Las plantas son utilizadas desde hace siglos en rituales para ahuyentar las malas energías, seres de otros planos y para eliminar supuestos embrujos que una persona pueda tener. Las creencias sobre estas prácticas siguen siendo tan fuertes que aún hoy muchas personas continúan teniendo en sus casas plantas de aloe vera, las cuales serían clave para mantener el hogar en armonía.
Por sus propiedades naturales, el aloe vera se considera una especie curativa que ayuda a la cicatrización de heridas, reduce la inflamación y alivia dolores musculares, reumáticos, dentales y de migrañas. Pero desde la filosofía del Feng Shui existe una creencia popular que asocia a esta planta con un amuleto de la buena suerte.
Las personas que practican esta técnica por lo general ven al aloe vera como un aliado para permitir que las energías fluyan en el ambiente que habitan o trabajan. Por eso, es posible encontrarlas en las puertas de entrada de las casas, en los pasillos de las oficinas, en cocinas y espacios de uso común.
A su vez, esta planta no es recomendada para ubicar en lugares cerrados como lo pueden ser baños o cuartos. Esto se debe a que al no fluir el aire toda la energía queda condensada, lo que provoca que sus habitantes se sientan cansados y apesadumbrados.
Esta planta es ideal para aquellas personas que no pueden estar al pendiente constante de los cuidados de jardinería. Se recomienda posicionarla en un lugar donde reciba gran cantidad de luz y poco aire, en ese sentido debe alejársela de los ventiladores o aires acondicionados.
Otro consejo para que esta planta perdure en el tiempo es plantarla con sustrato de alto drenaje y regarla cuando se vea que la tierra esté seca para evitar que se opaque y en casos extremos se muera por falta de hidratación.
A su vez, el aloe vera no tolera las temperaturas bajas, por lo que en los períodos de invierno se recomienda en las noches guardarla en la casa. Si la temperatura baja de los 0 °C, la planta puede marchitarse y morir.