Germán Crimi heredó de su abuelo la pasión por los colectivos y, tras una intensa búsqueda, pudo comprar un modelo de 1968 y lo restauró por completo. “La pasé mal por muchas cosas, fueron varios años, pero lo hice”, detalló a TN.
¿Alguna vez te imaginaste dormir en un colectivo, con todas las comodidades, y que no sea en hora pico yendo al trabajo? Germán Crimi convirtió lo que parecía imposible en una realidad: restauró una unidad de la línea 60 y hoy es utilizado como hospedaje de lujo en el patio de su casa.
El hombre de 44 años conoció la pasión por los colectivos gracias a su abuelo, quien era chofer de la línea 88. “Soy fanático de los bondis desde que tengo uso de razón. Cuando subía a los que manejaba él, a los 6 años, quedaba fascinado”, expresó en diálogo con TN.
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En este sentido, fue su gran fanatismo que lo llevó a querer comprar un colectivo para remodelarlo, ubicarlo en su casa en Exaltación de la Cruz (un pueblo a 1 hora y 20 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires) y que la gente vaya a conocerlo. Pero no se trataba de uno al azar, sino uno específico que lo tenía en mente desde hace años: el icónico de la línea 60 que iba desde Constitución al Tigre Hotel.
“Elegí el 60 más que nada porque es muy argento. Todo el mundo lo tomaba y todos los conocen”, detalló Crimi. A su vez, aseguró que lo eligió por el simple hecho de que todos en el país lo conocían y representaba un “símbolo” a nivel nacional. “No había dudas que era ese colectivo”, agregó.
La odisea para encontrar el colectivo indicado
Su objetivo estaba claro: quería conseguir un Mercedes Benz modelo 911 por el detalle de su trompa. Sin embargo, encontrarlo no sería una tarea fácil. Tras una búsqueda intensa de varios años, Germán halló el vehículo que buscaba en la localidad de Ranelagh y lo compró. Desde ese momento su sueño estaba cada vez más cerca. “Lo vi y fue amor a primera vista”, aseguró.
El colectivo de 1968 estaba completamente descuidado en un campo, donde tenía las ruedas hundidas en el pasto y, por esto, movilizarlo se volvía una dificultad. Gracias a la ayuda de un amigo pudo remolcarlo hasta Tigre donde finalmente comenzó la restauración.
Mientras trabajaba fabricando ropa, el emprendedor solventaba los gastos que implicaba la remodelación con su sueldo. “El armado completo fueron casi cuatro años”, detalló Germán. “Lo hice todo a pulmón. Se logró con muchas ganas y mucho tiempo”, agregó.
“No sé como se describe, pero lo quería hacer y lo pude lograr”, mencionó el emprendedor. “La pasé mal, pasaron muchos años, pero lo hice”, reflexionó.
“Mi idea era que la gente lo conozca”
El hombre que creció en Floresta siempre supo para qué quería un colectivo. Nada tenía que ver con usarlo como transporte, sino que su objetivo siempre fue que otras personas lo puedan conocer en profundidad. Fue por esto que decidió darle una utilidad completamente distinta y lo convirtió en un hospedaje todo equipado.
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Así comenzó Bondiglamp, el nombre que combina la argentinidad del “bondi” y “glamping”, que hace referencia a la experiencia de acampar al aire libre con distintos lujos y las condiciones propias de los mejores hoteles.
Se trata de un hospedaje exclusivo para dos personas, que en el interior cuenta con un somier King size ubicado en la parte trasera del vehículo, el cual tiene calefacción y aire acondicionado. También luce un sillón de varios cuerpos, una pequeña heladera retro y un televisor en el medio del vehículo.
Durante su estadía, los huéspedes reciben desayuno y pueden disfrutar del parque, la piscina y el quincho.
El colectivo que mantiene su esencia
A pesar de toda la remodelación, el transporte contiene algunas piezas originales como el techo, las herraduras y las ventanas. Otro detalle indispensable es que en la parte delantera tiene lo típico de cualquier colectivo: el asiento del chofer, el volante y el cartel con el destino acorde a esa época.
En este sentido, Germán remarcó el motivo por el que solo aceptan a dos personas por vez. “Si se rompe algo es difícil de conseguir”, detalló en cuanto a la dificultad de encontrar repuestos de esa índole. “Tuve que armar una especie de exclusividad para cuidar todo”, agregó.
Cuánto cuesta una estadía en el colectivo de la línea 60
Según reveló Crimi a TN, el precio correspondiente a los viernes, sábados, domingos y feriados, con entrada a las 12 y salida a las 18 del otro día, es de $150.000 (con desayuno y barra libre incluida). También cuentan con la opción económica los días de semana de una noche por $70.000 (sin desayuno).