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En la decoración exterior, la madera es un material fundamental que embellece y aporta personalidad, generando un clima cálido de estilo natural en el jardín. Cuando naturaleza y diseño se fusionan, crean ambientes perfectos para relajarse o disfrutar de una buena parrillada con amigos.
La versatilidad, durabilidad y encanto rústico de la madera permiten integrarla de manera fluida en cualquier diseño, desde los más tradicionales hasta los contemporáneos
La incorporación de elementos de madera en el jardín — desde pérgolas y bancos hasta senderos y cercos — puede realzar la belleza del entorno exterior, aportando textura, color y una conexión íntima con la naturaleza.
Para protegerse de los clásicos vientos de la costa atlántica, en este jardín se creó un lugar de estar con fogonero al reparo de la casa. Un banco de araucaria y varios tronquitos y sillas bajas tipo jesuitas completan la escena.
Un gran camastro de madera de 2 x 1,90 se ubicó en un sector del jardín con canto rodado en dos granulometrías como solado. Está a la sombra de los olivos y rodeado de Pennisetum alopecuroides “hameln” y Erigeron karviskianus. Diseño: Valeria Hermida.
Un deck diseñado con durmientes de ferrocarril es un refugio armonioso y fresco, pensado como un área de meditación y lectura. El diseño del jardín se completa con una pileta de 3×3 metros, con un banco que recorre dos de sus lados, integrando la escalera de acceso. Diseño: Flux Estudio.
Un deck de madera permite generar un lugar de disfrute para observar el estanque y sirve también como solarium para los días de verano.
La ecopiscina funciona como agua viva, similar a un arroyo o un río. Durante todas las estaciones se vuelve un atractivo particular del jardín, con diferentes plantas acuáticas que generan un ámbito de biodiversidad donde convive la vegetación con la fauna que atrae. Diseño: Esencias Colibrí
Varillas de alambrado demarcan el sendero en este pequeño jardín seco. Bajo un enorme sauce se fueron disponiendo buxus podados como esferas con hiedra por debajo. La pared fue iluminada con un rectángulo pintado de blanco que enmarca la vegetación. Diseño: Enriqueta Bustillo.
Al elegir madera, estamos eligiendo una narrativa visual que habla de sostenibilidad y cuidado por el medioambiente, elementos fundamentales en el diseño contemporáneo
Un pequeño espacio dedicado a la huerta se separa del resto del jardín por medio de varillas que forman un cerco. Trae a la memoria la imagen de los viejos corrales de cabras y se combinó con una reja antigua, que conserva su pintura original desgastada y funciona como puerta. Diseño: Esencias Colibrí.
Los cercos armados con tablones o postes aportan un toque distintivo a los espacios y suman calidez. Cortadas a distintas alturas o colocadas superpuestas, libres o unidas por una faja de hierro o alambre, las empalizadas de madera permiten múltiples variantes y se integran amigablemente con la vegetación.
Algunas piezas antiguas de madera, como esta vieja rueda de carro, pueden convertirse en verdaderos tesoros y emplazarse en lugares estratégicos del jardín.
Sobre la pared de ladrillo se dejó un rectángulo podado para albergar una ducha que permite refrescarse en verano. Se construyó una base con rejilla para el desagote del agua. Diseño: Pablo Ledesma.
A modo de esculturas se emplazaron estos grandes bloques de lapacho que el dueño de casa colecciona. Un sendero, también de lapacho, conduce al fondo del jardín entre pasto inglés.
Las paredes de ladrillo transmiten rusticidad y se complementan con la reja antigua que funciona como puerta. Diseño: Pablo Ledesma.
La entrada a esta casa en San Martín de los Andes es a través de una pasarela que recorre un jardín de especies de bajo requerimiento hídrico, como santolinas, junellias y senecios y atraviesa un cerco de madera a modo de pantalla que otorga privacidad. Paisajismo: Karina Querejeta
LA NACION
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