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martes, 8 abril, 2025
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24 de Marzo: el MST dice que aclara, pero oscurece

En una nota firmada por Guillermo Pacagnini, el MST pretende presentar como un triunfo, la ruptura del Encuentro Memoria, Verdad y Justicia el último 24 de marzo. Esto se dio como resultado de la ausencia de una respuesta política masiva y en unidad, al gobierno ultraderechista, pro genocida y represor de Milei, Villarruel y Bullrich, sin caer en la autocensura y la mordaza. Pretendieron silenciar al EMVJ para que no exponga a quienes colaboran en los hechos, por acción u omisión, con el Gobierno.

Por eso y tras una una gigantesca movilización de la que fuimos parte con nuestra propia voz, es importante discutir cómo darle continuidad, frente a la política del gobierno y por qué la importancia de sostener la independencia, de todos los gobiernos y el Estado.

En su papel protagónico en dividir al EMVJ, rompiendo su tradicional independencia política, el MST ha decidido hacer de abogado del diablo de quienes se benefician de este hecho.

El autor, se hace eco de una vieja distinción entre ‘organismos genuinos y no genuinos’ de derechos humanos. ¿A que se refiere específicamente el MST? ¿Desconoce acaso el rol que juegan organismos de Derechos Humanos fundadores hace décadas del EMVJ como el CEPRODH, que integramos familiares de víctimas del terrorismo de Estado, abogados y abogadas en causas de lesa humanidad, en defensa de las libertades democracias y de las causas de los trabajadores y trabajadoras, gobierne quien gobierne?
¿Considera que organismos con más de 50 años de trayectoria, como el SERPAJ, de reconocimiento internacional, carecen de legitimidad?

¿Hace falta recordarle al MST el papel articulador que impulsamos frente a la represión y detenidos por enfrentar la Ley Bases, frente a los despidos en Sitios de Memoria o para lograr una marcha unitaria contra el 2×1 a los genocidas, mientras gobernada Macri?

Triste, porque Alfredo Bisordi, un personaje de la más rancia derecha judicial, en los fallos de Casación con los que intentaba frenar las causas contra los genocidas, descalificaba nuestras peticiones llamando al CEPRODH y a otros organismos “los autodenominados organismos de derechos humanos”, mientras éramos parte de mega causas de lesa humanidad.

Es de suponer entonces que para el MST, el Encuentro no debía haberse sostenido todos estos años, denunciando la impunidad de ayer y de hoy, marcando cada hecho de las fuerzas represivas, la infiltración de los agentes de inteligencia en organizaciones populares, como ocurrió con Balbuena entre 2002 y 2013, sin estar calculando pertenencias políticas del gobierno de turno, entre tantos puntos de apoyo que supone su existencia. Un enorme acervo, que lo distinguió de organismos históricos, que por tener referentes alineados con los gobiernos kirchneristas, cuando no funcionarios, los llevó a callar distintas violaciones a los derechos humanos, como la segunda desaparición de Julio López en 2006, el Proyecto X en 2012, las leyes “antiterroristas” impuestas por el Pentágono, el nombramiento a un genocida como Milani a cargo de las FF.AA o la dura represión a luchas obreras como las de Kraft y Lear, mientras que organismos orgullosamente “genuinos”, como el CEPRODH, junto al resto del EMVJ -desde una total independencia a los gobiernos y el Estado- las enfrentamos.

La realidad paralela del MST

Para defenderse de su responsabilidad en la crisis que atraviesa a un espacio tan importante, Pacagnini recurre a una realidad paralela.

Afirma que “Para el PTS nada cambió y había que actuar como en los últimos 20 años”. Nada más alejado de la realidad. Durante semanas el EMVJ vivió un impasse, con 3 posturas: quienes propusieron un esquema similar al de los últimos años. Dos marchas para llegar a Plaza de Mayo en momentos diferentes y cada cual realizar su acto; luego quienes propusieron unidad a cualquier costo, poniendo en peligro la esencia del EMVJ, amordázandolo en un acto donde estaba vetado denunciar a los cómplices de la gobernabilidad de Milei; por último quienes defendemos haber propuesto una marcha única, con consignas, convocatoria y documento propio. Para golpear juntos, pero sin censura ni mordaza.

Así se concretó una primera reunión entre el EMVJ y la llamada “Mesa de Organismos” que reúne a distintos organismos históricos. La realidad, entonces, resulta esquiva al relato escrito por Pacagnini, veamos:
Dice que, el planteo de una marcha común donde se leyeran dos documentos ‘se descartó de arranque en el propio EMVJ’. Apelamos a la memoria de Pacagnini, para que recuerde que el 20 de febrero, el EMVJ resolvió concretar una primera reunión común, para llevar como propuesta, las intenciones de marchar en unidad leyendo cada espacio su documento.

Más allá de las versiones sobre ‘¿qué pasó?’, surge una inquietud obvia. ¿El MST defiende o no, que un primer acercamiento básico implica empezar por defender la lectura de un documento independiente, en una marcha unitaria? Hasta el momento, solo se han sumado al coro contra quienes defendemos la independencia del Encuentro.

Lamentablemente, esta propuesta hecha en la propia sede de Madres de Plaza de Mayo, aunque hoy el MST lo oculte, fue inmediatamente rechazada.

