El rugby recibió una impactante noticia desde Nueva Zelanda. Estudios científicos confirmaron que el ex jugador Billy Guyton, que representó a los Maori All Blacks y falleció repentinamente en mayo de 2023 a los 33 años, sufría encefalopatía traumática crónica (ETC), por lo que es el primer rugbier profesional que muere con este diagnóstico.
La familia de Guyton accedió a donar su cerebro a la Universidad de Auckland para que fuera examinado. Luego de varios meses, según el diagnóstico, el órgano contaba con “cambios compatibles con encefalopatía traumática crónica” en etapa 2, en una escala que va de lo leve (etapa 1) a lo grave (etapa 4).
La ETC es una enfermedad cerebral degenerativa que se relaciona con los impactos que sufre la cabeza. Ya sea por un único golpe extremo, como un accidente automovilístico, o por pequeños choques en la zona del cráneo repetidos durante varios años, como los que pueden reiterarse en la práctica de un deporte de contacto como el rugby.
La máxima complejidad de esta enfermedad radica en que únicamente puede ser detectada por completo post mortem. Aunque la ciencia intenta encontrar la forma de realizar diagnósticos certeros en vida.
El profesor Maurice Curtis, codirector del banco de cerebros de Auckland, confirmó que “el diagnóstico de una persona joven con ETC es significativo, ya que indica que muy temprano en la vida el cerebro se ha visto afectado por golpes en la cabeza”.
Aunque con respecto a los resultados que se detectaron sobre Guyton, aseguró que “se envió a un patólogo australiano para obtener una segunda opinión”. El informe presentado, según cuenta The Guardian, describe la aparición de una fisura en el medio del cerebro. A pesar de no ser un signo relacionado a ETC, estaría asociada también a una lesión traumática que es poco frecuente de ver en un cerebro joven como el de Guyton.
El rugbier en cuestión fue un medio scrum que se desempeñó en los Blues, Crusaders y Hurricanes del Super Rugby. Debió ponerle punto final a su carrera corta pero exitosa en octubre de 2018, cuando tenía 28 años. La razón que lo impulsó a tomar la decisión fueron los repetidos síntomas relacionados con ciertos episodios de conmoción cerebral, causados por golpes en la cabeza que había sufrido en el último tiempo.
Uno de los factores que le demostraron que su cuerpo no estaba en las mejores condiciones fue cuando notó que cada vez le resultaba más complicado jugar con su hija de dos años.
“Ver televisión me provocaba dolores de cabeza, lo mismo que hacer demasiadas tareas y ruidos fuertes. Algunos días necesitaba auriculares con cancelación de ruido o sentía náuseas y tenía visión borrosa o doble. No era muy divertido”, declaró en su momento.
Incluso su padre confesó que en los meses previos a su fallecimiento “pasaba horas en un armario pequeño y oscuro porque no podía soportar la luz”. Al recordar a su hijo, John Guyton agregó sobre su hijo: “Algunas mañanas simplemente se sentaba en la ducha llorando, tratando de reunir energía para ponerse en movimiento”.
Entidades nacionales, demandadas por falta de protección
La enfermedad cerebral que padecía Billy puede provocar un antes y un después en el mundo del rugby. La Unión de Rugby de Nueva Zelanda alertó en un comunicado que está “preocupada por la posibilidad de que los impactos repetidos en la cabeza puedan contribuir a enfermedades neurodegenerativas en el futuro”.
A pesar que el caso de Guyton signifique la primera muerte confirmada por ETC, existen decenas de rugbiers que fueron diagnosticados con sospechas de padecer la enfermedad. El neozelandés Carl Hayman y Steve Thomppson, campeón del mundo con Inglaterra, son algunos ejemplos.
Unos 300 rugbiers retirados que sufrieron lesiones neurológicas demandaron a la Unión de Rugby de Inglaterra y de Gales por no sentirse protegidos durante su trayectoria deportiva.
Demencia de aparición temprana y el mal de Parkinson son otros diagnósticos que recibieron los jugadores, sumados a aquellos que presentan una posible ETC.
«Todos los que se preocupan por los deportes de colisión tienen que aceptar que en las próximas décadas seremos testigos de la muerte prematura de muchos más jugadores a causa de su neurodegeneración«, afirma uno de los representantes de los jugadores en esta demanda, a la cual la confirmación de la muerte de Billy puede acrecentar el fuego cruzado.
Como Guyton nunca jugó en ninguno de esos países británicos, su familia no posee la autorización para sumarse al reclamo. Guyton padre tiene sólo una esperanza: “Espero que la muerte de Billy saque a muchos toros del agua. El rugby está tan interesado en hacer pasar todo esto como depresión que está feliz de ignorar lo que es obvio”.
Ante la situación judicial, los organismos afirman que el bienestar de los jugadores es su máxima preocupación y analizan cambios que permitan reducir el riesgo de lesiones en la cabeza. Entre ellos figuran las idea de «la introducción de protectores bucales inteligentes, altura de tackle más baja, pautas de contacto, cambios en las leyes, educación obligatoria para los entrenadores comunitarios y muchas otras iniciativas».
Pero oídos sordos parecen hacer los denunciantes ante toda medida que no tenga efecto inmediato. «Se descubrirá que muchos más tienen ETC post mortem. Existe una necesidad urgente de que estos deportes limiten la cantidad de contacto que los jugadores mantienen durante temporadas de 30 juegos y 11 meses. Jugar al rugby de elite es tan peligroso para el cerebro como siempre», manifiestan los jugadores retirados en su lucha, que posiblemente pasará a tener a Guyton como su máximo exponente.