El presidente Javier Milei festejó en estos días el marcado repunte que tuvo el Índice de Confianza en el Gobierno (ICG) al cumplir los 10 meses de gestión, un dato que lo envalentonó y lo lleva ahora a afirmar que está haciendo «el mejor gobierno de la historia» porque es mucho mejor al que tuvo Alberto Fernández en el mismo período, aunque está en la misma senda que atravesó Mauricio Macri con un enfoque de la política económica similar.
Este índice que elabora mensualmente desde 2001 la Universidad Torcuato Di Tella y que se convirtió en un dato que todos los gobiernos miran en algún momento alcanzó en octubre 2,43 puntos en una medición que va de 0 a 5 pero, más importante, subió 12,2% respecto del mes anterior. Ese es el dato que entusiasma a Milei.
Y es que el ICG mide la confianza en el Gobierno como institución, más allá de la «imagen» del Presidente, en base a variables como la «evaluación general» de la gestión, la «eficiencia en la administración del gasto público» o la «capacidad para resolver los problemas del país». Para el líder libertario, el dato prueba que su plan de fuerte ajuste fiscal da resultado y empieza a ser percibido por el electorado.
Milei dejó ver la confianza que le insufló el ICG de octubre en el discurso que dio este miércoles ante empresarios en Córdoba, donde luego de decir que su gobierno comete «errores» porque «el que hace comete errores, en especial cuando hace mucho», lanzó: «Me parece que en el neto, sin lugar a dudas estamos haciendo el mejor gobierno de la historia».
El dato genera entusiasmo en el Presidente no solo porque va de la mano con su visión de que ya empieza a sentirse la «recuperación» de la economía sino también por el impresionante crecimiento del índice de confianza respecto de un año atrás, cuando se disputaban las elecciones generales y Fernández llegaba al final de su mandato.
Javier Milei y el Índice de Confianza: cómo le fue comparado con Alberto Fernández y Mauricio Macri
Los 2,43 puntos que marcó el ICG representaron una variación positiva de 98,3% respecto de octubre de 2023. Por entonces, Milei ya se posicionaba como presidenciable en una carrera muy reñida con el ministro de Economía Sergio Massa, quien se hizo cargo de defender en las urnas a un oficialismo muy golpeado por los avatares de la gestión de Alberto Fernández.
El Índice de Confianza en el Gobierno subió 12 puntos en un mes y alentó a Milei con su plan
De hecho, aquella gestión terminó con un índice de confianza promedio de 1,69 puntos según la Universidad Torcuato Di Tella. No obstante, cuando Fernández cumplió los primeros 10 meses de gestión en octubre de 2020 el ICG ya había sido más bajo que el de ahora, con una marca de 1,99 y una caída de 12,1% respecto del mes anterior. En el interanual, la confianza había disminuido 1%.
El crecimiento de 98% que tuvo el ICG exhibe que la evolución de la confianza en el Gobierno entre el tramo final de la gestión de Fernández, la incertidumbre en el inicio de la administración libertaria y el momento que atraviesa hoy, a casi un año de haber llegado al poder, es favorable a Milei.
En cambio, antes del gobierno de Fernández y Cristina Kirchner, Macri había experimentado una situación similar a la de Milei al llegar a los 10 meses de gestión e incluso mejor. En octubre de 2016, el ICG fue de 2,63, apenas más alto que el actual, con un crecimiento de 4% respecto al mes anterior y de 38% interanual.
De esta manera, el gobierno de Milei parece ubicarse en la misma senda que atravesó el de Macri, lo cual es destacable por la cercanía ideológica que muestran. El libertario y el líder del PRO comparten la visión sobre la importancia central del equilibrio fiscal, aunque el primero es más implacable en la defensa de este punto, y hoy evalúan armar una alianza.
La confianza en el Gobierno y el contexto: ¿cómo llegaron Milei, Fernández y Macri a los 10 meses?
Sin embargo, el ICG varía mes a mes y el contexto político influye tanto como los «cisnes negros» que aparecen en la economía. Macri lo experimentó. Tras el dato positivo que logró al cumplir los 10 meses de gestión, el índice de confianza subió a 2,83 puntos en octubre de 2017 y exactamente un año después cayó a 1,76.
