, Gimnasia La Plata, Talleres de Córdoba o Instituto. En la próxima fecha, encima, recibirán a uno de los líderes, Independiente. San Lorenzo, mientras tanto, ahora tiene que buscar quedar en lo más alto para apuntar jugar de local los partidos eliminatorias. Bastante más de lo que muchos pensaban a principio de año.