Detrás de la empalizada que cierra la “isla” que forman las avenidas Del Libertador y Udaondo, justo frente al exTiro Federal, ya se iniciaron las obras para construir tres torres de viviendas y un hotel.
Este es uno de los extremos del Parque de la Innovación, un predio alargado que se extiende desde la Av. Del Libertador hasta Av. Lugones y entre Av. Udaondo y la estrecha calle que lo separa del CENARD.
El desarrollo de esas 167.700m2 avanza de acuerdo a un masterplan producto de un concurso nacional de ideas realizado en 2016, promovido por el Gobierno de la Ciudad y organizado por la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la UBA.
En medio de quienes deseaban que no se trasladara el campo de tiro y a aquellos que pedían que la totalidad del predio se convirtiera en espacio público, el Gobierno porteño buscaba desarrollar un campus destinado a instituciones vinculadas a la enseñanza, la investigación y la creatividad, en el que la propia UBA tendrá una sede.
En las bases del concurso, el arquitecto Luis Bruno, por entonces decano de la FADU, destacaba el rol de esa institución para “duplicar la garantía que de por sí ofrece el Estado a la comunidad en su conjunto, tanto a los que estén de acuerdo con la iniciativa como los que no.”
La respuesta del proyecto ganador, a cargo de un equipo encabezado por el arquitecto Alberto Varas, fue una pieza urbana compleja en la que la idea de parque prevalece. Los espacios públicos actúan como interfase de un entorno que incluye usos mixtos. “Crear un enorme parque en ese sitio resultaría absurdo, un lugar inhóspito, imposible de usar”, expresó Varas por entonces.
El masterplan habilitó el grupo de torres. En cambio, no hay indicios de que se pueda materializar lo que el proyecto de Varas definía para el extremo opuesto: un puente-parque para la tan necesaria conexión de la Ciudad Universitaria con la Ciudad. Por ahora, una gran oportunidad desaprovechada.