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martes, 12 noviembre, 2024
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Quién festeja con más ganas el triunfo de Trump

Donald Trump, Javier Milei, Xi Jinping y Paolo Rocca son cuatro protagonistas de un escenario económico y geopolítico global en el que los análisis lineales sobre su impacto en la realidad local quedan descolocados.

El triunfo electoral contundente del líder republicano, que lo llevará nuevamente a conducir la Casa Blanca, deriva en la exhibición de una contradicción libertaria evidente: festeja el regreso al poder del político que Milei imita en desbordes, discursos violentos y cosmovisión ultraconservadora de la sociedad, al tiempo que colisiona con la concepción económica de Trump proteccionista y de defensa de la producción nacional.

China es considerada el principal enemigo del comercio internacional y de actividades evaluadas como estratégicas por Estados Unidos, mientras que la Argentina -incluso la de Milei- tiene con la potencia asiática vínculos comerciales, financieros y de inversión relevantes.

El líder del grupo Techint es uno de los soportes más fuertes del gobierno de Milei, con una marcada influencia en un área fundamental en la provisión presente y futura de dólares, la producción de petróleo y gas en Vaca Muerta, pero está amenazado su negocio siderúrgico por China, peligro agigantado por la apertura comercial impulsada por Milei.

Javier Milei, Donald Trump, Xi Jinping y Paolo Rocca, cuatro protagonistas de un escenario económico y geopolítico global con impacto en la realidad argentina.

Apertura comercial para la China comunista

El alambrón, insumo de la industria de la construcción, proveniente de China ingresa al mercado local a un costo final de 5800 pesos, mientras que el que se fabrica en el país asciende a cerca de los 10 mil pesos. Entre otras firmas, los más importantes productores de alambrón son las dos grandes siderúrgicas que operan en Argentina, Ternium de la familia Rocca y Acindar del conglomerado indio ArcelorMittal.

El candidato y luego presidente Javier Milei despreciaba el vínculo con China, al afirmar: “No solo no voy a hacer negocios con China. No voy a hacer negocios con ningún comunista. Soy un defensor de la libertad, de la paz, la democracia. Los comunistas no entran ahí, los chinos no entran ahí”.

Luego de diez meses de gestión, con el riesgo de perder el financiamiento del swap de monedas y sin señales del FMI para incrementar el flujo de dólares con un nuevo acuerdo, Milei cambió el discurso: China es un “socio comercial muy interesante”, mencionó que “lo único que piden es que no los molesten” en materia comercial y hasta confirmó un viaje a ese país para enero próximo, para participar de una cumbre conjunta entre China y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).

La apertura comercial en general, y el ingreso de productos (acero) de China en particular, pone bajo tensión la relación de Paolo Rocca con el gobierno de Milei.

¿Qué quiere Estados Unidos? La profundización de la Doctrina Monroe

El futuro presidente de Estados Unidos Donald Trump tiene a China como enemigo comercial y el festejo libertario por el triunfo del republicano tiene impacto en términos político-cultural, pero abre un escenario incierto en el frente económico.

La decisión del gobierno de Xi Jinping de extender el swap de monedas vigente hasta el 2026 fue un salvavidas financiero clave en un momento en que las reservas del Banco Central estaban bajo estrés. Son importantes las ventas de soja a China y la continuidad de las obras de las represas Jorge Cepernic y Néstor Kirchner en Santa Cruz, la inversión en infraestructura más importante de la potencia asiática fuera de su territorio.

Para Estados Unidos existe una serie de cuestiones estratégicas para sus intereses en Argentina, áreas donde no quiere que haya presencia china: el dragado de la hidrovía, la red 5G, la estación espacial en la Patagonia, inversiones en obras de infraestructuras, y el proyecto de construcción de un puerto en Ushuaia.

Con Trump se renueva la Doctrina Monroe. Sobre esta cuestión escribió el profesor de la Universidad Di Tella Juan Gabriel Tokatlian en la revista Americas Quarterly. Explica que se prepara otra resurrección de la Doctrina Monroe, con un impacto real en todo, desde la inversión y la tecnología hasta los vínculos de la región con China.

