La Matanza, el más poderoso bastión del peronismo en todo el conurbano bonaerense, vive una situación inédita y que, a priori, mostraría una supuesta y desconocida situación de debilidad del actual intendente Fernando Espinoza: dos mujeres de puro ADN peronista, como él mismo, lo enfrentarán en las PASO para buscar quitarle el control del municipio. Algo insólito en el peronismo matancero.
El trasfondo tiene en vilo al peronismo bonaerense. Es que detrás del desafío al hasta ahora imbatible Espinoza aparece el musculoso Movimiento Evita. Es que una de las candidatas rivales es Patricia Cubría, dirigente de esa organización social y, además, esposa y madre del hijo menor de su mandamás, Emilio Pérsico. La otra desafiante es María Laura Ramírez, una funcionaria de la ministra Victoria Tolosa Paz.
La Matanza, por tratarse del distrito con mayor peso electoral de la Provincia, es ambicionado por todos. Pero en los últimos 40 años demostró ser un territorio inexpugnable para la oposición. En estas décadas, el peronismo muchas veces se impuso con cifras y diferencias que pueden darle envidia hasta el mismísimo Gildo Insfrán.
La elección a intendente en la que ganó con menor ventaja fue en la de 1999, cuando con el envión de la Alianza la fallecida Pinky le dio un flor de susto al PJ. Aquella vez, el peronismo sacó el 41,12% de los votos. Ese fue su piso histórico.
Su techo fue en 2019, cuando con Espinoza a la cabeza del tramo local de la boleta, se quedó con el 64,18% de los votos. En las restantes 8 elecciones a intendente que hubo de 1983 hasta acá, nunca el peronismo sacó menos del 46,6%.
En todos estos años, jamás un intendente debió enfrentar una interna. Por eso, para algunos en el peronismo, incluso en el Evita, esta novedosa situación indicaría que Espinoza está golpeado.
«Si no, Máximo (Kirchner) no hubiera habilitado que se lo enfrentara en las primarias», interpretan adversarios del actual intendente.
Suman otros ingredientes. Que en la boleta de diputados nacionales por la Provincia de Unión por la Patria no hay candidatos en condiciones de ser electos que pertenezcan al esquema del peronismo de La Matanza.
Lo habitual en estos años fue que tuvieran un candidato que fuese electo seguro y otro en un puesto con altas chances de entrar.
Y algo más: también por primera vez, el PJ de La Matanza no colocó ningún candidato a senador provincial.
Por la 3ª Sección Electoral -es a la que pertenece el municipio- se espera que UxP elija este año cuatro senadores.
Máximo Kirchner, presidente del PJ bonaerense, puso a cuatro incondicionales de su sector: los dos primeros candidatos son de La Cámpora, el tercero es de Lomas de Zamora pero se encolumna con la organización que conduce el hijo de Cristina, y el cuarto pertenece a Kolina, el partido de Alicia Kirchner.
Las réplicas
Pero en el peronismo de La Matanza desarman uno a uno los señalamientos de sus adversarios políticos.
En primer lugar plantean que no es por debilidad de Espinoza que hay interna si no porque fue la única manera que se encontró de que el Evita no rompiera, lo que habría dejado herido al peronismo en la elección.
«Ellos tenían un partido armado, el Partido de los Comunes, y amenazaron hasta último momento con ir por afuera. Lo que se supuso es que si iban por afuera le iban a restar 3 o 4 puntos a Axel Kicillof y ponían en riesgo su reelección», plantean en el oficialismo matancero.
Y enseguida advierten: «Si rompían, a nosotros no nos dañaba en la elección municipal. Fernando ganaba de cualquier manera«.
Para tratar de quitarle dramatismo, plantean además que La Matanza no es el único distrito en el que el Evita enfrentará en las PASO con sus propios candidatos a los actuales intendentes peronistas (también lo hará en otros 5 municipios).
Señalan, además, que si bien es cierto que no pudieron colar candidatos a legisladores nacionales esto se debió a que para lograr una lista de unidad para la presidencial se debió abrir la boleta para los dos candidatos que impuso Alberto Fernández, Santiago Cafiero y Tolosa Paz.
«Hubo dos lugares menos para hacerle lugar a los candidatos de Alberto (Fernández), el amigo del Evita», chicanean en el PJ alineado con Espinoza.
El poderoso peronismo de La Matanza se atribuye como mérito haber logrado que la ex intendenta Verónica Magario vaya por la reelección como vicegobernadora junto a Axel Kicillof. De ser reelegida, seguirá como presidenta de la Cámara de Senadores de la Provincia.
En el Evita le quitan valor. «Ya tenían la vicegobernación», descalifican.
En el oficialismo matancero, en cambio, subrayan que muchos sectores del oficialismo quisieron el lugar de Magario -mencionan desde el massismo, hasta La Cámpora y el sector del lomense Martín Insaurralde– pero que no lo lograron.
Plan a largo plazo
En el Evita sostienen que ven a Espinoza debilitado debido a su propia gestión municipal y a que juega de forma solitaria en el PJ bonaerense. «Su gestión es mala y está muy pegado a Kicillof. Entre los intendentes está muy solo», lo cuestionan.
Cerca de Cubría sostienen que hay un proceso político de cambio en La Matanza y que se acerca un fin de ciclo para el oficialismo matancero.
Admiten, eso sí, que vienen detrás de Espinoza en intención de voto, aunque aseguran que vienen creciendo y que pueden «hacer una gran elección».
Igual sostienen que el plan del Evita es a largo plazo. Que la idea de la organización que lidera Pérsico es posicionar candidatos en diferentes distritos para las elecciones de 2023, 2027 y 2031. El jefe de campaña de Cubría es Fernando «Chino» Navarro, el dos del Evita.
Pero algunos, sobre todo en el aparato del oficialismo de La Matanza, entienden que el Evita no ganará esta interna y muchísimo menos cualquiera que pudiera ocurrir en el futuro.
En medio de una pelea caliente, en el esquema de Espinoza sueltan: «Nunca más van a tener el poderío económico que tienen ahora. Si no ganan en esta, no ganan nunca más».
Y culpan a la administración macrista de haber tercerizado la política social. Entre todos los postulantes con chances de llegar a la Casa Rosada parece haber consenso en dar marcha atrás en esa política.
Cubría cumple con el rol de desafiante y les pega -también se burla- a Espinoza y a Magario en un spot.
«Ya parecen una campaña de Carrió», los ningunean en el oficialismo de La Matanza.
«Vamos a ganar, pero es la elección más difícil de mi vida», le escucharon decir en su comando de campaña a Espinoza.
Pero al parecer no se refería a su desempeño en su pago sino en que tiene que sumar votos para ayudar a la reelección de Kicillof y la llegada de Sergio Massa a la Casa Rosada.
La otra postulante a la intendencia, la ex diputada María Laura Ramirez, aparece con menos chances en la disputa. Y se presenta con lista corta (solo lleva candidatos a concejales y a consejeros escolares) a diferencia de Espinoza y Cubría, que van con boleta larga.
Con sus 1.837.774 habitantes (de acuerdo al último censo), La Matanza tiene más electores que 17 provincias argentinas.