El juramento es llegar a la final, está claro y hasta suena a obviedad. Pero hay un desafío mayor para la Selección Argentina en la semifinal de la Copa América de este martes en Nueva Jersey contra Canadá (21:00, por TV Publica, Telefé, TyC Sports y DSports): recuperar la identidad que quedó a un lado en el triunfo ante Ecuador, volver a ser confiable y mantener la estirpe ganadora que supo construir.
Porque en este ciclo que va camino a cumplir seis años, Lionel Scaloni se ganó el respeto del mundo fútbol, aún en la adversidad. A veces hace falta recordar que hubo momentos difíciles, de críticas que rozaban la crueldad y que nadie le regaló nada a un equipo que se construyó desde el disfrute, desde el querer pertenecer.
Un grupo sano, con el salto de calidad individual que potencia el colectivo, una forma de entender el juego y de ejecutarlo en consecuencia, esa es la esencia de la Selección Argentina que le permitió cambiar una sequía histórica por una Triple Corona inédita con la Copa América 2021, la Finalissima y el Mundial de Qatar.
En muchos casos, se ha dicho, la lógica inversa se aplicó a varios de estos jugadores. Porque hubo un tiempo en el que se le pedía que jugaran con la Albiceleste como lo hacían en sus clubes, ahora son sus equipos los que buscan contenerlos como en el seleccionado.
El partido ante Ecuador fue uno de los peores de la Era Scaloni. Comparable únicamente con la derrota ante Uruguay (0-2) en La Bombonera por las Eliminatorias Sudamericanas al Mundial 2026. Ese día, a diferencia del jueves pasado en Houston, Argentina tuvo la pelota pero el juego no le fluyó.
«El nivel del mediocampo es bueno, no podemos separar desde ahí si es bueno o malo. Estamos contentos con el aporte de todos. No tengo ninguna queja al respecto», aclaró el DT de Pujato en la conferencia de prensa previa al choque con los norteamericanos.
Pero para explicarlo en números, contra la Celeste de Marcelo Bielsa dominó la posesión (63%-37%), mientras que contra la Tri del español Félix Sánchez Bas repartió la tenencia de la pelota, principalmente en el segundo tiempo, para terminar casi equilibrado (51-49).
Hay matices, como en todo contexto, que permiten vislumbrar la recuperación. Lionel Messi no estuvo pleno en Houston. Lo dijo el capitán de la Selección Argentina que jugó condicionado psicológicamente por la fuerte contractura en el aductor derecho. Hoy, a dos semanas de esa molestia en el partido ante Chile en el mismo estadio MetLife donde se presentará este martes -y donde concretó un triplete histórico frente a Brasil en 2012-, la historia se proyecta diferente.
La Pulga jugó cinco veces jugó las semifinales de la Copa América, solo perdió una (la de Brasil 2019, repleta de polémicas). Convirtió dos goles y brindó seis asistencias. En esta edición, no pudo inflar la red todavía y dio un pase gol, pero tuvo incidencia directa en cuatro de los seis tantos albicelestes.
Ante Canadá, incluso, Scaloni le devolverá la titularidad a Ángel Di María para buscar más creatividad en el último cuarto de cancha, esa que le faltó ante Ecuador por priorizar otros aspectos del equipo y por la intensidad de un rival que será similar este martes.
Desde el título en el Maracaná en 2021, fueron pocas las veces que Argentina no impuso condiciones. Ni siquiera en las pocas derrotas (2) y los contados empates (3, sin sumar los que se definieron por penales). Durante los cuatro partidos que lleva en esta Copa América tuvo más lagunas que en ese proceso.
Las atajadas de Emiliano Dibu Martínez se replicaron en todos los partidos. Siempre hubo una intervención vital para sostener a la Selección. «Uno más y estamos en la final», dijo el marplatense campeón del mundo besándose el puño en un video compartido por la cuenta oficial de la Selección.
Un choque de polos opuestos
El antecedente cercano del duelo en Atlanta en el arranque de esta Copa América permite hacer algunas conjeturas. Canadá salió a presionar a la Argentina, que sufrió la falta de efectividad que siguió después en todo el torneo en las chances que generó, principalmente corriendo a los espacios.
Será un duelo de estilos, que explican las estadísticas. Mientras Argentina es la selección con más juego elaborado (7,30 pases por posesión y 0,96 metros avanzados por segundo), Canadá apela a una táctica más directa (4,20 pases y 2,13 metros por segundo).
«Es un buen equipo y más allá de las fortalezas que tenga en los sectores de la cancha nosotros pondremos un equipo que pueda contrarrestar eso y hacerle daño que siempre es la idea», destacó Scaloni.
El perfil que le dio a los norteamericanos el DT Jesse Marsch es primero custodiar su arco (solo recibió un gol, el de Venezuela, después de la derrota ante Argentina), pero convive con una inquietante anemia ofensiva: en los seis encuentros que jugó bajo la gestión del nuevo entrenador, solo convirtió dos veces. Así llegó a la semifinal.
«¿Debilidades? Ninguna», respondió con una sonrisa el entrenador de origen estadounidense, que enseguida disparó una catarata de elogios: «Amo el equipo de Argentina, tienen al mejor equipo del mundo, con el mejor jugador, el mejor arquero, un mediocampo que mueve la pelota, estoy entusiasmado de enfrentar este desafío».