La MLS hizo una inversión sin precedentes y diseñó un negocio millonario para lograr que Lionel Messi llegara al Inter Miami, dándole un impulso a su liga que la hizo llegar a cada rincón del planeta. La presencia de Leo es un éxito en tierra yanqui pero esa sensación no corre para todos los equipos que integran la liga.
Goles insólitos y errores garrafales se ven casi a cotidiano, fecha tras fecha, en este certamen que disputan 29 franquicias divididas en dos conferencias, a lo largo de una temporada regular interminable de 38 fechas, para clasificiarse a los playoffs, donde los mejores siguen en competencia y el nivel suele levantar (un poco).
El miércoles por la noche, en ocasión de la fecha 16, que tuvo la sorpresiva derrota del equipo de Leo ante Atlanta United, se dio una jugada de esas que suelen dar la vuelta al mundo en todos los segmentos deportivos, por tratarse de un blooper que no tardará en convertirse en meme.
Chicago Fire, anteúltimo en la Conferencia Este, con apenas dos victorias en 16 partidos, empató 1-1 como local ante Orlando City, que está cerca del fondo, con un par de triunfos más que su rival. El partido disputado en el imponente Soldier Field, con capacidad para 61.500 espectadores, fue más bien chiquito, y el gol de la visita que abrió el duelo es un buen resumen.
Iban apenas tres minutos de juego cuando una pelota filtrada llegó al área de Chicago, vestido de rojo. El colombiano Iván Angulo, de Orlando, llegó al fondo y metió el centro rasante para dar inicio a una seguidilla de pifias y burradas que unos segundos más tarde derivaría en el 1-0 del equipo violeta, que lució de blanco.
El uruguayo Facundo Torres casi marca de primera, pero la defensa de Chicago resistió bien el intento del ex Peñarol, que lamentó su falla sin saber lo que vendría después.
Entre todas las piernas de los jugadores de Chicago que intentaban sacar la pelota, el jugador que más participación tiene es un argentino, el ex Talleres, Federico Navarro, instalado en la llamada «Ciudad de los Vientos» desde hace casi tres años.
Federico Navarro, de Chicago Fire, en su noche fallida ante Orlando City. Foto: Jamie Sabau-USA TODAY Sports.El nacido en Frontera, provincia de Santa Fe, es quien luce la camiseta número 31 y primero intenta salir de la jugada de peligro con una gambeta demasiado osada pero le pellizcan la pelota. Luego se recupera y se arroja al suelo para salvarla, en un breve instante en que parece que todo terminará en un susto.
Sin embargo, cuando Navarro se reincorpora, parece molestar a un compañero que buscaba rechazar y es allí donde Torres sacó provecho y punteó desde el piso hacia la red. En total fueron 7 los jugadores de Chicago que tocaron la pelota hasta el gol del juvenil uruguayo.
«Es el gol más feo de la historia y a la vez un golazo», bromearon desde Uruguay, donde celebraron la conquista «a pura garra» del joven delantero de 24 años, con 15 partidos y un gol en la Celeste, en tiempos del «Maestro» Oscar Washington Tabárez como entrenador.
La pelota entró pidiendo permiso, con ocho jugadores de Chicago casi metidos en el área chica, incluido el arquero Chris Brady, de 20 años, entre indignado e incrédulo, incapaz de entender la manera en que le habían convertido un gol.
La noche terminó mal para Navarro, que tuvo que salir reemplazado en el segundo tiempo con una molestia física. Poco después el Fire llegó al empate a través del belga Hugo Cuypers, resultado que permitió el ingreso del ex Vélez y Atlético Tucumán, el argentino nacionalizado paraguayo, Gastón Giménez.
La presencia de jugadores albicelestes se extendió también al Orlando City, con el ex Godoy Cruz, Martín Ojeda como titular, y las presencias de Rodrigo Schlegel (surgido en Racing) y Ramiro Enrique entre los relevos. El ex Banfield, hijo de Héctor Enrique, también tuvo minutos pero no pudo cambiar el destino de un encuentro chato y ordinario, como suele pasar en la MLS cuando no están Messi y compañía.