“Fue muy emotivo. Hay una recuperación de la fauna”, dijo a TN el ingeniero agrónomo, Adolfo Camaño. Ponderó que ”ayuda una mayor conciencia de los productores; se nota en el ambiente y los arroyos”,
La liberación de un aguará guazú en los humedales del norte de la provincia de Buenos Aires, entre San Pedro y Ramallo, fue un emotivo momento y también “un síntoma de la recuperación de la fauna por los cambios que se dan en las buenas prácticas agrícolas y el uso de otros productos en el campo”, le dijo a TN el ingeniero agrónomo Adolfo Camaño, integrante del Consejo Asesor de INTA Pergamino y Director de Recursos Naturales y Producción Agropecuaria del partido de Ramallo.
Del operativo participaron miembros del Instituto de Ecología, Genética y Evolución UBA-CONICET, la Dirección de Flora y Fauna de la Provincia de Buenos Aires, y la Fundación Temaikén.Además estuvieron presentes productores agropecuarios de la zona.
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El avance en los esfuerzos de conservación de la fauna no solo es crucial para la especie, sino que permitirá a los investigadores trazar un nuevo mapa de distribución del aguará guazú en la provincia de Buenos Aires.
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Camaño destacó el impacto positivo de la concientización y las nuevas prácticas en la biodiversidad local. “Fue un momento muy lindo”, agregó, emocionado.
“Esta especie en particular está en riesgo de extinción. Nosotros, los que andamos por el campo, vemos que en los últimos años hay más bichos que cuando éramos chicos. Hoy, la toxicidad de los productos que se usan no afecta a los animales de sangre caliente como pasaba hace 40 años. Se observa una recuperación en la fauna, se ven zorros y hemos visto pumas, aunque no hay un censo poblacional”, explicó.
“Las buenas prácticas agrícolas y el trabajo de conciencia del productor agropecuario ayudan. Hoy, hay un esfuerzo por preservar la biodiversidad. Se nota un mayor cuidado del medio ambiente en las cuencas de los arroyos”, destacó.
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Más allá de la liberación en sí, el evento también incluyó la planificación de estrategias educativas de concientización. “Estuvimos reunidos con autoridades de educación para trazar una estrategia educativa de concientización”, mencionó el ingeniero agrónomo, destacando la importancia de la educación ambiental para asegurar la sostenibilidad a largo plazo de estos esfuerzos.
El aguará guazú, conocido científicamente como Chrysocyon brachyurus y en guaraní como “zorro grande”, es el mayor zorro sudamericano y será monitoreado satelitalmente durante dos años mediante un collar con GPS para asegurar su adaptación y bienestar en su nuevo hábitat.
El aguará guazú fue rescatado, rehabilitado y reintroducido en la naturaleza
El hallazgo del aguará guazú en noviembre del año pasado, deambulando por las calles céntricas de Olavarría, fue un suceso inusual tanto para los habitantes de la ciudad como para los especialistas. Derivado al Centro de Recuperación de Especies Temaikén (CRET), el animal completó su rehabilitación comportamental y clínica. El rescate y los primeros cuidados estuvieron a cargo del equipo del bioparque Municipal La Máxima y los Bomberos de la localidad, ya que esta especie no es común en la zona y suele ser confundida con zorros o perros.
En este contexto, Guillermo Delfino, responsable del Programa de Especies Amenazadas de Fundación Temaikén, explicó el proceso de recuperación del aguará guazú en el CRET. “Se dispuso de un entorno con abundante vegetación y se utilizaron cámaras trampa para su seguimiento, manteniéndolo aislado de la presencia humana. Se emplearon dispositivos y técnicas de enriquecimiento ambiental para estimular comportamientos naturales de búsqueda de alimentos y detección de presas”, explicó.
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Tras completar su período de rehabilitación, se le colocó un collar satelital para su seguimiento en el campo. Este dispositivo proporcionará datos valiosos sobre sus movimientos y comportamientos diarios, permitiendo un monitoreo preciso de su adaptación y bienestar en su hábitat natural.
Recientemente, se lanzó el programa internacional SAFE Aguará Guazú (Saving Animals from Extinction), que reúne a organizaciones de Estados Unidos y Argentina para proteger a esta especie amenazada. El programa se centra en la rehabilitación y seguimiento de animales rescatados en distintas circunstancias, contribuyendo significativamente a su conservación.