En mayo pasado, el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) que confecciona el Indec registró una suba de 2,3 por ciento en la comparación interanual y de 1,3 por ciento respecto de abril en la medición desestacionalizada. La mejora se explica por la recuperación de la cosecha del agro en relación a la histórica sequía sufrida el año pasado. En cambio, los sectores más intensivos en mano de obra, como la industria manufacturera, la construcción y el comercio, tuvieron muy fuertes caídas.
Rápidamente, economistas del oficialismo salieron a festejar el dato de actividad económica. El diputado nacional José Luis Espert publicó en su cuenta de X (ex Twitter) que «el proxy del PBI mensual (EMAE del INDEC) tuvo su pico en agosto 2023 y luego cayó 6 por ciento hasta marzo pasado (fueron 7 meses de recesión, 4 con Alberto y 3 en 2024). Abril dio 0 por ciento y mayo 1,3 por ciento. La economía comenzó a recuperarse, a salir de la recesión, pero seguiremos varios meses abajo de agosto del año pasado (piso -6,-5…-1) hasta recuperar ese nivel».
En tanto, el economista Martín Vauthier dijo que «más allá de la volatilidad de la dinámica mensual, Argentina viene de un largo ciclo recesivo. 13 años de estancamiento y caída en 12 de los 18 meses hasta dic-23. Sólo se va a revertir con orden macro y un entorno regulatorio estable y pro inversión».
Lo cierto es que, más allá de poner el foco en la «foto», es decir en la comparación interanual, o en la «película», en relación a la evolución intermensual, la idea de que la economía finalmente se está recuperando no se condice con los datos.
Sin ir más lejos, la propia Unión Industrial Argentina (UIA), entidad que más allá de sus contradicciones internas tiene clara afinidad política con el Gobierno, emitió ayer un comunicado en donde dice lo siguiente: «los representantes sectoriales y regionales señalaron la preocupación por la caída de la actividad, el incremento de los costos y el impacto del contexto económico en el sector productivo, el aumento de los costos energéticos, especialmente en las pymes. En este sentido, se coincidió en la necesidad de impulsar una agenda de medidas para recuperar la dinámica del mercado interno (focalizadas en el desarrollo de la producción local, el consumo y el empleo formal), promover las exportaciones con valor agregado (aumento de reintegros, baja de derechos) y contrarrestar la competencia desleal».
Los sectores
Según los datos relativos a mayo publicados este jueves por el Indec, el aumento interanual del 103,3 por ciento en el agro, que básicamente se explica por la bajísima base de comparación con el año pasado, sumó 7,33 puntos porcentuales al crecimiento de la economía.
Hubo otros sectores que quedaron en positivo, aunque su aporte al crecimiento fue marginal. Entre ellos está la minería, que registró una suba interanual del 7,6 por ciento y aportó 0,27 punto porcentual al crecimiento. También aparece transporte y comunicaciones, que subió 2,6 por ciento, y electricidad, gas y agua.
Por fuera de esos rubros puntuales, la economía muestra un panorama muy complicado. Entre las mayores caídas aparece el sector de la construcción, que registra un desplome del 22,1 por ciento, al tiempo que la industria manufacturera muestra una caída interanual del 14,2 por ciento. En tanto, el comercio mayorista, minorista y reparaciones tuvo una caída del 11,41 por ciento.
Según los últimos datos sectoriales que recolecta el Indec, la actividad industrial de mayo anotó una baja del 14,8 por ciento en la comparación anual y del 0,2 por ciento frente a abril, al tiempo que la utilización de la capacidad instalada fue de apenas el 56,8 por ciento. En tanto, la actividad de la construcción cayó 32,6 por ciento interanual, aunque mejoró un 6,2 por ciento mensual. En tanto, la consultora Scentia, el consumo masivo tuvo una fuerte caída del 12 por ciento en junio.