Google Nest Community, el sitio web que Google dio como referencia para mantener informados a los usuarios de Chromecast sobre la evolución del problema que afecta a estos dispositivos desde el domingo, en las últimas horas se volvió una caldera, dada la creciente impaciencia del público incrédulo con la situación. Una disculpa al menos, de parte de Google, ha tenido lugar. Más el aviso de que la causa de la caída técnica, al parecer, habría sido identificada.
“¿Más cerca de una solución? Han pasado cuatro días”, dice un usuario visiblemente ofuscado. Otro suma: “Desafortunadamente restablecí los datos de fábrica pero solo más tarde leí que no se debía hacer. ¿Cómo puedo hacer que mi dispositivo vuelva a funcionar?”. El tono de velorio por el preciado bien, que de golpe ha muerto con el impacto de un infarto, tiende a subir a medida que el mouse de la pesquisa se desliza en la pantalla.
Un tercer usuario redobla el lamento: “Hola, por desgracia. Cuando mi Google Chromecast dejó de funcionar, lo restablecí… Después de buscar en internet si había algún problema en todo el mundo. En ese momento, no encontré ninguna respuesta, así que pensé que era un problema con mi Chromecast. A la mañana siguiente, apareció información sobre el problema en todo el mundo. ¡Demasiado tarde! No tengo dinero para comprar uno nuevo. Si fuera rico, tendría una Smart TV… Qué pena…”.
La desconfianza se combina en este escenario con la resignación popular: “Tantos expertos en el tema, que trabajan en Google y no pueden arreglar el problema que tiene el Chromecast, es increíble usemos otras marcas mejor y hacer un boicot contra la marca, a ver Trump haz algo”, aporta el posteo siguiente, con el desorden propio del desconsuelo.
Google, por su parte, ha dado hasta ahora escasas señales de vida ante la crisis. En la primera comunicación reconoció el problema y aclaró a qué dispositivos afecta, para agregar que está trabajando en una reparación del daño y avisar a la gente que no resetee de fábrica sus dispositivos (lamentablemente luego de que muchos lo hicieran) porque entonces la cuesta arriba se hará más pronunciada. Aunque no imposible.
La segunda misiva de una de las empresas más grandes del mundo -cuyo CEO, Sundar Pihai, casualmente entró en funciones hace diez años, cuando el Chromecast 2 se lanzaba al mercado- trató de amortiguar la tempestad. Pero pese a que el mensaje corporativo tuvo tono esperanzador, no alcanzó para frenar la inercia de la frustración. La gente siguió despotricando y lamentando, hasta el cierre del miércoles, la falta de una respuesta en tiempo y forma.
Google ha repetido en parte, en su último posteo, conceptos del primer mensaje, pero ahora le sumó algo clave: “El equipo también ha identificado la causa de esto y actualmente está trabajando para solucionarlo. Estamos trabajando para resolver esto lo antes posible y te mantendremos informado cuando haya más información para compartir. Te pedimos disculpas sinceras por los inconvenientes y agradecemos tu paciencia mientras tanto. Gracias”.
A esta altura del affaire Chromecast, todo vecino más o menos informado se ha enterado -si no lo sabía antes- qué es y para qué sirve este dispositivo, que básicamente permite enlazar el celular con el televisor para transmitir series y películas, para evitar tener que mirarlas en la pequeña pantalla de bolsillo. Un consumo que, moderado o en atracones, se ha vuelto signo de los tiempos durante la última década. De ahí que la reacción en cadena por tamaña traición tecnológica a los hábitos adquiridos haya provocado tal descalabro.
La explicación de la falla
Clarín consultó sobre el problema suscitado con el Chromecast al tecnólogo Fredi Vivas, ingeniero y profesor especializado en inteligencia artificial, además de CEO y fundador de RockingData. Explicó: «Todo este caos generado es, aparentemente, por un certificado de seguridad que está vencido. Y eso hace que los dispositivos de segunda generación no funcionen. Ese certificado es una garantía que se tiene de que el software es seguro. Esto suele pasar, a veces, que se vencen y los equipos por protocolo ignoran al software porque ya no lo consideran seguro».
Agregó: «Ese certificado, todo indica, expiró el 9 de marzo. Duró diez años y venció, por lo que automáticamente estos equipos dejaron de funcionar. Entre las recomendaciones que hicieron oficialmente desde la empresa, Google decía que no había que resetear los dispositivos a los valores por default o de fábrica, lo que levantó controversia. No se sabe bien cuáles son las intenciones detrás de esto». Y concluyó: «Hay algunas personas que dicen que lo que está tratando de hacer Google es que los usuarios se actualicen, que cambien los equipos al considerarlos obsoletos».
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