Indica que esta estrategia de política exterior sobre la región ha sido declarada muerta muchas veces durante los últimos 201 años desde que el quinto presidente de los Estados Unidos, James Monroe, declaró que el hemisferio occidental debía estar libre de interferencias de potencias externas.

Tokatlian dice que con Trump “se profundizará una política antichina que comenzó en la segunda administración Obama con la llamada estrategia pivote anunciada en 2011, fue agudizada por la administración Trump y reforzada en la administración Biden. Un posible Trump II puede fortalecerla aún más”.

Agrega que hay varias formas posibles en que una renovada Doctrina Monroe podría cobrar forma a partir de 2025. Además de las cuestiones de defensa, la preocupación por el papel de China en América Latina se extendería a una variedad de cuestiones relacionadas con la tecnología, la inversión, el comercio, las drogas y la diplomacia.

Rocca quiere todo

En este cruce de intereses económicos y geopolíticos entre Estados Unidos y China, con un Milei abrazado a un Trump proteccionista y rendido ante una China paciente, irrumpe una figura dominante del poder económico, Paolo Rocca.

Techint ya tiene influencia decisiva en el área energética del gobierno: Horacio Marín, de Tecpetrol, es presidente y CEO de YPF; Matías Farina, de Tecpetrol, se ocupa del área de Exploración y Producción de YPF; Gustavo Gallino, director general de Techint Ingeniería y Construcción, es vicepresidente a cargo del área de Infraestructura de YPF; Federico Barroetaveña, del área financiera de Techint, es el director financiero de YPF; Luis de Ridder, de Techint, es subsecretario de Hidrocarburos; Horacio Amartino, de Presupuestos, Planning y Control de Techint, es director ejecutivo de Enarsa.

Con los intereses del negocio del petróleo y gas sin interferencias, Rocca avanza ahora en presionar para proteger la actividad madre del grupo Techint: la siderurgia. El enemigo para la sustentabilidad de este negocio es China. En este punto aparece un frente de tensión, aunque Rocca ha logrado medidas proteccionistas (aranceles, antidumping) de todos los gobiernos, con una impresionante capacidad de persuasión sobre funcionarios de ideología diversas. Ahora le toca el turno a los de la administración Milei.

La amenaza de despedir trabajadores

Una tradicional estrategia de la familia Rocca, para convencer a presidentes, ministros y secretarios de Comercio de que vender productos derivados del acero a un precio más elevado que el del mercado internacional, ha sido la amenaza de despidos masivos de trabajadores.

En estos días circuló la noticia de despidos de 600 trabajadores (la mitad directos y la otra tercerizados) de Ternium (Siderar, nacida de la estatal Somisa, malvendida en el gobierno de Carlos Menem), versión desmentida por la empresa.

Ternium emplea a 5400 trabajadores propios y unos 3000 contratistas en todas sus plantas productoras de acero (San Nicolás, Ramallo, Rosario, Canning, Haedo, Ensenada, Florencio Varela). En la de San Nicolás, que es la principal, trabaja la gran mayoría. Ternium fabrica chapa o laminados para las industrias de la construcción, línea blanca, automotriz, transporte, energía, envases y agroindustria.

Informó que entre las medidas de ajuste de personal evalúa retiros voluntarios, reducción de horas extras, aumento de suspensiones, frenar la contratación de personal durante las vacaciones y reducir los costos en empresas contratistas. Estas últimas brindan servicios de mantenimiento y limpieza, entre otras tareas.

El negocio de Rocca no sólo está amenazado por China, sino también por la política económica de Milei. En el tercer trimestre de este año, los despachos de acero de Ternium registraron un derrumbe del 19% con respecto al volumen de ventas en el mismo período de 2023. En los primeros nueve meses de 2024, la caída es de 28% en comparación a igual lapso del año pasado.

En Acindar la situación también es crítica: disminuyó la producción de 1,2 millones a 650 mil toneladas de un año a otro, bajaron de cuatro a tres turnos y el acuerdo de suspensión de trabajadores culmina a fin de año.

Para reducir costos, la variable inmediata de las empresas será los trabajadores.