Cabe resaltar que en 2017 el gobierno de Macri ganó las elecciones de medio término pero poco después se vio obligado a recurrir a un préstamo del FMI por no encontrar más asistencia en el crédito privado, mientras el dólar blue se disparaba y subía también la inflación. Así llegó a 2018 con una caída de la confianza que preanunció la derrota electoral de 2019. De hecho, el índice de confianza promedio de toda la gestión 2015-2019 terminó en 2,27.
Macri y Alberto Fernández terminaron su gestión con un índice peor del que tuvieron a los 10 meses
Esto no implica que la gestión de Milei repita la misma experiencia pero sí demuestra que la coyuntura político-económica influye. Por caso, en octubre de 2020, con el ICG por debajo de los dos puntos, Alberto Fernández lidiaba con el hartazgo social creciente por el aislamiento obligatorio que había empezado en marzo a raíz de la pandemia de Covid.
El Gobierno de ese entonces enfrentaba críticas de los empresarios que se reunían en el Coloquio de IDEA y expresaba su preocupación por la ausencia de un plan económico confiable para la inusual situación de pandemia, mientras los ATP -una asistencia estatal- aparecían como la única herramienta para sostener los salarios.
Pero el contexto político y económico actual es muy distinto y el entorno de Milei lo interpreta como mucho más favorable. Por empezar, la marca que arrojó el ICG y la imagen que cosecha el Presidente en distintas encuestas son inusualmente altos para un gobierno que lleva adelante un fuerte ajuste del gasto público y esto, sumado a que la inflación está efectivamente en baja -el dato más palpable que puede exhibir hoy- ya es motivo de algarabía para la Casa Rosada.
Javier Milei «saca pecho» y agita el clima político: ¿qué dijo ante empresarios en Córdoba?
En el oficialismo consideran que «la gente entendió» que el ajuste es necesario, aunque también saben que no solo se puede hablar de eso. La idea de empezar a «dar buenas noticias» se escuchó fuerte en los últimos días en la «mesa política» del Gobierno. El ICG de octubre pareció mostrarle a Milei y su círculo cercano que es el momento para eso.
Por si fuera poco, la difusión del Índice de Confianza en el Gobierno coincidió con la noticia de que el riesgo país perforó el piso de los 900 puntos. Esa combinación de factores es la que envalentona a Milei para asegurar que su plan está dando resultado tanto en la macro como en la micro y lanzar títulos de «buenas noticias», sin sacar la mirada del desafío electoral que enfrentará el año próximo.
Así, durante su paso por Córdoba destacó que pese estar en minoría en el Congreso hizo «la reforma estructural más grande de la historia» incluso comparada con la de Carlos Menem, que «hoy en Argentina no existen los piquetes» y que se «terminó con los gerentes de la pobreza», entre elogios a Patricia Bullrich, Sandra Pettovello y Federico Sturzenegger.
Pero además, aseguró «la recesión terminó entre abril y mayo y hoy estamos en recuperación» y que los salarios y las jubilaciones «subieron en términos reales», al tiempo que destacó: «Ya recuperamos el nivel de actividad económica con el que llegamos, vaya si eso no es un milagro».
No obstante, la coyuntura que influye en la evolución del Índice de Confianza, como se vio con Fernández y con Macri, también es muy volátil a causa del mismo estilo que cultiva Milei. Por ejemplo, en su discurso, arremetió contra la figura del ex presidente Raúl Alfonsín y generó el repudio general de toda la UCR justo cuando está dividida y una facción lo ayuda en el Congreso.
Asimismo, el oficialismo enfrenta un intento de la oposición por limitar los DNU presidenciales mientras encara una difícil negociación sobre el Presupuesto 2025, en la que ahora intenta una jugada de riesgo: suspender las elecciones primarias del próximo año y destinar parte de esos recursos -que suelen ir a los partidos políticos- al financiamiento universitario, que le reclaman desde que vetó la ley que aumentaba esos fondos.
El contexto político es muy variable y el Índice de Confianza en el Gobierno (ICG) es, apenas, la foto de un momento. Su constancia en el tiempo depende del Presidente. Mientras tanto, Javier Milei aprovecha las buenas noticias que recibe para sacar pecho ante las críticas que recibe el plan de ajuste y tratar de fortalecer su base de apoyo político.