WASHINGTON.- Al menos 102 personas murieron por el paso del huracán Helene en el sudeste de Estados Unidos, según las declaraciones de las autoridades locales. Los fuertes vientos y las lluvias torrenciales dejaron algunas ciudades en ruinas, rutas inundadas y millones de personas sin electricidad. Hasta ahora, el huracán es el tercero más devastador de los últimos 50 años, detrás de Katrina en 2015 (1833 víctimas) y el Ian en 2022 (150 muertos).
En Carolina del Norte, el estado más afectado, el saldo se eleva a 39 muertos. Además, al menos 25 personas murieron en Carolina del Sur, 17 en Georgia, 14 en Florida, 4 en Tennessee, una en Virginia y dos de las que todavía se desconoce su origen.
Helene tocó tierra el jueves por la tarde cerca de Tallahassee, capital de Florida, como un huracán de categoría 4 en una escala de 5 con vientos de 225 km/h. Posteriormente se degradó a ciclón postropical, pero causó graves inundaciones, el cierre de cientos de caminos y el colapso de puentes. Ante la situación, el presidente Joe Biden visitará a finales de esta semana las zonas más afectadas por el paso del poderoso huracán y anunció medidas de ayuda, informó la Casa Blanca. “Seguiremos enviando recursos, incluyendo alimentos, agua, comunicaciones y equipos de salvamento”, dijo Biden.
Las autoridades de Carolina del Norte, uno de los estados más golpeados por el huracán, prometieron llevar el lunes más agua y otros suministros a las zonas afectadas por las inundaciones. El gobernador, Roy Cooper, predijo que la cifra subiría conforme rescatistas y otros trabajadores de emergencias llegaban a lugares aislados por carreteras bloqueadas, infraestructura dañada e inundaciones generalizadas. “Sabemos que hay personas desaparecidas, y sabemos que va a haber víctimas mortales significativas al final de esto y nuestras oraciones y nuestros corazones están con estas familias”, afirmó Cooper.
Las autoridades enviaban por aire suministros a la aislada ciudad de Asheville. La gerente del condado Buncombe, Avril Pinder, prometió que este lunes llegarían agua y comida. Helicópteros privados también se encuentran sobrevolando las zonas más perjudicadas y repartiendo recursos de primera instancia para los sobrevivientes, algunos de los cuales se encuentran atrapados en sus propiedades completamente destruidas. Los vecinos de las distintas localidades se encuentran organizando redes de contención y ayuda para los damnificados y en muchos casos reclaman mayor ayuda federal.
“Los escuchamos. Necesitamos alimentos y necesitamos agua”, declaró Pinder en una conferencia telefónica con la prensa el domingo. “Mi personal ha estado presentando todas las solicitudes de apoyo posibles al estado y hemos estado trabajando con todas las organizaciones que se han puesto en contacto. Lo que les prometo es que estamos muy cerca”.
Las autoridades advirtieron que la reconstrucción tras las amplias pérdidas en viviendas y propiedades sería larga y difícil. La tormenta trastocó la vida en todo el sureste del país. También se reportaron importantes destrozos en Florida, Georgia, Carolina del Sur y Virginia.
Cooper pidió a los residentes del oeste de Carolina del Norte que eviten los desplazamientos, tanto por su propia seguridad como para mantener los caminos despejados para el paso de vehículos de emergencia. Más de 50 equipos de búsqueda se distribuyeron por toda la región con el fin de localizar a personas varadas. Las cuadrillas localizaron a las personas a través de llamadas al número de emergencias 911 y por mensajes en redes sociales, indicó el general adjunto de la Guardia Nacional de Carolina del Norte, Todd Hunt.
Esta mañana, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, describió el impacto de la tormenta como “demoledor” y dijo que visitaría la zona esta semana siempre que eso no complicara la labor de rescates y recuperación. Además, afirmó que no asignará nuevos fondos para la ayuda humanitaria y de reconstrucción. Pero luego revirtió esta declaración y prometió ayuda federal para víctimas de huracán Helene “el tiempo que sea necesario”.
En una breve conversación con periodistas, dijo que el gobierno proporcionaría a los estados “todo lo que tenemos” para ayudar con su respuesta a la tormenta.
El huracán Helene tocó tierra el jueves por la noche como una tormenta de categoría 4 en la región de Big Bend, en Florida, con vientos de 225 kilómetros por hora (140 millas por hora). Tras debilitarse, el meteoro atravesó Georgia y posteriormente llegó a las Carolinas y Tennessee, donde arrojó lluvias torrenciales que desbordaron ríos y arroyos y dejaron las presas al límite.
Se han registrado cientos de rescates acuáticos, incluido uno en el condado de Unicoi, en el este de Tennessee, donde decenas de pacientes y personal médico fueron evacuados en helicóptero de la azotea de un hospital el viernes. Más de dos millones de clientes seguían sin luz el domingo por la noche.
Carolina del Sur tenía la mayor parte de cortes de luz y el gobernador, Henry McMaster, pidió paciencia mientras los equipos lidiaban con los numerosos postes de luz derribados. “Queremos que la población mantenga la calma. La ayuda va en camino, sólo tomará tiempo”, dijo McMaster a los periodistas reunidos afuera del aeropuerto en el condado de Aiken.
El republicano Donald Trump visita este lunes Valdosta, en Georgia, el lugar donde hubo mayor destrucción por las inundaciones y también un estado clave en las reñidas elecciones que se celebrarán dentro de apenas cinco semanas. Harris, en tanto, canceló eventos de campaña para regresar a Washington, donde recibirá información sobre la respuesta federal.
Agencias AFP y AP
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