Se temía que la Unión Europea fuera acusada de «extractivismo». De querer acercarse a América Latina y Caribe sólo para garantizar un flujo constante de materias primas sin más retorno para los países del americanos que el mero coste del producto. Pero Bruselas ha decidido apostar por una relación sostenida y fiable con una región que considera altamente «eurocompatible» en un mundo donde no sobran los amigos. Y por eso ha comprometido una lluvia de millones y promesas de inversión y transferencia de tecnología a cambio de poder obtener materiales básicos y energía. En concreto, cobre y litio, claves para los desarrollos tecnológicos de energías verdes o baterías para los vehículos eléctricos, y gas natural. Es uno de los resultados más tangibles de la cumbre de la UE con los 33 países de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), que ha terminado este martes en Bruselas, y que fue gestada por Pedro Sánchez como parte de la presidencia española del Consejo de la UE de este semestre.
«Los países de América Latina también tenían interés en tener menor dependencia de China y en diversificar sus socios, y han conseguido un intercambio razonable: la Unión les da 45.000 millones en inversiones del programa Global Gateway y ellos garantizan el suministro fiable, tras la lección aprendida por la UE tras el chantaje de Rusia o Argelia», explica a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, del grupo Prensa Ibérica, Anna Ayuso, investigadora sénior de CIDOB para América Latina.
En concreto, la Unión Europea y Chile han firmado este martes en Bruselas un Memorándum de Entendimiento (MoU) para el desarrollo de la explotación de materias primas como el cobre o el litio, el «oro blanco» del que el país tiene las mayores reservas del mundo (en el desierto de Atacama, en el norte del país) y es el segundo exportador. No se trata solo de la extracción de estos metales, sino de una asociación estratégica que obliga a cooperar en materia de investigación para mejorar la cadena de valor y a generar empleos e industria en el país. El presidente chileno, Gabriel Boric, lanzó en abril una estrategia nacional de desarrollo con el mineral en el centro que incluye la nacionalización de las minas, pero dando entrada al capital privado.
Signed!
The EU-Chile partnership for sustainable raw materials value chains.
it will contribute to 🇪🇺 security of supply and create good jobs in 🇨🇱
We will share knowledge, promote skills, respect the highest environmental standards.
That’s the EU’s way of doing business. pic.twitter.com/09v4dlsr0z
— Ursula von der Leyen (@vonderleyen) 18 de julio de 2023 La UE también ha firmado con Argentina, en los márgenes de la cumbre CELAC, un acuerdo para garantizar un «suministro estable» de gas natural y gas natural licuado (GNL) desde el país latinoamericano. Se trata de un Memorando de Entendimiento rubricado por la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, y el argentino, Alberto Fernández, que detalla también la cooperación en la producción y el transporte del hidrógeno y sus derivados. Ambos firmantes se comprometen abordar cuestiones como las fugas de metano, la producción de energías renovables y la eficiencia energética. Todo dentro de una transición ecológica «socialmente justa»: es decir, que genere empleos locales.
Otro Memorando similar se ha alcanzado con Uruguay, aunque en ese caso el compromiso es más a futuro, porque se trata de fomentar las energías renovables, como el hidrógeno verde, y la eficiencia energética.
La «Ruta de la seda» a la europea
El vehículo con el que la UE ha convencido a sus socios estratégicos latinoamericanos ha sido la llamada Agenda de Inversión Global Gateway (Ruta Global), un vehículo de inversión clave para afianzar los suministros y el poder blando. Una versión europea en miniatura de la Ruta de la Seda china.
Bruselas ha comprometido 45.000 millones en inversiones en la región hasta 2027, lo que implica una gran cantidad de transferencia de tecnología. «En lugar de importar el litio y fabricar las baterías aquí en Europa, por ejemplo, eventualmente podrán empezar a fabricarse allí, gracias a que se va a generar Investigación y Desarrollo y licencias de patentes europeas como parte del acuerdo», explica Ayuso
La Global Gateway compromete el dinero siempre que los proyectos cumplan con alguno de los objetivos establecidos: una transición verde justa, una transformación digital inclusiva, el desarrollo humano y la salud y vacunación.
Así, con Brasil se va a colaborar en la expansión de las redes de telecomunicaciones en la zona del Amazonas. Con Costa Rica, en la electrificación del trasnporte público y la conversión de la flota de autobuses a una eléctrica; en Jamaica se va a desarrollar el acceso de telefonía 5G; en Chile se va a desarrollar una iniciativa para el hidrógeno verde; y en toda la región se va a cooperar en la creación de dos centros de control de desastres y monitorización del cambio climático con datos del satélite Copernicus.
Mercosur, encarrilado
Lo que no ha podido ser finalizado es el acuerdo de libre comercio Mercosur, entre la Unión Europea y los Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay. Ha habido mucha tensión al respecto. Los países latinoamericanos, encabezados por Luiz Inácio Lula da Silva, presidente de Brasil de un lado, y Francia, Irlanda o Austria, de otro, chocaban por los requisitos que había que exigir en términos medioambientales y de normas comunes a las importaciones de carne y otros productos agropecuarios. Los europeos temen competencia desleal. Se afeaba al Viejo Continente que, en realidad, se usaban las políticas medioambientales como palanca para proteger su sector primario.
De izquierda a derecha: Alberto Fernandez, presidente de Argentina; Ralph Gonsalves, primer ministro de San Vicente y las Granadinas; Charles Michel, presidnete del Consejo de la UE; Ursula Von der Leyen, presidenta de la Comisión de la UE. Dario Pignatelli/European Counci / DPA
Pero en la cumbre las partes se han comprometido, de forma explícita, a terminar el acuerdo antes de que acabe el año. Ese compromiso tiene un valor relativo, porque el Mercosur es un acuerdo que ya estaba firmado desde hace años y sólo necesitaba ser ratificado, y sin embargo no sale adelante. El bloqueo se consumó por las prácticas contra el Amazonas del presidente brasileño Jaír Bolsonaro lo frenaron. Pero ahora que ha llegado Lula, se ha reabierto el melón de las prácticas intensivas del sector agropecuario latinoamericano.
«En general, creo que el tema de los tratados ha sido un éxito: tanto Lula como Ursula von der Leyen han dicho que Mercosur está encaminado y que habrá una respuesta conjunta a la propuesta europea de medioambiente. Que lo hayan dicho tan abiertamente es una buena noticia», opina Ayuso. «Además se ha cerrado el acuerdo con Chile, y se ha asegurado que la renovación del acuerdo con México se logrará pronto».