El Ministerio de Finanzas de China anunció el aumento de aranceles al 125% a Estados Unidos en respuesta al paquete tarifas aprobado por Donald Trump e incrementa la escalada de la guerra comercial. Los gravámenes se aplicarán sobre todos los productos importados y por medio de un mensaje contundente enfatizaron que “la paciencia de Pekín tiene límites” y que, desde la administración de la Casa Blanca “insisten en infligir daños sustanciales”.
La reacción del gobierno chino llega apenas 48 horas después de haber incrementado del 34% al 84% los impuestos adicionales a productos estadounidenses, en represalia por el aumento previo al 50% impuesto por el gabinete de Trump a bienes provenientes del gigante asiático.
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A través de un comunicado oficial, el gobierno chino acusó a Washington de “haber ignorado deliberadamente el orden económico internacional” que ayudó a construir tras la Segunda Guerra Mundial.
A pesar del tono desafiante, Pekín dejó entrever que la guerra arancelaria ha erosionado en gran medida el mercado de productos estadounidenses en China. El documento oficial sostiene la carga tributaria ha hecho que esos bienes pierdan toda competitividad, lo que vuelve “irrelevante” cualquier intento adicional de EEUU de continuar acrecentando los aranceles.
La medida, que entrará en vigor mañana 12 de abril, ha sido confirmada por el Comité de Aranceles Aduaneros del Consejo de Estado en un comunicado oficial, en el que condena la política comercial estadounidense por “violar gravemente las normas del comercio internacional” y de aplicar “una política unilateral de acoso y coerción”
En paralelo, China presentó una demanda formal ante la Organización Mundial del Comercio (OMC), en un nuevo intento por escalar la disputa al plano multilateral. Las principales autoridades chinas fueron terminantes al subrayar que las futuras negociaciones deberán llevarse a cabo bajo los principios de “igualdad y respeto mutuo” y advirtieron que “no permitirán condiciones asimétricas”.
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La iniciativa busca denunciar el carácter ilegal y discriminatorio de los nuevos aranceles norteamericanos, y apunta a sumar apoyos entre otros miembros de la OMC, especialmente aquellos que también han sido blanco de medidas comerciales unilaterales por parte de Estados Unidos.
En este contexto, la disputa comercial se ha transformado en un símbolo de la lucha por el poder global, con implicancias que van más allá de los flujos comerciales y que amenazan con reconfigurar las reglas del comercio mundial.
Portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Lin Jian: “China no desea una guerra comercial, pero no la teme”
El portavoz del Ministerio de Exteriores, Lin Jian, señaló que “China no desea una guerra comercial, pero no la teme” e instó a EE.UU a “dejar de ejercer presiones”, si realmente tiene intención de resolver el conflicto por medio del diálogo.
Además, Jian a través de su cuenta oficial de la red social X manifestó que “las contramedidas no sólo protegen los intereses legítimos , sino que también salvaguardan el orden internacional y los derechos de todos los países que se ven afectados por el unilateralismo estadounidense”.
“Será una burla en la historia de la economía mundial”, sostuvieron desde el gobierno chino, dejando en claro que el margen de maniobra económica de Washington frente a Pekín se ha reducido significativamente.
PM/LT