Qué piensa Paolo Rocca de China

Cuando expuso en el encuentro de empresas siderúrgicas de la región, Alacero Summit 2024, Paolo Rocca advirtió que el gobierno de Milei carece de política industrial y que existe desprotección a toda la cadena del acero frente a las importaciones chinas. Señaló que esta política económica si bien “ayuda a controlar la inflación, tiene un poder destructivo sobre la actividad industrial”.

Indicó que “la cancha no está equilibrada. Nuestra industria no logra competir con China. Hace falta que la política de los Estados nos apoyen. La defensa contra la competencia desleal es esencial, sumado a la estabilidad en las reglas de juego, la reducción de la carga tributaria, un tipo de cambio que refleje la productividad de factores y no los flujos de capital de corto plazo”.

Cambiando el traje de petrolero, con el cual ya goza de los privilegios obtenidos, por el de industrial, Rocca señaló que “las inversiones de los grupos locales evalúan cuidadosamente todos estos factores, pero también el compromiso de los gobiernos de defender las actividades industriales. Necesitamos que hagan explícito su apoyo”.

En agosto pasado, el grupo Techint organizó un seminario específico para apuntar contra China, con la convocatoria “China y la reconfiguración del comercio y las inversiones internacionales”. Rocca dijo: “Durante los últimos 30 años, el surgimiento de China como potencia industrial global dominante, con la ambición de ampliar su área de influencia comercial, política y militar, ha contribuido sustancialmente a la primarización de nuestras economías”.

No se trata de una competencia leal al afirmar que “China no es una democracia, es un país con un sistema de gobierno autoritario y centralizado, que tiene la capacidad de asignar recursos a diferentes sectores de la economía en base a decisiones de conveniencia táctica y estratégica”.

Paolo quiere el Trump proteccionista e industrialista para Argentina y la región

El reclamo de protección sectorial de producción china es para toda la región, aunque el mayor peligro hoy en Argentina es por la política aperturista de Milei. Para advertirlo, Rocca explicó que la mayoría de los países están diseñando diferentes estrategias de protección a su industria, además de fomentar su expansión.

Indicó que Estados Unidos decidió emprender un sendero opuesto al de 20 años atrás, cuando impulsó la apertura y la deslocalización industrial, para retornar a una fuerte defensa de su industria. Dijo que también lo están haciendo, aunque con herramientas no tan contundentes, Europa y Japón. A su vez, India apuesta a convertirse en una potencia y competir con China, sin prestar atención a la descarbonización sino solamente a los costos.

El negocio industrial de Roca está bajo presión porque China produce el 50% del acero del mundo y como redujo su consumo, está colocando entre 110 y 120 millones de toneladas cada año en el resto de los países, amenazando la industria local.

En el seminario mencionado, Rocca convocó a otras empresas siderúrgicas a hacer un frente común contra la producción china. Señaló que “la aparente complementariedad entre una economía que necesita materias primas y quiere exportar productos manufacturados y nuestros países, con grandes recursos naturales (agrícolas y minerales) es absolutamente asimétrica. China gana y Brasil pierde”, le dijo Rocca a sus pares brasileños.

Un documento elaborado por Techint “La amenaza china para la sustentabilidad del sector siderúrgico de América Latina” precisa que la capacidad de producción de acero de China aumentó 690% desde el año 2000, hasta superar las 1000 millones de toneladas anuales (y pasar del 15 al 54% del total mundial). En igual lapso, la producción siderúrgica latinoamericana aumentó apenas 4 por ciento.

“El exceso de capacidad siderúrgica en el mundo, persistente y estructural, se debe a factores ajenos al mercado. Está impulsado por intervenciones gubernamentales, principalmente de China, que distorsionan el comercio y las inversiones globales, perjudicando la competencia y fomentando prácticas desleales (…) mediante la presencia de empresas estatales productoras de acero, medidas de apoyo estatal y otras prácticas que impulsaron inversiones y préstamos masivos e irracionales en el sector del acero (…) Todo ello llevó a la práctica generalizada de China de exportar productos siderúrgicos al resto del mundo en volúmenes significativos a precios basados en costos distorsionados por la injerencia estatal, lo que constituye comercio desleal”, dice el documento.

Milei saluda el regreso de Trump a la Casa Blanca, pero es Paolo Rocca quien tiene más motivos para festejar el triunfo del republicano proteccionista y que apunta a China como su principal enemigo comercial.

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