Para los próximos días se espera una suba en los precios de la carne en el mostrador, en linea con el aumento que ya viene mostrando el valor de la hacienda de consumo. Así lo indican quienes conocen la lógica de la cadena cárnica, y afirman que se trata sobre todo de un fenómeno estacional que se repite todos los años.
“Los feedlots terminaron de sacar prácticamente toda la producción del año, solo quedan las colas de parición. Por esta razón la oferta de animales es muy chica, en dos días hubo prácticamente lo que hay en un día en mayo”, explicó en diálogo con Clarín Rural el operador del mercado de hacienda Gonzalo Lafuente, y afirmó que los precios “indudablemente” se van a trasladar.
En efecto, el martes y el miércoles de esta semana el volumen de novillitos operados fue de 1.550 y 1.320 cabezas respectivamente, contra los más de 2.500 novillitos que se vendían en los primeros días del año. El precio promedio de esa categoría superó este miércoles los 2.600 pesos por kilo, con máximos de 3.000, los valores más altos en lo que va del año y un 7 por ciento superiores a los de la semana pasada.
Por su parte las vaquillonas ofrecidas fueron 1.167 el martes y 2.015 el miércoles, contra las más de 3.000 que se ofrecían a comienzos del año. Y el precio máximo de ayer también fue de 3.000 pesos por kilo para las vaquillonas, con promedio de 2.590, mientras que la semana pasada apenas rozaba los 2.400 pesos por kilo.
“Desde los primeros días de enero empezó a afirmarse el valor de la hacienda, empezó a marcarse una diferencia que no se sabía si iba a ser estable. Se fue generando un faltante por falta de terminación y porque hay mucha gente de vacaciones, yo habitualmente cierro 10 jaulas y ahora estoy cerrando 6”, dice Leonardo Rafael, miembro de la Cámara de Matarifes y Abastecedores (Camya).
Y Lafuente refuerza: “No subió la demanda sino que se retrajo la oferta. Creo que el gordo puede llegar a tener otra suba en los primeros días de febrero, cuando vuelve la gente y llena la heladera».
Luego explica que este fenómeno se observa exclusivamente con la hacienda destinada al consumo local, es decir las vaquillonas y novillitos, y no con los novillos y vacas que van a la exportación. “Todo lo que es exportación está muy sujeto a China, y con un valor bajo no pueden pagar más de 2.000 pesos por kilo la vaca buena. Además la exportación está complicada por la relación peso/dólar, estamos un poco caros para el mundo en dólares”, advierte.
En los próximos días habrá que observar el comportamiento de la carne en las carnicerías y mostradores. Según Rafael, no es mucho el margen que hay para ajustar precios hacia arriba, pero sí se podría observar el despegue de algunos cortes.
“En estos días ya se trasladó un alto porcentaje de los precios y la semana que viene calculo que se verán los nuevos valores en las carnicerías. Los cortes ya están entre 10.000 y 14.000 pesos por kilo, ya se actualizó respecto de la inflación, no creo que el mostrador resista subas mucho mayores. Quiero creer que si hay un poco más de oferta en febrero o marzo se diferenciarán un poco más las categorías, que hoy al haber faltante están todas muy juntas, valen casi lo mismo las livianas y las más pesadas”, dice.
Por su parte Romina Uz, dueña de una carnicería en el barrio porteño de Saavedra, aporta la visión de ese eslabón de la cadena: «Entiendo que el aumento de la carne es para febrero y no va a afectar a todos los cortes, según los grandes distribuidores. Por otro lado, hay muchos precios de medias reses, depende de dónde compremos varía el precio del kilo», dice.
Luego afirma que en su caso se observó una baja en el consumo durante enero pero ella la atribuye a las vacaciones, no a la suba de precios.
Los observadores del mercado ganadero coinciden en que en el 2025 se achicará el rodeo por efecto de las sequías, aunque Lafuente advierte que eso solo se sabrá bien durante la zafra de terneros y la campaña de vacunación. De cara a los próximos meses afirma que lo más probable es que siga escaseando la hacienda de consumo, y que el precio de la carne «se regulará solo en el mostrador». «El que mueve el valor de la carne es la clase media y baja», concluye.