Para el EMVJ callar las complicidades nunca fue una opción. Veinte años de trayectoria lo avalan.
Por eso, en pos de continuar explorando las posibilidades de una marcha de unidad, manteniendo la independencia política, el EMVJ de conjunto propuso la elaboración de consignas comunes, incluida la denuncia a quienes colaboran con el gobierno, pudiendo impulsar una marcha unitaria, lo que hubiera permitido que el Encuentro leyera su documento en algún momento de la marcha. El MST, nos hace llegar a través de su nota, el horror que le significa imaginar la posibilidad de leer el documento del EMVJ, camino a la Plaza de Mayo.

La respuesta como se dijo acá igualmente fue negativa, el acto comun consistiría de consignas omitiendo el rol traidor de la burocracia sindical, los votos de Unión por la Patria en el Senado para aprobar, las leyes que Bullrich ya piensa utilizar contra los detenidos en la marcha del 12 de Marzo y el rol de la Triple A, durante el terrorismo de Estado antes del golpe, algo que el MST esconde en su nota deliberadamente. Para quienes tenemos familiares secuestrados y asesinados por estas bandas fascistas, nos es un insulto que pretendan hacernos callar estos hechos.

¿Cómo pretendían que además dejemos de nombrar a quienes aprobaron las leyes de reiterancia, reincidencia o anti-mafia de Bullrich? ¿Las violaciones a los derechos humanos de los gobernadores, sean del partido que sean, como ocurre con los asesinatos en Salta y Jujuy a cargo de las fuerzas represivas?

Si al decir de Rodolfo Walsh, la política económica de este gobierno, castiga a millones de seres humanos con la miseria planificada.¿Cómo dejar de denunciar la tregua escandalosa de la CGT y las CTA con el ajuste?
Lejos de plantarse contra la censura, al MST le alcanzó con que las consignas leídas, no hayan sido una reivindicación de quienes, en realidad, son cómplices del gobierno. Menos mal. Un delirio, que solo sirve para justificar las omisiones, a las que le hacen la vista gorda.

Un acuerdo secreto

Cuando restaba una semana para el 24 de marzo, sucedió un hecho muy grave. El MST, fue parte de firmar un acta, con las condiciones de ese acto común, sabiendo que violentaba la voluntad de numerosas organizaciones. Es más, dicha acta ni siquiera fue compartida de buena fe y de frente, sino que apareció producto de un uso defectuoso y apurado de los grupos de WhatsApp.

Sobre este asunto el autor que polemiza con el CEPRODH y el PTS guarda silencio para omitir lo central, ese acuerdo, una vez descubierto, fue duramente discutido en el Encuentro, porque se vieron notoriamente en falta. Quedando claro que no podían actuar más que en su propio nombre y no como Encuentro de conjunto.
Así con fecha de 18 de febrero, como se puede ver en las redes del EMVJ, quedó claro cual era horario y punto de encuentro de la convocatoria propia: 13:30hs citarnos en Congreso, para partir a las 15hs en una marcha en unidad a Plaza de Mayo, con nuestras consignas, banderas y documento.

La división ocurrió 3 días después. El viernes 21 de marzo, luego de cerrar los últimos detalles del documento propio y las consignas del Encuentro, empezó un intercambio sobre la dinámica del recorrido hacia la Plaza de Mayo. Desde el PTS junto a otras organizaciones, sabiendo que había grandes diferencias, propusimos priorizar lo que nos unía, poder marchar de conjunto como Encuentro hacia la Plaza y luego cada cual, decidiera participar o no del acto en cuestión. Eso hubiera permitido preservar al Encuentro sin ningún tipo de imposición. Y así como algunas organizaciones parte del Encuentro serían parte, otras esperaríamos respetuosamente en las afueras de la Plaza, para una vez terminado el acto, poder leer con un sonido propio, el documento del Encuentro.

Esta propuesta por demás lógica y sensata, fue compartida por distintos organismos dentro del EMVJ. Sin embargo, parecía dinamitar un objetivo mayor: silenciar al EMVJ. Los hechos se explican solos:
El MST transformó la búsqueda de la unidad posible, en un fin en sí mismo, e intentó imponer que el Encuentro participe de un acto al que explícitamente no adhería. Y en vez de priorizar una opción que mantuviera la integridad y la existencia del propio Encuentro, se consolidó la ruptura y resolvieron ausentarse de la cita de Congreso, poniendo un punto de salida distinto, resuelto sin ningún intercambio común, dejando al EMVJ, sus consignas y documento en el olvido.

Con esta actitud quedó demostrado, que los intentos de buscar unidad defendiendo banderas propias, sólo fue una opción pasajera. Rápidamente, el documento y las consignas del EMVJ se convirtieron en papel mojado, para que conste en actas. Una formalidad, en medio de una política de entrega de la independencia política del EMVJ.

Con esta respuesta que nos hace llegar el MST, entonces, comienza a contestarse la pregunta que le hicimos desde estas páginas. Van contentos al sendero de “unidad” a cualquier costo, que los supo ver en su momento al lado de la Sociedad Rural y de saltimbanquis derechistas como Luis Juez. En esta oportunidad, siendo fundamentales en la división del Encuentro Memoria, Verdad y Justicia.

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