Con microcréditos financian un proyecto «llave en mano», principalmente a mujeres. Qué tener en cuenta y cuál es la rentabilidad promedio.
Entre la inflación y la debilidad de la macro, cada vez son más los argentinos que sueñan con emprender, aunque los obstáculos para lograrlo luzcan tambien cada vez más altos. Un banco encontró en el modelo de franquicias sociales la puerta de entrada para que los sectores más vulnerables puedan tener un negocio propio.
De la mano de la cadena de heladerías Grido, la línea de franquicias de comercialización de helado más importante del país, el Banco Santander decidió primero apostar desde hace cuatro años a la apertura de lo que ellos mismos llaman «heladería social».
A través de la marca Via Bana, el programa social de la empresa Helacor, dueña de Grido, la entidad propone financiar «llave en mano» la apertura de uno de esos comercios.
No hace falta tener un local, con abrir una ventana a la calle se puede empezar a vender. «El 60% de los hogares argentinos tiene una jefa mujer y por eso esta propuesta apunta fundamentalmente a mujeres, que quieren combinar una actividad laboral con el manejo de una familia y que, en muchos casos, no tiene acceso al financiamiento bancario», explicó Silvia Tenazinha, gerente principal de Banca Comercial en Santander Argentina.
Desde su lanzamiento en 2019, Via Bana ya posee 800 sucursales en todo el país. La mitad de estas fue financiada por un microcrédito en el Banco Santander. «Existen algunos requisitos por cumplir, sobre todo no estar en el radio de otra heladería Grido u otra sucursal de Via Bana. La inversión inicial es de $ 300.000 y Santander financia lo necesario para poder comenzar a vender: la cartelería, la heladera, la compra del primer stock de productos», detalló la ejecutiva.
Según la ejecutiva estos emprendimientos tienen una rentabilidad promedio del 40% y ofrecen ingresos promedios de $ 250.000 al mes. La tasa de estos créditos ronda el 70% «muy por debajo de la inflación anual, que la estimamos entre el 110% y el 115%», señaló y el plazo está pensado en 24 meses.
«Se realiza un acompañamiento en todo el ciclo de vida del préstamo, que no solo es del banco. También hay otros «padrinos» de Grido, como les llamamos, que ayudan a estas personas, en su mayoría mujeres, que no tenían una experiencia previa en el mundo de los negocios en todo lo relacionado con tener su propia heladería», dijo Tenazinha.
Luego de esta experiencia, Santander ahora busca ampliar su modelo de «microcrédito social» a otro tipo de franquicias de esta especie. En alianza con Buen Pan, una panadería social, la compañía otorga créditos de $ 500.000 a 24 meses de plazo, con una cuota mensual promedio de $ 45.000.
La primera fase de este proyecto se llevará a cabo en la provincia de Córdoba y prevé la apertura de 10 panaderías. A la fecha, ya se inauguraron cinco locales distribuidos en Jesús María y en Córdoba capital. En cuanto a los establecimientos restantes, está previsto que abran sus puertas durante julio.
Las panaderías sociales tienen la premisa de generar oportunidades de emprendedurismo y empleo a personas en situación de vulnerabilidad social y económica. Son espacios enfocados en brindar capacitación y formación profesional. La rentabilidad de estos negocios también está ubicada entre el 35% y 40%, lo que le permite a las familias que lo llevan adelante ingresos mensuales de alrededor de $ 350.000.
«La mayoría de las mujeres que financiamos nunca habían tenido acceso al sistema financiero. No sólo no habían recibido un crédito en un banco, sino que en muchos casos no tenían ni siquiera una cuenta en una entidad. Se crea un círculo virtuoso porque a partir de este emprendimiento las personas comienzan a acceder a otro tipo de productos, desde posnet para aceptar pagos digitales hasta tarjetas de crédito. Se crea la verdadera inclusión financiera, que creemos que es clave para una mejor calidad de vida»
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