La gloria es la misma, pero el significado es diferente según la perspectiva del aspirante a alcanzarla. Vélez y Central Córdoba de Santiago del Estero intentarán levantar por primera vez la Copa Argentina, acaso el certamen más equilibrado de todos, en el que la clase baja y media del fútbol argentino suelen sentarse a discutir en la mesa con los clubes más poderosos. Más de 27.000 hinchas viajaron por tierra y también por aire, en una procesión alimentada por el combustible de la esperanza de ser testigos presenciales de un momento inolvidable. Miles recorrieron los 462 kilómetros que separan a Liniers del estadio 15 de Abril, luego de haber formado una fila de nueve cuadras bajo la lluvia en las inmediaciones del estadio José Amalfitani. Una multitud se embarcó el trayecto de 615 kilómetros que hay desde Santiago hasta la cancha de Unión, escenario de la batalla final.
Para el Fortín, que nunca pudo conquistar ese trofeo en las 11 ediciones anteriores que se disputaron, una victoria significará asegurarse el hecho de coronar con un título un 2024 que lo tuvo siempre en el rol de protagonista de la película. Estuvo muy cerca en la Copa de la Liga, cuando llegó a la final del 5 de mayo con Estudiantes, duelo que terminó igualado 1-1 y en el que cayó por 4-3 en la tanda de penales, en Santiago del Estero. Gustavo Quinteros, quien asumió en enero, supo armar un conjunto ambicioso y ofensivo que se levantó tras ese duro golpe sufrido ante el Pincha y por momentos desfiló en la Liga Profesional. Un torneo en el que se sostiene como líder a pesar de haber tenido momentos en los que se advirtió el desgaste físico, algo lógico si se contempla que el entrenador dispone de un plantel corto en cuanto a variantes. Un campeonato que también buscará cerrar con una vuelta olímpica frente a Huracán, en el estadio José Amalfitani. Porque Vélez, que el año pasado se garantizó la permanencia recién en la última fecha, ahora va por todo. Ya tiene un lugar garantizado en la próxima edición de la Copa Libertadores por tabla anual y quiere cerrar el año embriagado de éxito y mareado de vueltas olímpicas. Por eso, los próximos dos encuentros serán a todo o nada para un equipo que pareció sentir el golpe de la baja del desequilibrante Thiago Fernandez, pieza clave que se rompió los ligamentos cruzados de una rodilla. La alegría puede ser completa, pero también está latente el riesgo de quedar con las manos vacías. Luego de la caída del sábado contra Unión (0-1), que le puso mucho suspenso a la definición del campeonato, la primera parada podría representar el envión anímico necesario para luego ir a fondo por el plato principal.
Gustavo Quinteros, entrenador del Fortín. (Foto: Prensa Vélez)
El Ferroviario de Omar De Felippe fue la gran revelación de la competencia. Un conjunto pragmático, que procura mantener el orden, pero que también suelta las amarras, que no se amedrenta y se anima a darle vuelo a su juego cuando el contexto lo permite. Para Central Córdoba, que en 2017 estaba lamentando el descenso al Federal A, que en apenas nueve meses volvió a la B Nacional y que en 2019 ascendió a Primera, la Copa Argentina es un sueño. Un anhelo que vio de cerca en 2019, cuando llegó a la final en Mendoza y cayó de forma categórica por 3-0 con el River de Marcelo Gallardo. La institución fundada en 1919, que ganó 47 títulos en la Liga Santiagueña, intentará bordar su primera estrella de las grandes. En el camino quedaron Quilmes (3-1), el campeón anterior, Estudiantes (2-1), Newell’s (0-0 y 3-2 por penales), Temperley (2-1) y el duro Huracán de Frank Kudelka (2-1). Una gran campaña que sorprendió a propios y extraños y que lo llevó a la última cita en el estadio de Unión de Santa Fe. Allí, De Felippe también irá por su primer título en una competición de la que participan equipos de la elite de su país. En 2015 ganó la Serie A de Ecuador con Emelec y en la Argentina sólo fue campeón de la Primera B en la temporada 2009/10, con Olimpo de Bahía Blanca. También ascendió con Quilmes en 2012 e Independiente en 2013. No caben dudas de sus méritos, aunque ahora está ante la posibilidad de seguir nutriendo su currículum. El hombre de 62 años, veterano de la guerra de Malvinas al que los jugadores suelen consultarle por sus anécdotas, confeccionó un conjunto al que lo impulsa una gran motivación. Una vocación de quedar grabado a fuego en la historia del club. El último triunfo ante Racing (3-1) en la Liga, partido en el que salió a la cancha con un conjunto alternativo, dejó entonado al Ferroviario.
Omar De Felippe armó un equipo pragmático. (Prensa Central Córdoba)
El trayecto para Vélez también tuvo obstáculos difíciles de sortear. Arrancó con exámenes un poco más livianos, superando a Sportivo Las Parejas (2-1) y Arsenal (2-1). Luego eliminó a tres grandes de forma consecutiva en duelos muy complicados. Primero sucumbió San Lorenzo (3-1), luego Independiente (1-0) y, por último, exhibió temperamento en un cruce muy complicado y con un desarrollo cambiante ante Boca (4-3). Al Fortín le falta un paso para volver a entonar un grito que lleva contenido desde hace 11 años. La última vez que se consagró campeón fue hace más de una década, cuando conquistó el Torneo Inicial 2012 y la Supercopa Argentina 2013, que se disputó en 2014. Para Vélez, imponerse en esta final podría significar además un gran envión anímico de cara a la definición de la Liga. Quinteros buscará además inscribir su nombre entre los técnicos que quedaron inmortalizados al cosechar títulos en Liniers: Carlos Bianchi, Ricardo Gareca, Osvaldo Piazza, Manuel Giudice, Marcelo Bielsa, Miguel Ángel Russo y Victorio Spinetto.
“Que la gente confíe porque daremos todo para jugar mejor y ganar”, fue la esperanzadora bajada de línea de Quinteros. El entrenador del Fortín igual lanzó una advertencia: “El rival tuvo la posibilidad de cuidar jugadores porque se suspendieron los descensos. El miércoles vamos a enfrentar a un equipo que va a correr mucho, que va a estar entero. Nosotros venimos jugando cada tres o cuatro días. Si hay una ventaja es esa, que ellos van a llegar descansados y nosotros no”. De Felippe también expuso su entusiasmo: “Ojalá el triunfo ante Racing nos haya dado el envión que necesitábamos. Hay varios chicos que demostraron querer estar en la final, evaluaremos lo mejor y pondremos el mejor equipo para intentar ganar. Hay chicos que no venían jugando y hoy demostraron que estar para jugar. Hubo rendimientos que, a nosotros, nos hacen rever algunas cosas. Estoy ilusionado”. El técnico del Ferroviario igual no garantizó si va a seguir en el club en 2025, independientemente del resultado: “No es que diga que me voy a ir. En el fútbol pasan muchas cosas y estoy ilusionado con lo que se viene, después veremos…”.
Ambos equipos transitaron diferentes caminos para llegar a la última parada. Los dos están ante una oportunidad que no quieren dejar escapar. Esta noche tendrán una cita con la gloria.
SANTA FE (ENVIADO).
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