El gobierno de Javier Milei insiste en sus deseos privatizadores, a pesar de la negativa del Congreso sobre varias empresas estatales. A los casos de Aerolíneas Argentinas y Banco Nación, ahora se suma la empresa de telecomunicaciones Arsat.
Según declaró su titluar Mariano Greco, la empresa está «en un proceso de reordenamiento y puesta en valor de los activos, con la idea de que ingrese capital privado», ofertando en la Bolsa porteña el 49 por ciento de las acciones a partir de 2025.
Greco adelantó el objetivo de abrir la empresa al capital privado al intervenir en la 34 Jornadas Internacionales de la Asociación Argentina TIC, Video & Conectividad (ATVC). El funcionario mileiste reconoció que la empresa estatal está «consolidada», pero «le falta abrirse» y anticipó que se buscará «complementarse con la industria».
El titular de ARSAT señaló que la forma en la que el Gobierno pretende privatizar el 49 por ciento de la empresa de telecomunicaciones es poniendo acciones Clase A en la Bolsa de Comercio de la Ciudad de Buenos Aires. «Pondremos en juego el porcentaje de acciones que sea más conveniente para la valoración de la empresa”, señaló Greco y dejó abierta la puerta para avanzar por sobre el control estatal de la empresa.
En caso de que la estrategia de poner en juego el 49 por ciento de las acciones, manteniendo la mayoría en poder del Estado, la privatización de Arsat avanzaría en la modalida de «venta parcial» que se debatió en el Congreso con el proyecto de Ley Bases para el caso de Nucleoeléctrica Argentina Sociedad Anónima (NASA) y Yacimientos Carboníferos de Río Turbio.
Esas dos empresas quedaron dentro del grupo de 8 empresas estatales habilitadas para su venta, concesión o apertura de capitales, tras una extensa negociación que inició con la intención de la Casa Rosada de poner a la venta 41 empresas públicas.
Arsat, Aerolíneas Argentinas y Banco Nación fueron algunas de las que el Congreso decidió dejar afuera, pero en las que el Gobierno pretende insistir. En el caso de Aerolíneas, la semana pasada tradujo su intención en un decreto que la declaró «sujeta a privatización», a pesar de ser algo meramente declarativo ya que deberá pasar por el Congreso para aprobar su venta.
En cuanto al Banco Nación, el directorio –con impulso del Poder Ejecutivo– declaró el cambio societario para transformar la entidad en una Sociedad Anónima, intención que fue rechazada por el Poder Judicial, ya que va contra la carta orgánica aprobada por el Poder Legislativo.
El turno de Arsat, en principio, será a partir de la puesta a la venta de las acciones; a contramano de lo decido por el Poder Legislativo. La empresa de telecomunicaciones estatal cuenta con un bloque de espectro radioeléctrico de 5G, que le otorgó la gestión de Alberto Fernández y es codiciado por las empresas de telecomunicaciones privadas (Telecom, Telefónica, Claro), además de dos satélites, espectros 4G y unas red de fibra óptica de 40 mil kilómetros, entre otros activos.
Otro funcionario del gobierno que confesó la idea de insistir con la privatización de Arsat fue el secretario de Innovación, Ciencia y Tecnología, Darío Genua; quien desde el 11 de junio encabeza la cartera en reemplazo del renunciante Alejandro Cosentino. “Trabajamos por un Estado que asegure un clima propicio para que las empresas inviertan en Argentina”, se abrió al mercado Genua y puso la mira en «la evolución acelerada de la Inteligencia Artificial y su implementación en diversos sectores de la economía».