Algo que empezó como una charla en familia derivó en una tradición que se repite año a año. Después de la escuela, el adolescente aprovecha el tiempo libre para sacar sus moldes y cocinar. Una infancia con necesidades que lo llevó a pensar en el otro y el amor de sus papás que lo siguen paso a paso.
Según las diferentes religiones de todo el mundo, la Pascua tiene distintos motivos de celebración. Sin embargo, coinciden en algo: es una fecha en la que se festeja un nacimiento, una vida nueva o resurrección.
Para Isaías Cortese también es una especie de renacimiento. Es recordar a un niño al que le faltaron cosas, pero que hoy se reconvierte para que a otros no les falte. Es, en parte, un mimo al alma de aquel pequeño.
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Hace ya unos años que de una charla con su mamá surgió la idea de poder brindarles un momento de alegría a otros, pero en una fecha especial. Y eligió justo una en la que se festeja la unión y la vida.
Es por eso que con mucho esfuerzo y ayuda de sus papás, un día Isa agarró unos moldes para huevitos de chocolate y puso manos a la obra. A prueba y error, fue realizando cada vez más y más regalos dulces para repartir en comedores y hogares de ancianos, e inclusive para aquel que no tiene para comprarles a sus hijos y quiere hacerles un presente.
Pascua solidaria: el amor en chocolate
Cocinar y sobre todo algo que incluya chocolate es uno de los regalos más lindos para hacer. El tiempo, el amor y la dedicación que se le presta para que quede bien, el estar en cada detalle hace que ese presente tenga una cuota más de cariño.
Moldes de plástico; una, dos, tres pinceladas. El frío de la heladera, el relleno sorpresa, la paciencia para pegar ambas partes. El azúcar de colores que lo decora. Casi como una lista de supermercado, los pasos para hacer huevos de chocolate para Pascua son minuciosos y, aunque todos alguna vez intentamos hacerlos, pocos lo llevan con tanta facilidad como él.
Hace tres años, el adolescente de 17, que vive en General Alvear, un pueblito del interior de la provincia, tuvo una charla con su mamá y ambos se propusieron llevar a cabo un proyecto solidario que hoy ya llega a otras ciudades. “Ese mismo año arrancamos a hacerlo. La primera vez no nos salió muy bien, pero tuvo mucha aceptación y seguimos”, contó, entre risas, Isaías a TN.
Así, con el tiempo, el proyecto fue avanzando. Con la ayuda de sus papás, colectas que realiza y la colaboración de gente que le acerca materia prima, el adolescente cumple en tiempo y forma con la entrega de los huevos de chocolate.
“Me piden para comedores, también muchas personas que no tienen y me escriben por redes para preguntarme si les puedo llevar. Siempre enfocado para los más chicos”, destacó.
Sumado a estos grupos, los otros mimados con sus chocolates también son los integrantes de un hogar de ancianos de la zona, al que todos los años se acerca con sus creaciones. “Ellos me reciben con una sonrisa de oreja a oreja, son como unos chicos más”, remarcó.
Los preparativos arrancan dos semanas antes de la Pascua para llegar a tiempo. Para este finde ya hizo 200 huevos y todavía restan entregar otras decenas más. “Los comedores son los últimos que me quedan para repartir. Los voy haciendo yo, pero me ayudan mi madre y mis hermanos”, contó.
La preparación de Isaías. (Video: gentileza Isaías Cortese)
“Al colegio entro a las 7:30 y salgo a las 18. Después hago deportes y baile, así que los voy preparando en el medio”, contó y detalló su técnica infalible para que salgan perfectos. “Primero al molde se le pasa alcohol para limpiarlo y para que no se pegue. Paso el chocolate con un pincel, dos o tres manos para que vaya agarrando, y los voy metiendo en la heladera. En una tanda me salen 6 huevos, así que lleva un tiempo”, comentó.
Con respecto a las razones que lo llevaron a realizar esta acción, Isa detalló. “Mis padres pasaron por ese problema de no poder comprarnos y sé lo que se siente que para un día especial no se puedan comprar nada. Se siente feo, aunque es algo mínimo. Así que ahora que más o menos puedo hacerlo y me gusta lo reparto para los que no pueden tener un huevito en Pascua. No es mucho, pero es ayuda”, comentó.
Pero pese a su costado solidario, Isaías ya piensa en el futuro. Está cursando los últimos años de la escuela secundaria agraria y quiere ser médico. “Primero quiero ser martillero y corredor público para poder trabajar y pagarme la carrera de medicina”, detalló.
“Siempre con la idea de ayudar porque siempre me gustó ayudar. Esto de los huevitos nació de la nada y es algo lindo”, completó el adolescente de 17 años que este fin de semana planea seguir repartiendo amor en forma de chocolate.