Dos adolescentes de 17 años comienzan a ser juzgados este lunes por un tribunal de menores de San Isidro, acusados por el crimen del empresario Andrés Blaquier, asesinado de un tiro en el pecho el 29 de octubre del año pasado cuando intentaban robarle la moto mientras circulaba por la autopista Panamericana, en el partido bonaerense de Pilar, informaron fuentes judiciales.
El debate estará a cargo del Juzgado de Responsabilidad Penal Juvenil 1 del Departamento Judicial de San Isidro y se realizará en los tribunales emplazados sobre la avenida 12 de Octubre 1475, colectora oeste sentido a capital, en el norte del conurbano bonaerense.
Ambos adolescentes están imputados del “robo agravado por el uso de arma de fuego y por resultar en lesiones graves, en concurso real con homicidio triplemente agravado por ser ‘criminis causa’, por alevosía y por haberse cometido con arma de fuego” en perjuicio del asesinado Andrés Blaquier (62), y su pareja Magdalena De Elordy, quien sufrió la fractura de la rótula de su rodilla izquierda durante el hecho.
Debido a que el juicio tendrá como imputados a dos menores de edad, los voceros aclararon que será un juicio reservado para las partes.
También por esta razón, las fuentes indicaron que en esta primera instancia solamente se decidirá si los acusados son inocentes o culpables, por lo que no se impondrán posibles penas.
Al respecto, en caso de que se compruebe la culpabilidad de los imputados, se realizará un juicio de cesura para determinar la pena correspondiente.
Los magistrados a cargo del proceso serán Alejandro Flori, Silvia Chomiez, Patricia Klentak, mientras que la fiscal Paula Romeo representará al Ministerio Público.
Las pruebas
Por su parte, la familia del empresario y exdirector de Negocio Agropecuario de Ingenio Ledesma será representada en calidad de particular damnificado por el abogado Ramiro Salaber, quien manifestó que “existen pruebas contundentes” para que los acusados sean considerados culpables por el hecho.
“El que disparó a Blaquier se cayó cuando se fugaba en la moto robada y se dio un flor de golpe. Después los investigadores encontraron que se había ido a atender a un hospital. Además, en algunas imágenes, no llevaba casco y se lo puede identificar bastante bien”, aseguró Salaber en diálogo con Télam.
De hecho, uno de los imputados se presentó 40 minutos después del hecho en el hospital Dupuy de Garín con lesiones en el rostro y escoriaciones en ambas rodillas y en sus manos, situación que los investigadores señalaron como “marcas compatibles” con un accidente de moto.
Otra de las pruebas fundamentales en el debate será el análisis de un estudio antroposcopométrico realizado por la Policía Científica de la Ciudad, el cual comparó la fisonomía de los acusados con los registros de las cámaras de seguridad y consideró correspondencias físicas entre las filmaciones y uno de los supuestos asesinos.
A ello, se le sumarán los testimonios de los testigos presenciales del crimen, el análisis de la motocicleta Kawasaki en la que supuestamente viajaban los delincuentes y la extracción forense de los datos de los teléfonos incautados en la investigación.
El martes pasado, Pedro Blaquier, el hijo de la víctima, convocó a una movilización para este lunes frente a los tribunales a partir de las 9.30, la cual tendrá como finalidad «pedir justicia por papá, pero también pedir por la seguridad y el derecho a vivir tranquilos para todos los que seguimos acá hoy» e instó a que los participantes lleven una bandera de Argentina.
En cuanto a los dos adolescentes acusados por el hecho, que aguardan el comienzo del debate en distintos institutos de menores, Pedro Blaquier indicó que «son dos asesinos menos en la calle».
«Cada minuto, mes y año que pasen encerrados tiene un impacto incalculable que es la vida misma de cada uno, porque lamentablemente le puede tocar a cualquiera. Este juicio es una oportunidad para sentar un precedente para que los asesinos tengan miedo», dijo el hijo del empresario en una carta dada a conocer a la prensa.
El asesinato del empresario
Según fuentes judiciales, el crimen de Blaquier se produjo el 29 de octubre de 2022 a las 18.54, cuando el empresario circulaba por el carril lento del kilómetro 50 de la Panamericana, en la zona norte del Gran Buenos Aires, junto a su esposa, Magdalena De Elordy, en una moto BMW 1200 de color negro, en sentido a provincia.
En esas circunstancias, el empresario fue abordado por dos delincuentes que iban a bordo de una moto Kawasaki Z400, que le cortaron el paso y luego le dispararon en el pecho con una pistola calibre 9 milímetros, “con la intención y voluntad de causarle la muerte para facilitar y consumar el desapoderamiento de su motovehículo”.
Como consecuencia del disparo, cayeron de la moto Blaquier y De Elordy, mientras que el sujeto que disparó el arma de fuego, se subió a la moto BMW 1200 y se dio a la fuga a bordo de ella.
En tanto, el empresario de 62 años fue asistido por una ambulancia, pero llegó fallecido al hospital, luego de sufrir “shock hipovolémico”, a causa del balazo que recibió en la parte izquierda de su tórax, el cual le provocó una hemorragia masiva al presentar perforaciones en las pleuras y sus ventrículos izquierdo y derecho del corazón, según indicó el informe de autopsia.
El delincuente que se apoderó de la moto del empresario –por su parte- sufrió un accidente a 10 kilómetros donde tuvo lugar el asesinato de Blaquier, donde cayó de la moto para luego dejarla abandonada sobre el asfalto.
Finalmente, el 8 de noviembre del año pasado, luego de una serie de tareas investigativas que situaban a los dos adolescentes acusados en la zona del hecho, se ordenaron varios allanamientos en viviendas de la localidad bonaerense de Garín donde fueron detenidos.
En dichos procedimientos, se encontró el arma homicida, así como vestimentas, el casco utilizado en el momento del asesinato de Blaquier y la moto Kawasaki Z400 que les facilitó a los asesinos la fuga.
Antes de las detenciones de los dos adolescentes, se había acusado del hecho a una joven de 18 años y su novio de la misma edad, apodado «Lucianito».
Sin embargo, el fiscal original del caso, Gonzalo Agüero, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 4 de Pilar, comenzó a dudar de la participación de la pareja en el hecho ya que ninguno de ellos tenía en su cuerpo las lesiones que debería presentar el verdadero autor del crimen, quien se había caído de la moto robada y lesionado.