El cantante se encontraba «descontrolado y bajo los efectos de droga o alcohol», dijeron los investigadores. Fue el 27 de mayo en General Rodríguez.
El músico L-Gante fue detenido este martes en el country Banco Provincia, por el delito de «privación ilegítima de la libertad con uso de arma», mientras se realizaba uno de los tres allanamientos dictados por el juez de garantías Gabriel Gastro. La detención fue confirmada a Clarín por la UFI 9 de Moreno-General Rodríguez, con Gastón Torres como víctima y Elián Ángel Valenzuela (23) como el único detenido.
«Sigue detenido en su casa hasta que se terminen los allanamientos, pero tenemos pruebas contundentes para detenerlo«, señalaron fuentes de la investigación a este medio pasadas las 19 horas del martes. «Y hasta donde tenemos información, no tendría el permiso correspondiente para portar un arma».
¿Qué sucedió con el cantante de cumbia? Todo empezó en la madrugada del sábado 27 de mayo último, a la salida de un boliche en General Rodríguez, adonde L-Gante, que no estaba allí sino en Palermo, «manejó en un estado visiblemente afectado por efectos de drogas o alcohol. Estaba muy sacado y a los gritos amenazaba con una pistola», aseguraron a este medio quienes están detrás del caso.
Esa noche hubo una pelea entre amigos de L-Gante, pertenecientes a la Cumbia 420 y otro grupo de la zona. «Estaban en un boliche, hubo insultos, empujones, empezó como una típica pelea de borrachitos y parecía que todo iba a quedar allí, pero no: la trifulca la llevaron al barrio Bicentenario, de General Rodríguez, donde vive Torres y otra mujer de unos 50 años. El entredicho fue levantando temperatura hasta que se escuchó un disparo y un vecino hizo un llamado al 911«.
Llegó la Policía en varios patrulleros, se aquietaron las aguas y, como suele suceder, empezó la identificación de los involucrados, pero no hubo detenciones. «Allí uno de los muchachos de la Cumbia 420, desesperado por lo que podría llegar a suceder, le envió un mensaje a L-Gante para contarle lo sucedido y pedirle ayuda. Le dieron los nombres del hombre (Torres) y de la mujer (no trascendió) que para ellos fueron los que empezaron la pelea en el boliche».
Hacia allí fue L-Gante, que venía de un boliche en Palermo. Primero fue directo a la casa de Torres. «Llegó en su BMW blanco, totalmente descontrolado, fuera de sus cabales». Y ante varios testigos, le repitió a Torres a punta de una pistola que sacaba a través de la ventanilla del auto: «Subí al auto ahora y más vale que mis amigos no caigan en cana, porque mato a tu mujer y a tus hijos», subraya la fuente a Clarín.
«Esta persona (Torres) de unos cuarenta años, que trabaja en la Municipalidad de General Rodríguez, estaba en la puerta de su casa cuando vio venir a L-Gante, quien -hasta allí- no estaba involucrado en la gresca, y pensaba saludarlo. Nunca imaginó que se encontraría ante una situación límite como la que vivió. Por supuesto que subió al auto aterrado».
En el BMW que manejaba el músico había otra persona en el asiento del acompañante «también pasado de rosca». L-Gante era quien manejaba y «a los gritos se daba vuelta apuntando al hombre y yendo a toda velocidad. De milagro no atropelló a un motociclista cuando dio vuelta en una esquina, cruzando un semáforo en rojo. De allí fueron a buscar a la mujer -involucrada en la pelea inicial- y también, amenazándola con una pistola, y frente a su hija, la hicieron subir al auto».
Según le informaron a Clarín, «se pudo seguir el recorrido que hizo el BMW de L-Gante, tenemos las imágenes claritas y todo el derrotero duró exactamente 22 minutos. Se lo ve manejando con un celular y un arma. Y se comunicaba con alguien a quien le decía: ‘Preparame la quinta que te llevo dos paquetes para liquidarlos’, ante la desesperación de estados dos personas».
Quienes estaban retenidos intentaron salir del auto, pero estaban colocados los cerrojos automáticos. «L-Gante, que seguía descontrolado, les repetía una y otra vez: ‘Vayan y díganle a la policia que mis amigos no tienen nada que ver… Si no sueltan a mis amigos, ustedes no la cuentan’. Lo que no entendía L-Gante, que evidentemente no estaba en sus cabales, es que sus amigos no fueron presos ni demorados, sólo fueron identificados».
Cuando un amigo, finalmente, se comunicó con L-Gante, llevó a quienes tenía privados de su libertad a una estación de servicio. El mismo músico les llamó un remise y les dio plata para pagar el viaje, que fue una pesadilla para estas dos personas».
Fuentes de la investigación reconfirmaron que «todo el material está evidenciado y contamos con 12 testimonios que coinciden. Es claro. Además es el cuarto evento delictivo que detenta en el distrito».
PS