Con el dólar financiero por encima de $800, el Banco Central decidió hacer una leve flexibilización al cepo cambiario al permitirle a las empresas ingresar al país dólares producto de deuda financiera mediante el mercado financiero.
De esta manera, el Gobierno busca aumentar la oferta de dólares en un momento donde la brecha difícilmente logra romper el 100%. En la City advirtieron que esta medida puede ser vista como el punto de partida para un reconocimiento de un desdoblamiento cambiario.
En concreto, el Central resolvió que «las empresas podrán concretar aportes de capital o ingresar al país deuda financiera a través del mercado de capitales cuando el repago de esas liquidaciones de divisas también se realice a través del mercado de capitales».
Hasta ahora, producto del cepo cambiario, si una empresa ingresaba deuda en dólares, ya sea un préstamo internacional o un bono, mediante el mercado de bonos utilizando el contado con liquidación quedaba vetada para acceder al dólar oficial por un plazo que iba desde los 90 a los 180 días.
El Central aclaró que esta medida, que alcanza a «la liquidación de bonos, obligaciones negociables y repatriaciones de capital y rentas asociadas a las inversiones directas que ingresen a partir de octubre». La condición que les impone el organismo es que esos dólares se queden en el país por un año y que, si deben volver a salir, esa operación vuelva a hacerse mediante el contado con liquidación.
«Las empresas que usen esta forma de ingreso deberán hacerlo con la condición de que los inversiones directas que ingresen a partir de octubre, colocadas en el mercado local, tengan dos años de gracia. En estos casos, no habrá incompatibilidad para acceder al mercado de cambio para concretar operaciones de comercio exterior», detalló el organismo.
La decisión parece apuntar a un doble objetivo: por un lado, aumentar la oferta de dólares en el mercado financiero, en un momento donde la presión dolarizadora puso al contado con liquidación por encima de los $815. Por otro, darle algún tipo de «incentivo» a estas mismas empresas al permitirles, al menos en la teoría, acceder al dólar de $350 para poder importar.
Según pudo saber este diario esta iniciativa busca generar un mayor flujo de dólares en un momento de transición y además darle un mejor valor a fondos internacionales que ingresarían para apalancar obras públicas.
El economista Gabriel Caamaño, de Consultora Ledesma, dijo que «Se trata de un pasito más hacia un esquema con un doble tipo de cambio», y agregó: «Buscan que ingrese plata, digamos, que ingresen dólares por la cuenta capital y financiera, por operaciones de aporte de capital o deuda, y le están permitiendo que se gane la brecha directamente».
Sin embargo, los economistas dudan de la efectividad que pueda tener esta medida para achatar la brecha. Pablo Repetto, de Aurum Valores, afirmó: «Es algo que deberían haber hecho hace un año y que hubiera permitido un flujo de dólares, no sé si positivo, pero por lo menos que logre compensar los pagos y las salidas de deuda financiera de las empresas del exterior».
En ese sentido, Repetto añadió: «Lo hacen ahora porque ya está totalmente agotado este modelo .Simplemente es una opción para que algunas empresas si tenían pensado ingresar dólares una vez que se modificara este brutal cepo y que hubiera un ajuste del tipo de cambio con un nuevo gobierno, lo comienzan a hacer anticipadamente y conseguir compensar un poco el flujo dolarizador de la gente que hoy busca dólares en contado con liqui».