En un circuito que resulta ideal para una jornada completa, relevamos seis poblaciones cercanas a Buenos Aires por caminos transitables para todo tipo de vehículo. Una recorrida por distintos puntos de interés, donde además la consigna fue la de visitar las estaciones ferroviarias de cada lugar; unas en actividad, otras en desuso y en algunos casos recicladas para otras temáticas.
Open Door. Fijamos nuestro punto de partida en Liniers (Av. Juan B. Justo y Av. General Paz) para tomar el Acceso Oeste hacia Luján. En el km 68, a mano izquierda, una excelente vista de la Basílica de Luján y, un kilómetro más allá, la salida hacia Open Door por la que tomamos en dirección a la RP 192. Tras circular cinco kilómetros, giramos a la derecha en la bifurcación costeando el country Praderas de Luján y continuamos durante tres kilómetros hasta el casco urbano. Entorno rural, hilera de árboles y algunas casas enmarcan la ruta (convertida en la avenida Juan de Dios Filiberto).
Al costado de una curva pronunciada aparece el Hospital Neuropsiquiátrico Dr. Domingo Cabred (lleva el nombre del fundador de las dos Colonias Psiquiátricas). Esta colonia y la Ex Montes de Oca, ubicada en el pueblo de Torres por donde pasaremos más tarde, resaltan en esta zona. La avenida deja paso al boulevard Dr. Domingo Cabred, que transitamos hasta la altura del 500. Casas de fin de semana, arboleda, entorno bien pueblerino, complejo de cabañas y quintas para alquilar.
Pasamos por el pequeño centro comercial del pueblo, llegamos al 500 y giramos a la derecha por la calle Buenos Aires para seguir unos 300 metros costeando las vías. Se suceden silos vecinos al tendido de los rieles y, a mano derecha, la añeja biblioteca popular Alberdi, fundada en 1926, y el restaurante de campo La Garza Lola, con un menú que incluye tabla de picada, empanadas, parrilla: asado al asador, matambre relleno, pollo agridulce, y pastas caseras (Informes Tel.: 02323-496604).
Enfrente se encuentra la estación ferroviaria Dr. Domingo Cabred, totalmente modernizada en virtud de que la línea del FC San Martín continúa circulando (la primitiva se inauguró a principios del siglo XX y operó como estación de cargas y de pasajeros de larga distancia del entonces Ferrocarril Del Pacífico). A una cuadra se encuentra la iglesia San Roque, con su amplio patio en la entrada y su estilo clásico que destaca en la fachada un frontis triangular y una doble espadaña. Las imágenes que hay adentro son espectaculares, sobre todo las de Cristo Rey, María del Rosario y Jesús Crucificado.
Torres. Retomando el boulevard Cabred, cruzamos las vías y a los 400 metros estamos nuevamente en la RP 192. Giramos hacia la izquierda y vamos hasta la rotonda para recorrer luego 7 kilómetros hasta Torres, segundo pueblo del circuito (ambos del partido de Luján). En este tramo vemos algunos campos de cría de caballos de polo y equitación, estancias y chacras cultivadas. La entrada a la población se encuentra a la altura del Km 15 engalanada por un mural y un cartel que reza “Bienvenidos a Torres”, junto a la escultura de un ciclista hecha en hierro, cuyo autor es el escultor chileno Américo Becerra Pintos, en homenaje a un deporte muy frecuentado por estas latitudes.
La calle de ingreso es Litardo, que a sólo 300 metros nos deposita en el predio del ferrocarril. Todo el paisaje es de tiempos idos. Añejos bares y una cancha de pelota a paleta de principios del siglo pasado. Mucho espacio libre en los alrededores con mesas, bancos y juegos infantiles, sumado a una paz inquebrantable.
El tren dejó de pasar en 1998 y hoy en día la estación es mantenida por la Asociación de Amigos del Ferrocarril Urquiza. Se conservan carteles, pórticos, el antiguo bebedero, la sala de espera, los andenes. Un combo ideal para tomar buenas fotos. Allí además se encuentra otra obra del artista Becerra Pintos en homenaje al ferrocarril que enlaza a la Argentina y Chile, reivindicando la importancia del tren en el desarrollo de ambos países. Se trata de una escultura de la locomotora El Progreso, también realizada en hierro. A una cuadra está La Centenaria, añeja y reciclada pulpería donde te reciben con una riquísima limonada.
Entre las comidas resaltan las empanadas de carne, las pastas caseras de osobuco y el pollo relleno (Informes Tel.: 11-5160-9494 o Instagram: @lacentenariarestaurantedecampo) . Pasando el predio de la estación, sobre la misma calle de acceso (Litardo), se encuentra el complejo La Posada del Sol, un conjunto de bungalows en medio de un parque arbolado que torna muy placentero el lugar (Informes Tel.: 02323-15-330547 o Instagram: @laposadadelsol.tur).
La parroquia San José muestra toda su sencillez a metros de la estación, sobre la calle Criado Alonso; y siguiendo por ella, a unos 700 m se llega a la Ex Colonia Montes de Oca, ahora denominada Hospital Nacional y Comunidad Dr. Ramón Carrillo, una institución especializada en la atención de la salud mental y la discapacidad intelectual.
Desde aquí salimos directo a la ruta, girando a la derecha por la RP 192, de vuelta hacia Open Door. En la rotonda doblamos hacia la izquierda en dirección a Campana y seguimos hasta el mojón 171 (unos 10 kilómetros). Cruzamos algunas estancias de polo, el arroyo Las Flores, haras, caballerizas y San Ceferino Hotel & Spa, ideal para unos días de relax. Al llegar al punto indicado, un amplio camino de tierra se abre a la derecha y conduce hacia el paraje Tomás Santa Coloma, luego de recorrer 2 km.
Santa Coloma. Es un típico camino rural con algunos sembradíos sobre los laterales y un monte de árboles que se presenta al llegar a este pequeño poblado. Aquí el camino se convierte en la calle Francia, que atraviesa las escasas casas que se observan, luego una vía muerta y criaderos de cerdos. Es un diminuto caserío del partido de Pilar, que lleva el nombre del primitivo propietario de estas tierras, fallecido en 1923.
El lugar contaba con un apeadero (parador férreo) que se construyó en el siglo XIX para atender al molino Bancalari, de la cercana estancia San Miguel. Tenía un trencito que iba de la estancia a este parador. Cuando se construyó la estación Manzanares, en 1888, se clausuró y a partir de allí comenzó la decadencia. Sus ruinas están debajo de la vegetación y aún pueden verse las vías de aquel viejo tendido.